Monday, January 28, 2008

Berlinale

Berlín muy, muy bien. Enorme, muchísimo frío, andar, andar, andar… Subir al Reichstag, desayunos pantagruélicos, imposibilidad de encontrar comida alemana, currywurst delicioso, decir “estoy ante el muro de Berlín”, varias capas de abrigo superpuestas, cafeterías con rollo, bares con rollaco, Kreuzberg y Scheunenviertel, la Filarmónica, Holocausto y guerra fría… El alemán incomprensible; una de mis amigas lo habla bastante bien y eso nos salvó, pero no aprendimos nada. Era preguntarle cómo se dice perdón y a los dos minutos nos habíamos olvidado de la palabra. Había que mirar tres veces el nombre de la estación en la que bajábamos porque se nos borraba de la cabeza casi instantáneamente… Sitios increíbles y súpermodernos, la gente sorprendentemente poco abrigada, barato, barato… Muy bien, todo muy bien, pero lo mejor sin duda la compañía, que me pongo tiernuca y cursilonga con esta situación de estupidez y negatividad en la que llevo el último mes, o los últimos meses, o los últimos años, que sólo quiero quedarme en el sofá viendo “Fama” e hidratándome las grietas.

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Monday, January 21, 2008

Las enseñanzas de Sisa

Últimamente tenemos un problemilla en la aldea: hay un pájaro (o pájaros) que se estrellan voluntariamente contra el cristal de una ventana lateral del salón. A veces se estrellan con tanta fuerza que hasta lo dejan un poco manchado de sangre (ugh), otras se conforman con picotear incesantemente el cristal, como si quisieran romperlo. Las teorías que intentan explicar este fenómeno son de lo más variopinto: desde que algún reflejo del sol los vuelven locos, hasta que tiene un atávico recuerdo de cuando instalaba su nido entre las hojas de la hiedra. Yo soy más pro-teoría de la Senda de los Elefantes, o sea, que una ruta migratoria extraña pasa por ahí y se encuentra con el obstáculo de la casa, igualito que en la película de Elizabeth Taylor (lo cual me inquieta bastante, no olvidemos que la película terminaba con los elefantes pasando y, claro, destrozando totalmente la casa). Todo es un poco hitchcoquiano y molesto, la verdad, más que nada porque el pájaro se pone a picotear por la mañana bien temprano, y yo que duermo como un tronco no me entero de nada, pero el resto de la casa se despierta. Pero… equilicuá hemos dado con una solución clásica y moderna a la vez:

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Utilizamos una foto de Inés Sastre arrancada del ¡Hola! pegada a la ventana, como si estuviera apoyada en el alféizar contemplando el paisaje. Y, no se lo creerán, lectorcitos míos, pero funciona. Así que si algún día me encuentro por un casual con Inés Sastre en un campo de golf o similar, le diré que es el mejor espantapájaros con el que me he topado.

… y este fin de semana intenso de visitas, llantos y bla bla bla. El miércoles me voy a Berlín. Nervios, nervios. Por favor, si alguien va a entrar en una esfera, bola de la solidaridad, círculo de la prosperidad o como quiera que se llame, que busque antes en la wikipedia o donde sea el término "estafa piramidal", haga sus cuentas matemáticas y recuerde las enseñanzas de Sisa.

Sisa: esto era un rey, un sultán o un majarajá, no recuerdo, que se aburría mucho mucho. Un buen día se le presentó un sabio llamado Sisa que había inventado un juego genial que divertiría mucho al jerifalte. El juego era el ajedrez, y efectivamente el antaño aburrido monarca lo encontró divertidísimo y maravilloso. “Voy a recompensarte por esto. Pídeme lo que quieras”, le dijo a Sisa. Éste dijo que el juego que había inventado tenía un tablero con 64 casillas. Quería un grano de trigo por la primera, dos por la segunda, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta, dieciséis por la quinta… así iría duplicándose la cantidad hasta llegar a la casilla 64. El monarca se rió mucho con la petición, que le parecía una chorradita suprema. Pero cuando alguien hizo cuentas por él, se dio cuenta de que la cantidad de granos que tenía que entregar era tan desorbitada que tendría que dedicar las reservas de trigo del país durante los próximos diez años exclusivamente a pagar a Sisa.

Wednesday, January 16, 2008

Requiescat in pacem

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Paulina está bien, pero la deliciosa perrita Miranda, a la que todos recordamos por la expresividad mostrada en la boda de su dueña, "ha muerto de vieja".
De verdad que me da muchísima pena, porque lo que más me conmueve en este mundo, por encima de los niños con cáncer, las guerras y las mujeres maltratadas, son los perritos.

Thursday, January 10, 2008

Super sweet 16

Estas navidades la Mtv me ha tenido loca. No por los vídeos, que me dan un poco igual (por cierto, en el de “No one”, canción que me gusta mucho, Alicia Keys sale terriblemente estrábica, más que en cualquiera de sus videos anteriores (siendo el de “You don´t know my name” uno de los más bellos de la historia y en el que ella mejor sale), sino por los concursos y los programas de telerrealidad. La bomba (latina). Por un lado tenemos las series con apariencia de documental: “The Hills” y la otra cuyo nombre ahora no recuerdo, que por cierto una es una spin-off de la otra, con el personaje de Lauren como protagonista. En ellas seguimos las apasionantes peripecias de un grupo de adolescentes del “real orange county”: unos se lían con otros, tienen la fiesta de graduación, se pelean, se ponen los cuernos, se van de vacaciones, se van de compras… lo mejor de todo es que casi nunca pasa nada, pero en vez de ser aburrida y cansina, tiene un no se qué de atrayente que haga que me resulte imposible dejar de verla.

Pero es en los concursos donde ya se desata la locura: hay uno, “Parental Control”, que hay que verlo para creérselo. Un matrimonio maduro ve con horror cómo su hijito o hijita se lía con un individuo, generalmente de inferior clase social, al que ellos detestan porque:

a) dice tacos

b) no se depila las axilas

c) no trabaja ni tiene intención de hacerlo

d) es un gilipollas integral.

Así que la mejor solución es realizar un casting de posibles parejas para sus hijos.

Ven a unos cuantos (lo mejor de cada casa, la persona que se dio cuenta de que los castings eran mejores que cualquier programa debería recibir un Nobel), el padre elige a uno (o una) y la madre a otro. El vástago en conflicto deberá tener dos citas con ambos novios alternativos, -que sus padres visionarán en compañía del rabioso novio verdadero- y al final deberá elegir entre quedarse con su pareja oficial o cambiar por una de las elecciones paternas. Bien. Independientemente de que los padres suelan tener razón y los novios de sus hijos sean, efectivamente, unos gilipollas integrales, ¿en qué cabeza cabe que un adolescente deje al novio que él ha elegido y sus padres detestan para quedarse con uno que goza del visto bueno paterno? Pues a veces ocurre, increíblemente. (Obviemos el hecho de que probablemente todos sean actores y tal, ¿a quién le importa ese detallito?)

“Next” es otro programa que también me gusta mucho. Un chico o chica tiene a su disposición una furgoneta llena de candidatos deseosos de salir con él (o ella). Va teniendo una cita con cada uno que, en vez de desarrollarse dentro de la furgoneta (como sin duda los participantes preferirían), tiene lugar en panaderías, cabinas de bronceado, sitios así de guays para tener una cita. Con cada minuto que el candidato pasa con el elector, gana un dólar. Esto, hasta llegar a 45 minutos y 45 dólares, momento en el que el elector le dice que puede quedarse con el dinero y punto o aceptar tener otra cita con él y perderlo. Eso, si antes no se aburre y dice “next”, con lo que la siguiente cita sale de la furgoneta. El otro día vi uno en el que un tío absolutamente retrasado iba rechazando a unas chicas muy monas hasta que aparecía una moza absolutamente despampanante ataviada con una escueta camiseta con la que lucía escotazo. El chico fue verla, gritar “guauuu”, tener una erección y decirle: “muy bien, acabas de llegar: puedes elegir entre quedarte con un dólar o perderlo y aceptar tener una segunda cita conmigo.” La chica se lo pensó una fracción de segundo y aceptó, marchándose los dos suponemos que a fornicar en la furgoneta, ya libre del resto de candidatas.

Pero la palma, mi absoluta favorita, un programa que me obsesiona hasta límites indecibles, es “Super Sweet 16”. Esto es básicamente un minidocumental en el que seguimos los preparativos de la fiesta de 16 cumpleaños de unas acaudaladas norteamericanas. Es para mear y no echar gota. No quiero entrar en los estilismos que lucen las interfectas en sus fiestas, que hacen que más que cumplir 16 parezca que cumplan 56 mal operados. Qué maquillajes, qué peinados. El otro día seguían a una gemelas texanas de origen hindú. Una era guapísima, la otra gorda y bigotuda. Celebraban una especie de película de Bollywood en el jardín de su mansión, con coreografía ejecutada por ellas incluida. Pues bien, para dar gracia en la fiesta contrataban a un elefante (igualito que Apisonadora, el elefante de Bart) para que los invitados se sacaran fotos con él. Era genial. En otro programa una joven tenía que elegir a qué acompañante iba a llevar a su fiesta. Hacía una especie de casting entre los candidatos, los más fuerte es que uno de ellos ¡era su novio! ¡y elegía a otro! En la fiesta llegaba ella montada en una carroza, con su guapo acompañante, y el novio –que por cierto era un poco feo y torpe, pobre chico- se pasaba el convite siguiéndolos como un guardaespaldas apaleado. Las fiestas son… qué se yo, como la boda de Farruquito, como la boda de Paulina Rubio: Fuegos artificiales, mil invitados, actuaciones de estrellas de primera fila (casi todos raperos negros que están flipando más que yo con el despliegue), las cumpleañeras llegan en carroza o a hombros de porteadores… Luego está el tema de los regalos, que es el delirio total, básicamente coches carísimos, el otro día una recibía un porsche de 96.000 dólares, una cosa…

Y aquí sí que no hay vuelta de hoja, es del todo real.

Thursday, January 03, 2008

Gente que viene dos y tres veces todavía se confunde de puerta

¡Ya tengo internete, qué alegría más grande! Como estoy convencida -porque es una verdad como un templo, no porque sea yo muy lista y perspicaz (que también) (emoticón con carita sonriente)- de que la aparición de internet en el mundo es comparable a la irrupción de la imprenta de Gutemberg o al descubrimiento de América, me voy concienciando de que tener un informático en la vida es algo tan importante y vital como tener un médico o un tío rico y sin hijos.
Ahora es un poquitico tarde para hacer un resumen del año, que ya llevamos varios días estrenados de 2008 (y yo sin salir de casa desde la noche de fin de año excepto para ir al cine ayer, con mi papá, a ver "American Gangster". Súperchupi, me encantó, y Denzel Washington es el hombre más sexy del mundo. Russel Crowe es que sale un poco feo), pero aún así, aquí van unas pinceladas de lo más guay, horrible y total de 2007:
- Leticia Sabater echa un polvo en la playa y las cámaras "la cachan". Yo no sé si las imágines están en youtube, pero espero sinceramente que lo estén, porque se ve a Leticia dando significado a la palabra "follar". Al día siguiente de verla en dónde estás corazón, acudí a una comida familiar. Resultó que mis dos primas habían visto también las imágenes, y las tres confesamos que nos habíamos puesto cachondas. Jamás pensé que la autora del Letirap podría provocar algún mojamiento en mi coño, pero ya ves, nunca digas "este cura no es mi padre" ni "a mí Madonna ni fu ni fa".
- A José Luis Moreno le entran en la casa para robarle y apalizarle. Este suceso que tanto ayuda a sembrar el miedo en la gente (miedo a los albanokosovares, miedo a los perros peligrosos, miedo a la crisis que ya se nos viene encima...) es desde ya un hito de nuestra cultura patria, a la altura del asesinato de las Niñas de Alcasser o de la teta de Sabrina en televisión.
- Britney Spears. Ha sido la protagonista total del año, sembrando aún más su leyenda y convirtiéndose en una estrella del pop, realmente, bigger than life.
- El éxito de Umbrella. Veía a unas doceañeras bailar el politono que sonaba en su móvil (bueno, politono, en realidad supongo que era un móvil con mp3 que suena como un loro de los de toda la vida) canturreando "Umbrella, ela, ela" y jopé, realmente he ahí un clásico instantáneo y algo que recordaré como la gente con cinco años más que yo recuerda cuando sonaba Nirvana en una discoteca y todo el mundo se ponía a saltar y tenían que parar la música porque empezaban las peleas.
Y la verdad es que ahora no se me ocurre nada más, aunque por supuesto ha habido un millón de cosas tremendas e hiperinteresantes, pero estoy tan enganchanda al juego de los dados japoneses que trae el windows vista que ardo en deseos de ponerme a jugar otra vez. Y bueno, a ver si en el 2008 me convierto en una mujer adulta de verdad, que a mi edad ya empiezo a notar algunos achaques y que el cuerpo empieza a ir cuesta abajo y ya van siendo horas, caraina.