Thursday, May 30, 2013

Las únicas parejas con química en Juego de Tronos

... son precisamente las que no tienen ningún tipo de química sexual (o al menos no en el sentido canónico del término).
Son, a saber, siempre hablando de la serie y por el momento:
- Jaime y Brienne
- Arya y el Perro
- Davos y Shireen Baratheon

Friday, May 24, 2013

Por qué el Gran Gatsby es un NO

- En "El Gran Gatsby" hay una escena en la que Nick Carraway, preso del furor de la escritura, se pone a redactar la historia y al mismo tiempo que lo hace las letras aparecen sobreimpresas en la pantalla como si estuviésemos en un videoclip de fantasía épica. 
- En otro momento, mi -por otra parte y pese a todo, adorado- Tobey Maguire en su papel de Nick Carraway se corre una buena juerga en un piso de Manhattan, se droga, se descamisa y bebe champán de una botella de Moet gigante. Pocas cosas más grotescas en el cine que ver a mi cara de bollo de leche Tobey desparramando y perdiendo los papeles. De estas escenas que hacen que tengas que desviar la mirada de la pantalla de vergüenza.
- Sabemos que a la gente le encanta reír a carcajada limpia en cualquier ocasión por burdo o malucho que sea el chiste. En una de las pocas escenas de humor de la película, Leonardo Di Caprio llena la casa de Nicky de flores, luego desaparece y reaparece empapado por la lluvia en una imagen que se supone, o al menos así parecía, que tiene que resultar refrescante y graciosilla. El público se tronchaba. Esto no es culpa de la película, pero todo influye, igual que cuando minutos después Tobey vuelve a la casa intentando hacer ruido sin lograr perturbar el ensueño de los amantes.
- Los momentos de felicidad de los amantes me recordaban tremendamente a "Tal como éramos", tal vez por una asociación inconsciente Gatsby-Robert Redford, tal vez porque me pones a un par de personas bellas vestidas de forma aún más bellas siendo felices junto al mar y no logro pensar en otra cosa. Pero claro, en esta comparación los modernos salen perjudicados.
- Que alguien me explique qué pinta el personaje de Jordan en esta película aparte de inundar la pantalla con sus ojos oceánicos. Que sí, saldrá en la novela, pero su función es similar a la de un canotier.
- Todo en la película es amanerado, pero amanerado en el mal sentido de la palabra (no-tengo-nada-en-contra-de-los-gays-y-de-hecho-tengo-muchos-amigos-gays), sobre todo porque a mí me gustan las películas amaneradas. Ameneramiento y artificiosidad pero que no guarda nada detrás, todo es vacío, todo es mentira (como la vida de Gatsby, jur). Y eso que es más comedido de lo que era en su hasta ahora mayor éxito Moulin Rouge (película de la que salí transportada y con ganas de volar y abrazar columpios, efecto que no se ha vuelto a producir cuando la he visto en televisión, por ejemplo). 
- Hubo momentos en los que la historia se me estaba haciendo tan tan larga y tan tan aburrida (ese final eterno que no llega nunca...) que tuve que ponerme a imaginar que estaba viendo una traslación de alguna de las novelas de mi adorado sobre todas las cosas Enrique Jardiel Poncela. Veía a Carey Mulligan evaluando sus posibilidades como alguna de las rubias protagonistas de "Amor se escribe sin hache" o de "La tournée de Dios", pero no pegaba ni como Sylvia Brums ni como Natalia Lorzain (para la que siempre pienso en la difunta Carole Lombard), y eso me enfurecía aún más. Acabé concentrando mi atención en esos vestidos de flapper locatis y en esos trajes maravillosamente cortados  (especial atención al jersey de punto beige que luce Leonardo Di Caprio; esta temporada en Zara hombre la ropa es muy gatsbiana, muy de jugar al golf y luego ser asesinado para que Hércules Poirot resuelva el crimen), que sí sentarían de maravilla a cualquier adaptación de Jardiel Poncela. 
- Todo "El gran Gatsby" en general me parece que puede resumirse en la escena de la primera aparición de Daisy. La voz en off nos dice que esa delicada mano que revolotea con una preciosa pulsera art decó es una maravilla que pertenece a una persona tintineante dotada con esa magia que hace que sin ella no haya fiesta posible y que disfrutar de su sola presencia sea una fiesta. Mira qué poético y simbólico y absurdamente hermoso es, te dice la voz, pero la mano se retuerce artificialmente sin que tu veas más que movimientos ridículos y cuando la dueña de la mano emerge por fin tras el sofá resulta que es Carey Mulligan, que es la nada. Una mamarrachada absurda sin un gramo de verdad.

Thursday, May 09, 2013

Máxima simbología

Hace unos días saltó una de esas noticias inesperadas dentro de una noticia más grande que tanto gustan en estos lares: para vestir a sus hijas durante su coronación como Reina de Holanda (así, en mayúsculas), Máxima Zorreguieta (que me encanta y de la que nunca hay que obviar que es hija de un ministro de una dictadura que tiraba a gente drogada al océano desde un avión) había elegido unos vestiditos -monísimos por cierto- de la marca gallega Pili Carrera. Los primeros sorprendidos fueron los de la propia marca, que sabían que la ya no princesa había encargado unos modelitos pero no que los utilizaría para la primera imagen icónica de su hijita Amalia saludando desde el balcón ya como primera en la línea sucesoria. El detalle que no han dejado de reseñar todos los medios es que "Máxima pagó todos los vestidos de sus hijas" y que les enviaron una nota diciendo que "la casa de Orange no acepta regalos". Faltaría más, diría cualquiera, y que de dónde nos creemos que sale el presupuesto para organzas y blondas de las princesitas, pero entonces volvemos la vista aquí a la tierra y nos entra un poco el sonrojo. Hace unos días, en un Salvados (ese programa que es verlo y no entender, pero literalmente no entender, cómo la gente que se suicida porque la desahucian no lo hace llevándose a alguien por delante) sobre el silenciado accidente del metro de Valencia, alguien comentaba algo que me pareció muy lúcido: que con la crisis, si se estaba consiguiendo algo bueno -si es que esto es algo bueno-, era que la población desconfiase más de los políticos y de las instituciones, no se quedase con la primera versión y exigiese respuestas y explicaciones fidedignas. También comentábamos hace poco lo indignante que es que la corrupción sólo moleste e incordie en épocas de vacas flacas, y que cuando las cosas van bien se disculpe, aliente y practique con dedicación lazarillodetormesca. Muchos años tendrán que pasar para cambiar la conciencia de un país tan asqueroso, caciquil y menor de edad como este. Esto y la noticia de los vestidos de Pili Carrera comprados y pagados con factura no tienen aparentemente nada que ver, pero en realidad sí lo tienen, ustedes ya me entienden.