Friday, August 23, 2013

Yo siempre fui de Matt

El mundo acaba de convulsionar al conocer la noticia de que Ben Affleck será el nuevo Batman en ese futuro Hollywood que va a componerse exclusivamente de películas de superhéroes, reboots de películas de superhéroes y reboots de Transformers. 
El sabio, idolatrado y nunca suficientemente ponderado Noel Ceballos ya ha sentado cátedra sobre el asunto aquí, y no podemos menos que carcajear ante esas declaraciones que recoge que hablan de Ben como un buen actor. No, no, a todos nos cae Ben Affleck y pensamos, como dijo Garci en su día, "que es un tío guapo, es alto, ha ligado mucho, tiene un Oscar (ahora ya son dos), dirige bien y tiene una mujer estupenda", pero buen actor para nada, como mucho actor solvente y aún así no lo sellaríamos con la mano firme. En esta casa siempre hemos sido team Matty, sabiendo por supuesto que en este juego no hay equipos porque ambos son amiguísimos -o al menos lo fueron un día- y se alegran por los triunfos del otro. Podemos imaginar a Matt Damon observando preocupado la deriva de su amigo durante los años jeylou, ayudándole en sus problemas con el alcohol (esos que le recriminaba Gwyneth Paltrow), animándole con su debut en la dirección que tristemente coincidió con la desaparición de Madeleine McCann, aplaudiendo entusiasmado tanto esa película como la del robo al banco e incluso indignándose cuando no nominaron a Ben a mejor director pero dándole una palmada en la espalda cuando "Argo" consiguió el Oscar a mejor película. Queremos a Ben y queremos que le vaya bien en la vida, sí, pero más queremos a Matt. Por lo siguiente:
- Cuando fuimos a ver "El indomable Will Hunting" en aquellos años locos de adolescencia que forjaron nuestro acercamiento al cine la mitad de mis amigas se enamoraron de Ben pero yo caí rendidamente en los brazos de Matt, que era el listo, el de los labios preciosos, el que resolvía fórmulas matemáticas en la pizarra de la Universidad, el que tenía -pobrecito, aún tiemblo al recordarlo- marcas de cigarrillos en el cuerpo y el que tenía pelazo. Cortado a lo tazo y con un flequillo horrible, sí, pero pelazo. 
- Aquí no nos gusta mucho Bourne pero reconocemos sus méritos. Creemos que a James Bond no le hacían falta puestas al día (más allá de las que se pueden hacer con el propio personaje) y la primera película nos dio bastante dolor de cabeza, pero bien por él. Bien por convertirse en un héroe de acción improbable y levantar una trilogía.
- Una de las debilidades forjadas también durante esos años 90 cinematográficos es "El talento de Mr. Ripley". Al lado de la belleza deslumbrante y genial vestida de Jude Law y Gwinnie el blancucho Matt no se arredaba. Las gafas le quedaban de maravilla y es imposible no sentir un poco de compasión por él y no entenderle.
- No es el más guapo (aquí pensamos que sí, pero sabemos que es una opinión subjetiva porque de hecho está envejeciendo fatálitis) y tiene tendencia al bollopreñadismo, pero ha construido una carrera sólida sin apenas baches demostrando que vale lo mismo para un roto que para un descosido. No hemos visto "Behind the Candelabra" pero aplaudimos su pelucón y sus camisas con chorreras; nadie se acuerda de él en Infiltrados (nadie recuerda Infiltrados, en realidad) pero estaba estupendo vestido de policía; "Pegado a ti" es una de esas chorradas que odiamos y amamos por igual y hasta protagonizó "Un lugar para soñar", una película que confundíamos con la versión del videojuego Zookeeper hasta que se hizo una versión cinematográfica real, por delirante que parezca, llamada en España, sí, "Zooloco".
- Forma parte de la realeza de Hollywood y de ese remedo del rat pack -que no del brat pack- que es la pandilla de George Clooney (nos dan un poco de rabia pero estamos muy a favor de su existencia y de todo lo que sean etiquetas generacionales).