Wednesday, September 08, 2004

Los comienzos

12 Septiembre 2002
Vaya vaya vayaAcabo de recuperar mi relación con el ordenador tras una semana de vacaciones en Roma (cuál Audrey Hepburn cincuentera) y me encuentro con que, sin quererlo, ¡he creado una "cosa" (no sé cómo llamarlo) en el ujournal! Juro que creía haber anulado la información metida antes de irme de viaje (lo había hecho para probar). Pero bueno, ya que está realizado, algo habrá que poner (imagino que nadie lo leerá, pero esto de tener un diario en internet es tan rematadamente fin de siglo!)Se acaba mi comentario. No tengo ni idea de cómo funciona esto (para escribir he dado más vueltas que ---añádase metáfora graciosa---) así que si aparece en la pantallita tendré mi momento herbal essences del día. Ahí va.
Absurda sensación de triunfo¡Hey! Lo heconseguido. Mis felicitaciones, Ra. Has demostrado que tu ineptitud para manejar cualquier objeto creado posteriormente a 1941 no es operativa las 24 horas. Bien, ¿qué poner? Uno se da cuenta de que no tiene nada que contar o al contrario, de que tiene mil patéticas nimiedades interesantes cuando se encuentra en una situación de estas.Supongo que debería empezar con Roma, que es lo más interesante que me ha pasado en el último mes (y en el último año también, seguro). Si es pesado y coñazo lo siento, pero es mi página y como si me da por poner la tabla de multiplicar, ¿no?
MchsEn realidad esto es mentira: (no me refiero a mi personalidad ni a mi estancia en Italia, oh, vamos juntos hacia Italia, quiero comprarme un jersey a rayas, pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa, vendetta, vedeeeeetta... lo tengo preparado, ya tengo las maletas... éstas entrañables canciones ochenteras que parecen compuestas con un diccionario para buscar palabras que rimen, tan patéticamente divertidas) (la reina es esa de terror en el hipermercado, horror en el ultramerinos) Decía, creo, que lo que es mentira aquí es la fecha y la hora: en realidad es sábado 14 de septiembre, de 2002, sí, y la hora correcta es las 21:06. Debo corregir a mi pequeño Tay (el nombre de fábrica de mi ordenador, no lo he bautizado, como si fuese un estudiante americano a su polla)
¡Oh Roma, qué maja eres!Sábado 7 de septiembre de 200205:55 a.m. Aeropuerto de Peinador, VigoRecontinuamos este cuadernillo (nunca mejor dicho) de viaje trasladándonos de destino: de las nieblas norteñas a la calidez meridional; de las gélidas aguas del Támesis a las cálidas fuentes del Tíber; del correcto mundo anglosajón al apasionado mundo latino y demás topicazos. En fin, ¡Roma! ¡Oh, Roma, qué maja eres! Como decía Nerón en una historieta en la que Mickey, sus sobrinos Morthy, Ferdie, Goofy y Tarconi eran trasladados en la máquina del tiempo de época en época, una de ellas la Roma imperial. En principio el viaje iba a abarcar Venecia y Florencia, pero tras mi suspenso en Moderna de España (es la primera vez que me "queda algo" para Septiembre, no puede ser, merezco morir) el periplo italiano se vio considerablemente reducido. De todos modos, es Roma. Ay... ¡Roma! Seguro que a los 13 años hubiese sido para correrme... siempre digo lo mismo, pero es que mis 13 años fueron muchos 13 años (en el sentido artístico, filosófico y literario, no en plan púber adolescente que vive experiencias con marginales para desesperación de sus bienpensantes padres) En uno de los capítulos de "La piedra filosofal" –macro tebeo con todos los personajes Disney- un mayordomo instaba a Mickey y a Goofy para que echasen unas moneditas al acuario de su jefe: "-Es la tradición-" decía el empleado "-¿Cómo en la fontana de Trevi de Roma?-" inquiría Goofy. Así, de tan trabajado modo, trabé conocimiento de tal tradición, y aún de que tal fuente existía. Y debo recordar:- Sentirme como Eunice besando los "labios pétreos" de Petronio- Recordar las andanzas de Déborah Kerr (¿era Déborah Kerr?) por la Roma cristiana en plan Quo Vadis.- Ponerme mi palabra de honor de raso para darme un bañito nocturno en la Fontana de Trevi.Esto es imposible, prohibido bañarse en esa fuente que es lo más parecido a una tarta de nata hecha mármol. Hasta hace poco un freak barrigudo se dedicaba a recoger las monedas arrojadas a la fuente para su sustento personal, y recientemente el ayuntamiento, que usa esas monedas como donativo para casas de caridad (el rincón de Vanos, seguro) se lo ha prohibido, con lo cual me he deleitado con las imágenes de su protesta, en medio de la fuente haciéndose un amago de hara-kiri, para regocijo de los turistas, que no dejaban de fotografiarle (yo también lo hubiese hecho con ¡mi nueva cámara!) (la otra se jodió en el desempeño de sus funciones nada más llegar a Ibiza, en Mayo (jo, qué cool, no? Londres, Ibiza, Roma... todo en menos de una año) Fue una buena cámara, fiel y trabajadora. El primer disgusto que me dio fue con su muerte)Dos de la tarde. En un tren que lleva a la estación Termini, y sin haber pisado suelo romano (más que el del aeropuerto Leonardo da Vinci) Horror. Los grandísimos hijos de la más zorra de todas las putas de Iberia nos han perdido el equipaje. Mi ropa. Mi líquido de las lentillas. Todo. Por suerte, no dinero y tal. Tras un par de horas esperando infructuosamente a que apareciese el equipaje en esas sórdidas cintas andadoras, viendo cómo todos los rubicundos nórdicos y bigotudas italianas recogían felices sus pertenencias, y compartiendo desgracias con una pijilla madrileña –de Santiago de Compostela- y un trío de curas negros, fuimos a reclamar. Nos las envían esta tarde o mañana, al hotel, el Angloamericano, y mientras tanto, para consolarnos, nos han regalado una especie de minimaletitas con un kit de supervivencia: pijama publicitario de Iberia, un para de compresas (el de hombres tendrá condones? He de preguntarle a mi padre) un frasquito de colonia, un desodorante... y un cepillo para la ropa, pero, ¿para qué si no hay ropa? Se ve que están acostumbrados a sus propios errores. ¡Uy no sabíais quién estaba en el aeropuerto reclamando también la pérdida del equipaje! Lalalá... no, no era Raffaella Carrá ni Sofía Loren, era ¡Romina Power! La de Al Bano, los cantantes, a los que le desapareció una hija... ¡qué cosas! Debería haberme acercado y despotricar juntas sobre la incompetencia de los servidores aéreos.Había como un par de grandes salas llenas hasta los topes de maletas huérfanas, con ese aire de supervivientes de la guerra austrohúngara. Y claro, el o la individua que se supone debía venir a recogernos y llevarnos al aeropuerto no dio señale de vida (se cansaría de esperar, muy humanamente) Y por eso, yo con hambre y preocupada porque esto me haga estar de mal humor y me empañe el viaje, nos dirigimos al centro de Roma. Vaya ocasión para renovar el vestuario. Nunca está mal una visitita a Dolce y Gabanna (léase Zara)  por cierto, no hay ningún Zara en toda Roma. Creo que la mafia no permite a Inditex introducirse en el país.1ª comida en Roma: Un risotto con espinacas. Quién iba a suponer que un elemental arroz con verduras pudiera estar tan sabroso.Por la noche, en la plaza Navona. Escribo esto alumbrada por la luz de una vela, cual decimonónica hermana Brönte, o algo así. Hoy, 7 del 9, es el día nacional del Brasil, y unos alegres cariocas tocan canciones populares delante de la embajada, que está aquí mismo, para deleite de curiosos y compatriotas que bailan agarraditos, como en una fiesta popular en su Monqueçao natal. Son las ocho, ya es de noche. Estoy muy, muy cansada y acojonada por dónde estarán mis pobres cosas. Además de eso la cámara de fotos no la domino y temo llegar y encontrarme con que no ha salido ninguna instantánea... Roma es decadente, con un aire años 50 irrefutable, llena de edificios-villas de exnobles o del resorgimiento de hace 200 años, como el hotel, el Angloamericano, que la verdad, para ser d e 4 estrellas ni punto de comparación con uno de 3 en España. Pese a todo es pequeño y cálido, son muy amables y todo eso.Es bonita, muy de Tom Ripley paseando por aquí, muy de Jardiel Poncela joven maquinando metáforas, palacetes semi ruinosos, llenos de mancas, un tanto sórdidos o perfectamente conservados, en tonos ocres, amarillos y marrones (seguro que pintar uno de verde aceituna es delito nacional) Pero noto que, entre el cansancio por haber dormido ocho horas entre los últimos dos días, el hecho de no entender demasiado bien (o déjese simplemente en "no entender") los mapas de autobuses y metro, o, y, sobre todo, por las maletas, noto, repito, que no está siendo todo lo agradables que debería; en fin, comentario textual de mi padre: "Roma no me está gustando nada" –por las maletas, y porque estábamos en una calle un tanto sórdida. Pero es todo tan bello... como siempre, no me creo que estemos aquí, y seguro que luego me arrepentiré de no haberlo aprovechado como debería. ¡Por dios, que estoy en la plaza Navona, con la fuente de los cuatro ríos delante! Es hermoso.Estoy delante del Panteón, literalmente "en" él, en sus columnas de fuera, totalmente epatada. A mínimo que tengas un poco de sensibilidad te impresiona, te acojona. El tamaño sí importa (¡cómo en la tag-line de Gozilla, qué triste!) Y eso que no lo he visto aún por dentro.La fontana di Trevi es mucho más grande de lo que uno se imagina por las fotos y por la Dolce Vita (por cierto, calles adyacentes llenas de pósters de películas de Cinecittá, con Audrey en Vacaciones en Roma y Mastronianni y la Ekberg en pleno remojón) Ocupa toda la plaza, y la sensación es como si de repente de restallara un plato de mármol en las narices, inesperadamente. Monumental. Y me gustó mucho, aclaro. Aquí estuvieron Astérix y Obélix para hacerse gladiadores en el Coliseo, para conseguir los laureles del César, para rescatar al noviete de Fálbalá... ¿o no? Aquella Roma del "año 50 antes de cristo, toda la Galia está ocupada por romanos ¿Toda? ¡no! Porque una pequeña aldea resiste y seguirá resistiendo al invasor..." es mucho más real, vívida y cercana para mí que la evocada por cualquier Robert Graves o Ridley Scott en plan riguroso.¡¡¡Iauhuuuu!!! –esto pretende ser un grito de júbilo, de júbilo jubileo romano, preferentemente – chorrada no graciosa. Nota al llegar al hotel tras la cena: "Bagaglio ok questta notte" y según nos informó el mostachudo recepcionista, llamaron los de Iberia para decir que traerían el equipaje esta noche, questta notte, questta luna llena, como diría Zucchero. Ay... funiculí, funiculá... ahora molaría que nos trajeran la maleta de otro... la de Romina Power, por ejemplo... y encontrar pruebas irrefutables de que realmente fue ella la que asesinó a su hija... la donna é móbile, qual piuma al vento, muta di acento, e di pensiero... (¡cuán horribles faltas ortográficas debo estar cometiendo!) Mucho Benetton, pero aún no he visto ninguna tienda Marie Clariana, esas están en Vía Vénetto. (falso, están por la plaza de españa) Mucho Smart, mucha moto, vespa, es todo súper passoliniano, luschontiano, roselliniano... y aquí estuvo Napoléon, y Sthendal, y Goethe, y Mr. Ripley, y Poncela, y Julio César... y millones de turistas, y el tío Gilito...

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