Berlín muy, muy bien. Enorme, muchísimo frío, andar, andar, andar… Subir al Reichstag, desayunos pantagruélicos, imposibilidad de encontrar comida alemana, currywurst delicioso, decir “estoy ante el muro de Berlín”, varias capas de abrigo superpuestas, cafeterías con rollo, bares con rollaco, Kreuzberg y Scheunenviertel,
Monday, January 28, 2008
Berlinale
Monday, January 21, 2008
Las enseñanzas de Sisa
Últimamente tenemos un problemilla en la aldea: hay un pájaro (o pájaros) que se estrellan voluntariamente contra el cristal de una ventana lateral del salón. A veces se estrellan con tanta fuerza que hasta lo dejan un poco manchado de sangre (ugh), otras se conforman con picotear incesantemente el cristal, como si quisieran romperlo. Las teorías que intentan explicar este fenómeno son de lo más variopinto: desde que algún reflejo del sol los vuelven locos, hasta que tiene un atávico recuerdo de cuando instalaba su nido entre las hojas de la hiedra. Yo soy más pro-teoría de
Utilizamos una foto de Inés Sastre arrancada del ¡Hola! pegada a la ventana, como si estuviera apoyada en el alféizar contemplando el paisaje. Y, no se lo creerán, lectorcitos míos, pero funciona. Así que si algún día me encuentro por un casual con Inés Sastre en un campo de golf o similar, le diré que es el mejor espantapájaros con el que me he topado.
… y este fin de semana intenso de visitas, llantos y bla bla bla. El miércoles me voy a Berlín. Nervios, nervios. Por favor, si alguien va a entrar en una esfera, bola de la solidaridad, círculo de la prosperidad o como quiera que se llame, que busque antes en la wikipedia o donde sea el término "estafa piramidal", haga sus cuentas matemáticas y recuerde las enseñanzas de Sisa.
Sisa: esto era un rey, un sultán o un majarajá, no recuerdo, que se aburría mucho mucho. Un buen día se le presentó un sabio llamado Sisa que había inventado un juego genial que divertiría mucho al jerifalte. El juego era el ajedrez, y efectivamente el antaño aburrido monarca lo encontró divertidísimo y maravilloso. “Voy a recompensarte por esto. Pídeme lo que quieras”, le dijo a Sisa. Éste dijo que el juego que había inventado tenía un tablero con 64 casillas. Quería un grano de trigo por la primera, dos por la segunda, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta, dieciséis por la quinta… así iría duplicándose la cantidad hasta llegar a la casilla 64. El monarca se rió mucho con la petición, que le parecía una chorradita suprema. Pero cuando alguien hizo cuentas por él, se dio cuenta de que la cantidad de granos que tenía que entregar era tan desorbitada que tendría que dedicar las reservas de trigo del país durante los próximos diez años exclusivamente a pagar a Sisa.
Wednesday, January 16, 2008
Requiescat in pacem
De verdad que me da muchísima pena, porque lo que más me conmueve en este mundo, por encima de los niños con cáncer, las guerras y las mujeres maltratadas, son los perritos.
Thursday, January 10, 2008
Super sweet 16
Estas navidades
Pero es en los concursos donde ya se desata la locura: hay uno, “Parental Control”, que hay que verlo para creérselo. Un matrimonio maduro ve con horror cómo su hijito o hijita se lía con un individuo, generalmente de inferior clase social, al que ellos detestan porque:
a) dice tacos
b) no se depila las axilas
c) no trabaja ni tiene intención de hacerlo
d) es un gilipollas integral.
Así que la mejor solución es realizar un casting de posibles parejas para sus hijos.
Ven a unos cuantos (lo mejor de cada casa, la persona que se dio cuenta de que los castings eran mejores que cualquier programa debería recibir un Nobel), el padre elige a uno (o una) y la madre a otro. El vástago en conflicto deberá tener dos citas con ambos novios alternativos, -que sus padres visionarán en compañía del rabioso novio verdadero- y al final deberá elegir entre quedarse con su pareja oficial o cambiar por una de las elecciones paternas. Bien. Independientemente de que los padres suelan tener razón y los novios de sus hijos sean, efectivamente, unos gilipollas integrales, ¿en qué cabeza cabe que un adolescente deje al novio que él ha elegido y sus padres detestan para quedarse con uno que goza del visto bueno paterno? Pues a veces ocurre, increíblemente. (Obviemos el hecho de que probablemente todos sean actores y tal, ¿a quién le importa ese detallito?)
“Next” es otro programa que también me gusta mucho. Un chico o chica tiene a su disposición una furgoneta llena de candidatos deseosos de salir con él (o ella). Va teniendo una cita con cada uno que, en vez de desarrollarse dentro de la furgoneta (como sin duda los participantes preferirían), tiene lugar en panaderías, cabinas de bronceado, sitios así de guays para tener una cita. Con cada minuto que el candidato pasa con el elector, gana un dólar. Esto, hasta llegar a 45 minutos y 45 dólares, momento en el que el elector le dice que puede quedarse con el dinero y punto o aceptar tener otra cita con él y perderlo. Eso, si antes no se aburre y dice “next”, con lo que la siguiente cita sale de la furgoneta. El otro día vi uno en el que un tío absolutamente retrasado iba rechazando a unas chicas muy monas hasta que aparecía una moza absolutamente despampanante ataviada con una escueta camiseta con la que lucía escotazo. El chico fue verla, gritar “guauuu”, tener una erección y decirle: “muy bien, acabas de llegar: puedes elegir entre quedarte con un dólar o perderlo y aceptar tener una segunda cita conmigo.” La chica se lo pensó una fracción de segundo y aceptó, marchándose los dos suponemos que a fornicar en la furgoneta, ya libre del resto de candidatas.
Pero la palma, mi absoluta favorita, un programa que me obsesiona hasta límites indecibles, es “Super Sweet
Y aquí sí que no hay vuelta de hoja, es del todo real.