Monday, December 29, 2008

Resumen de temporada

El año 2008 llega a su fin y, como de costumbre, toca hacer un resumencito de lo vivido, pero esta vez desde una óptima más personal y no tan "de país", que para eso están los dominicales. Ha sido un buen año 2008. Empecé con un propósito bien definido, encontrar trabajo (uno que no me desquiciara, frustrara y enloqueciera), y lo conseguí. Además he viajado mucho, no muchísimo pero sí mucho más de lo que esperaba o tenía en mente. Ya está. Bueno, como así queda un poco breve, echemos la vista atrás para recordarrrr:
En enero me voy a Berlín en buena compañía a deleitarme con los bares con rollo y con rollaco. El restaurante vietnamita nos decepciona, pero el currywurst encandila.
En febrero voy a esquiar a Andorra y de road trip a Valencia. Lo flipo en dolby ante el cartel electoral de no sé qué partido en el que se representan a unas ovejas blancas dándole la patada a una oveja negra. Para contrastar, en Altea descubro el agua de Valencia. Y delante del palacio del Marqués de Dos Aguas, me dan una gran noticia.
En marzo voy a Galicia (jojojo) y a pasar unos días a Oporto, donde como bacalao y me dan un masaje maravilloso.
En abril... creo que nada, este mes barcelonino.
En mayo me voy a Lyon a ponerme fina en los bouchones y hablar de todos los temas de los que he hablado en los últimos dos años pero en cuatro días.
En junio... pues ahora mismo creo que tampoco. Voy a la playa, a Sitges y al Garraf.
En julio voy a Madrid y es súperguay.
En agosto me voy a Polonia a sumergirme en historia, en pieroguis y sopa de centeno.
En septiembre voy a Andosilla, a vivir el fin de semana más cañí de toda mi vida. Y a Verona, a estar con los amigos y tomar unos cafeses deliciosos.
En octubre vuelvo again a Madrid, que creo firmemente que es la mejor ciudad de Europa. Voy a Port Aventura por primera vez y me lo paso pipa, pero no pienso volver en unos cuantos lustros.
En noviembre, Nueva York, breve pero intenso.
Y en diciembre a Galicia again.
Hacer propósitos para el año nuevo es un poco Bridget Jonesiano de más (a la par que inútil), pero como hacer listas me encanta, paso a relatarlos aquí, aunque luego no los lleve a cabo ni falta que me hace:
- Encontrar una nueva casa que intente, aunque sea difícil, ser tan bonita y acogedora como la actual (este es el único propósito de año nuevo que pienso cumplir sí o sí, y a corto plazo).
- Aprender a hacer sushi.
- No dejar de beber, pero dejar de beber hasta la náusea. No vomitar en las casas de mis amigos. A ser posible, no vomitar en mi propia casa.
- Ser menos vaga y en vez de pasar los domingos de resaca en el sofá, armarme de valor, ducharme e ir a dar cortos y agradables paseos.
- Ir más al cine y al teatro, sobre todo si me invitan.
- No tener relaciones sociables basadas exclusivamente en el fin de semana, sino quedar con gente también por las tardes para tomar algo y hacer recados en compañía y estando sobria.
- Depilarme más a menudo.
- Comer más pescado y verduras y no tantas rufles al jamón.
- Acabar con las grietas.
- Ser un poco más lady y dejar de usar la ropa rota y estropeada, por muy cómoda que me sea y por muy bien que me vea con las converse/cazadora/mallas destrozadas.
- Usar pantalones que no sean exclusivamente vaqueros. Usar más vestidos y faldas.
- Comprar ropa interior bonita y sexy, y no sólo bragotas de algodón con dibujos de caracoles y nubecitas.
- Ser más creativa, trabajadora y constante.
- Leer más libros y no releer la qué me dices o la glamour por pereza.
- Tener algún tipo de actividad casera para mantener mi tiempo ocupado productivamente cuando esté en casa, y no pasar tanto tiempo en el facebook. Tal vez dedicarme al punto de cruz, o bordar con mis iniciales las sábanas y toallas. O hacerle sombreritos y vestiditos a cerillas, como una Briones.
- Viajar más.
- Llamar más a mis padres.
- Ser una buena amiga a la que todo el mundo quiere por su sabiduría y elegancia interior. Estar ahí para escuchar los problemas de los demás. No ser borde, dar problemas ni criticar a la gente. Ser ecuánime.
- Ver Deadwood. Acabar con Mad Men. ¿Ver, tal vez, True Blood?
- Hacer los ejercicios de la espalda y mejorar la postura corporal.
- No quedarme dormida en bares, teatros ni cines.
- No enfadarme por cosas absurdas que no tienen solución, como con la gente que aplaude cuando el avión aterriza, por el uso indiscrimando de la comic sans o con las tonadilleras que dicen "eso es incierto". Ser más paciente, no rabiar, no celarme, ser madura y equilibrada.
- Actualizar más el diario.
Y eso, que feliz año nuevo a todos mis lectorcitos.

Thursday, December 25, 2008

Bailar con mil perritos

Llevo un huevo de pato sin actualizar debido al estrés laboral y personal que me deja la imaginación sequita y produce mermas considerables en mi salud. De repente estamos ya en Navidad, y mi contento hoy es mucho debido fundamentalmente a dos cosas:
Cosa primera: después de muchos años de tradición, mi cena de nochebuena de ayer no consistió en bacalaoconcoliflor (siempre precedido de abundante marisco, eso sí), sino en solomillos con foie ultra deliciosos. Muy bien.
Cosa segunda: ha aparecido el perrito "Trus" (por si no conocen esta historia, se la resumo brevísimamente: un señor viajaba en avión con sus dos perritos en la bodega, y los bastardos malnacidos del aeropuerto de Barajas "accidentalmente" perdieron uno -se supone que la jaula se abrió, los perritos salieron, lograron atrapar a uno, la hembra, pero Trus se perdió-) El dueño llevaba cuatro días acampado en el aeropuerto organizando batidas para encontrar a su perrico, a quien todos, supongo, veíamos ya espanzurrado en la autopista. Pero no, ha aparecido vivito y coleando y ya se encuentra feliz con su abnegado dueño y su compañera perruna. Es la historia más navideña, tierna y hermosa que puedo concebir.

Friday, November 21, 2008

Absolutamente maravilloso

Desde luego, nunca se sabe cómo vamos a acabar. Me he vuelto adicta al "El confesionario de Kiko", el blog de Kiko Hernández en la web de telecinco. Aparece todo bien definidito en esta frase: "Kiko Hernández nos acerca a los que, como él, fueron un día 'grandes hermanos'. Sus fotos, sus experiencias, sus opiniones sobre la casa de este año y de otros... y sobre la vida fuera de ella."
Pues lo que todos estábamos deseando: entrevistas cercanísimas con los grandes hermanos de los que hacía siglos no sabíamos nada. Aquí he podido enterarme de que Bea la Legionaria trabaja en una tienda de móviles y de que Óscar, de GH3 (creo), se sacó la licenciatura en derecho y al poco tiempo estaba trabajando como abogado de la defensa de Sadam Hussein. Toma ya, ¿cómo te quedas? La realidad supera a la ficción, te lo cuentan y no te lo crees, ni en mis mejores sueños podría haber imaginado algo así, etc etc. Me alegro mucho de que el cáncer de páncreas (que se llevó a Rocío Jurado) ya no sea un enfermedad mortal de nesesidá, por Kiko y por Patrick. 
Y vean, vean con qué declaraciones bigger than life nos obsequiaba Kiko hace unos días. Pertenecen a la entrevista que le realizó a Ana Toro, una de las primeras expulsadas de GH de este año y loca del coño como una vicuña. 
ARTE PURO:
"Ana, Anita, Ana, ¿pero si a mí me han comentado que te enrollaste hace una semana con Marc Ostarcevic, el ex de Norma Duval?

Nada de nada, lo conocí en una discoteca, acompañada de Gema Gh10, y vino a saludarme y me dijo: “¿a qué no eres capaz de quitarte el sujetador sin levantarte la camiseta?” y yo lo hice. Acto seguido se guardó el sujetador y me dio un beso con lengua, pero nada más. Es que me bebí dos baileys y estaba yo facilona."

Wednesday, November 12, 2008

You talkin' to me?


He llegado de Nueva York tras unos días de felicidad (no es difícil), holgar (siempre comporta felicidad), comer (riquísimo y baratísimo todo) y reír (a mandíbula batiente). Compongamos un retrato del viaje en pinceladas impresionistas:
- Fui a ver a los Knicks al Madison Square Garden a escasas horas de llegar. Cuando mi anfitriona me dijo que había comprado entradas, mi respuesta fue: "¡qué bien! ¿los knicks son baseball?" Pues no, los Knicks son baloncesto, el primer partido de baloncesto de mi vida (tampoco he ido nunca al fútbol, soy taaaan poco deportiva, yo) y una gran emoción y alborozo por el lugar, el evento y el desarrollo del partido en sí. Manos gigantes, perritos calientes, "¡De-fense!" y diez segundos que duran un cuarto de hora, como siempre. Gritos de éxtasis del público, animadoras, cámaras que enfocaban a los más bailones del las gradas y, entre el público, Chris Rock y Michael Jordan, protagonista de "Space Jam" junto a súperestrellas como Bugs Bunny o el Pato Lucas.
- Central Park es un mundo maravilloso de belleza sin parangón. Como estamos en otoño (mi estación favorita -qué onceañero es esto de tener una estación favorita) los árboles caducifolios estaban amarillitos y rojitos y naranjitas, y pasear esquivando a los corredores y a las ardillitas peludas era como estar en una de esas horrendas películas que son "Noviembre dulce" u "Otoño en Nueva York".
- La misa en Harlem. Esto es una cosa increíble que nadie debe perderse endexamáis, y que debería estar en la lista de cosas a hacer en la vida junto a escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. De hecho, como bien supondrán mis lectores, yo creo que debería sustituír a tener un hijo ya. Me imaginaba que sería una cosa como mucho más de coro de negros vestidos de morado cantando salmos y el público cantando con ellos y batiendo palmas, pero en realidad es una cosa mucho más viva, espontánea e increíble que me ha recordado a las imágenes de las misas de los telepredicadores, con gente llorando y dando gracias entre alaridos. Pues algo así, pero mejor. Una catarsis colectiva. Los asistentes a misa lloraban a moco tendido (había gente repartiendo kleenex a diestro y siniestro)

Todos los del púlpito (perdonen mis incorrecciones por desconocimiento del... ¿anabaptismo? sólo sé que eran protestantes, pero ni idea de qué protestantes exactamente. Esto es ser turista) llevaban camisetas de Obama (de los más variopintos y horteras modelos inimaginables) y el sermón tenía más de mitin político que de la misa clásica que todos conocemos y amamos. Todos cantaban y el público entraba en éxtasis. De repente un espontáneo saltaba a la tarima, agarraba el micrófono y empezaba a cantar "oh señor gracias gracias gracias" así, pero con una voz maravillosa y moviendo el culo, durante cinco minutos, y al final se vivía un momento de catarsis en el que parecía que la iglesia iba a estallar de emoción, una del coro se tiraba al suelo a rezar, otro saltaba compulsivamente, se escuchaban aleluyas extraviados de los asistentes y todo era, en fin, como si un ataque de epilepsia colectivo estuviese a punto de estallar. Sales de allí queriendo ver la filmografía completa de Spike Lee, pensando que los negros son la raza superior y que los blancos no la saben (sabemos) meter. Porque esa es otra, qué belleza. No hay nadie más tremendamente atractiva que los negros de Estados Unidos. Sexo.
- Y, finalmente, Nueva York está tomada por Obama, es obamista cien por cien. He llegado a la conclusión (tras arduas reflexiones mientras bailaba imitando a la sirenita en un bar 50's del Midtown) de que Obama es un objeto de marketing más, al nivel del Che o del I love NY. Las chapas y camisetas de Obama se venden en todas partes, y hay carteles y pintadas callejeras molonguis con Obama caracterizado de Superman. Obama está de moda, y una no puede dejar de pensar que ha generado tantas esperanzas y tanta utopía a su alrededor que ojalá le vayan bien las cosas.

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Aquí estoy yo, haciéndome la interesante en Central Park. Qué misterio tan misterioso.

Tuesday, November 04, 2008

Fisiquimiza tu móvil

Casicosas y cosaquisis:
- Es increíble. Ya sólo existen dos temas de conversación: la crisis y el facebook. Lo de la crisis es un tema que da para poco (¿Crisis sí? ¿Crisis no? ¿a favor o en contra?) y bastante deprimente, pero el facebook... ¡ay el facebook, qué no parar! Ahora que "mis amigos" se han ampliado a amigos de toda la vida y gente a la que no veo desde hace diez años vivo una espiral de regreso a la adolescencia, todos venga a colgar fotos del instituto, comentando anécdotas del pasado y encontrándote de pronto en 1999, vestida con ropa que hoy jamás te pondrías, abrazada a un exnovio y rodeada de gente con la que ya no te hablas. O sí. Un sin vivir, vamos. La locura, todo el rato haciéndote fan de todo (fan de hacerme fan, literalmente) y cotilleando los muros de los demás (creo que esta última frase la he sacado, textualmente, de Popy Blasco). Súperafavor.
- Física o Química es cada día mejor. No entiendo cómo hace la gente que no lo ve para tener alicientes y diversión en su vida. El "¡Te han violado!" de Blanca Romero la semana pasada ocupa ya un lugar destacado en mi corazón.
- Estas últimas semanas he ido a ver un concierto de Martirio (me encantó), el musical de Spamalot (psh, no está mal), "Camino" (qué jartá de llorar), la exposición de Mucha en el Caixa Forum (muy bella ¡y gratis, palabra musical! y a comer y cenar en muchos sitios ricos (esto no tiene nada de raro, yo como y ceno muy a menudo en sitios ricos). Pero ahora mismo no tengo cabeza ni corazón (guiño a Rajoy) para comentar nada de esto, porque mañana me voy a Nueva York, a cubrir las reacciones a las elecciones para todos los lectores de Ra está en la aldea. A mi vuelta cuento.

Friday, October 24, 2008

El mismo concepto de vida

La historia del falso secuestro del novio de Falete es absolutamente maravillosa y la recordaremos siempre en nuestros corazones (eso sin contar con que probablemente aún no haya terminado y nos queden por descubrir nuevos y apasionantes acontecimientos). Pese a eso, la imagen que me acompaña esta semana es de principios de mes y pertence al laaaargo reportaje que le dedicó el ¡Hola! al castillo que le ha regalado Adrien Brody a Elsa Pataky. Que no es ni castillo ni se lo ha regalado, pero da igual. Por fin tengo en mis manos la revista que ojeé en el aeropuerto y que se me pasó comprar esa semana, cuando fui al kiosko ya tenían la de Genoveva Casanova con un vestido que se confunde con las velas del barco que la lleva rumbo al futuro. Que esa es otra, estas portadas que nos está regalando el ¡Hola! últimamente son para mear y no echar gota.
Bueno, que me lío, esta es la imagen que se ha quedado clavada para siempre en mis retinas por su derroche de clase, buen gusto y saber estar. Disfrútenla aquellos que todavía no la han visto:


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Thursday, October 16, 2008

El pollo al limón me mola un montón

(Entrada escrita un poco a cascoporro, golpeando el teclado y empezando las frases sin saber cómo voy a terminarlas. Vamos, como todas)
Últimamente pienso y hablo mucho sobre la maternidad. Líbreme dios de estar planteándome nada ni mucho menos, pero no sé qué pasa, si es que conozco a gente que tiene niños pequeños, que si tengo noticia de parturientas, que si el tema de “el parto es nuestro” siempre me ha interesado y últimamente he leído más cosas relacionadas con él, pero el caso es que dedico bastantes horas útiles de mi tiempo a este tema.
Yo no quiero tener hijos. La única razón por la que no añado un “nunca” a esta frase es porque aún soy joven (qué carajo, es verdad, ya no soy muuuy joven pero aún merezco ese adjetivo) y nunca hay que decir “ese cura no es mi padre” ni “a mí Madonna ni fu ni fa”, pero hoy por hoy mi instinto maternal es nulo. Soy harto vaga, y pienso en lo me cuesta muchas veces no meterme en cama en cuanto acaba el telediario nocturno, en lo cansado que resulta a veces tener una vida social y personal como para un encima criar a la vez un hijo, con lo cansado que es. Y me gusta mi vida, además, me gusta la idea de encaminarla hacia donde me venga en gana y egoístamente no quiero que ningún niño me la cambie. Y tener que hacer amistad con los padres de los amigos de mis hijos, qué horror. Y la de dinero que se gasta que podría invertirse en viajes, restaurantes caros, ropa bonita, ir al teatro. Y sobre todo que tampoco me gustan los niños, me siento incómoda en su presencia, no tengo mano, no los sé llevar y me agotan. Me gusta algún niño en particular, pero en general y sobre todo si van en packs multitudinarios, no. La mejor decisión de mi vida fue dejar el colegio, vamos, fuente de frustración y constantes contracturas en la espalda. Además a mí un niño de cinco años me pregunta qué quiere decir “ninfómana” o “eyaculación” y no sé darle una explicación “acorde con la edad”, sólo sé decir la verdad, lo cual probablemente genere más dudas y consultas y problemas porque su cabeza no lo puede entender, como cuando me encontré explicándoles a una clase de prepúberes lo que era la circuncisión y el frenillo, y decía cosas como “porque cuando el pene erecta...” y sudaba frío pensando “venga ya, algunos de vosotros ya tenéis que estar operados de fimosis”. A veces puedo encontrar seductora la idea de tener un niño de un modo abstracto, como para vestirle con ropita bonita (como quien tiene un Penique o la Rosaura), hacerle peinados guays y ponerle camisetas de los Misfits (pobre crío, casi mejor castrarme ya y no traer semejante engendro al mundo), o para recrearme en la idea de leerle cuentos por la noche y legarle mi colección de Los Cinco o la del Barco de Vapor o los Astérix o los Don Miki (o la herencia familiar, que es bastante más sustanciosa) pero sé que eso no es más que una idea inmadura de la maternidad, como la tienen las niñas pequeñas que juegan a ser madres o los famosos que tienen niños porque se pone de moda y queda mejor en las felicitaciones de Navidad. Y luego está la idea de que tener un hijo es, al fin y al cabo, arrancarte un pedazo de tu corazón y ponerlo a andar por el mundo, ahí, a expensas de que cualquier desalmado le haga daño, le haga bullyng o mobbing, le traume horriblemente o le viole o le haga ser infeliz. ¿Y si luego tu hijo no te cae bien? Yo supongo que le quieres porque claro, con esa cara de bambi que tienen los bebés digo yo que sus padres les tienen que querer por cojones, pero hablo de luego, cuando el niño crece y empieza a tener carácter, opiniones y manías que joden más que que no duerma por las noches o que no digiera bien la leche. Yo antes pensaba que la gente éramos más rollo papel en blanco, que nacíamos con poquito predeterminado y casi todo era la educación y el ambiente y tal, pero ahora pienso de que no, cambio de opinión como la psicología hace cada cinco años y creo que venimos con casi todo puesto de fábrica y nuestros padres y ambiente no pueden hacer mucho por nuestra forma de ser (excepto si, no sé, eres violadito de pequeño o tus padres son yonkis, que digo yo que esas cosas marcan más que nacer con una personalidad así o asá). Ya no hablo de te salga un hijo tonto o con una enfermedad grave, si no de que tu hijo sea tontícola. Igual al principio no lo ves así, pero con los años forzosamente tiene que haber cosas de tu hijo que detestas, o puedes llegar a odiarle mismamente. A mí me sale un niño que cree que decir “qué pasa neng” es gracioso y vamos, me pego un tiro (imitar a Chiquito no cuenta, eso es gracioso de verdad). Ya no digamos si es un cabrón con pintas, un garrulo o una persona, en definitiva, con la inteligencia y la cultura de una cabra. O, más en serio, encontrarte con que resulta que es una persona triste, con la autoestima baja, incapaz de afrontar sus problemas, buscarse la vida, inseguro y neurótico, un pobre infeliz. Teniendo en cuenta que la mayoría de la gente encaja perfectamente en esa definición, casi mejor no arriesgarse.
Aún así, cada vez me interesa más que la gente me hable de sus partos y los múltiples conflictos que genera la crianza. Pero con sinceridad, no con milongas. Que me hablen del cansancio, de la frustración, de los desencuentros con el mundo, con el infante y con la pareja (cuando la hay). Que me cuenten que el día del nacimiento de su hijo fue horrible, qué angustia, qué dudas, qué presión, qué no saber si lo sabrás hacer. Que me digan cómo se ha multiplicado su miedo a la muerte. Que le quiten mística e importancia. Que los padres reconozcan que tienen celos de sus hijos. Y, misteriosamente que, pese a todo, digan cuánto les merece la pena.

Friday, October 10, 2008

Pistoleras, celulitis y piel de naranja


Actualización rauda y breve porque hace tiempo que no lo hago pero creo que tengo fiebre y no estoy muy inspirada:
-Estuve el fin de semana en Madrid. Me lo pasé tan de rechupete que al coger el avión, el domingo a las ocho de la tarde, aún estaba borracha. Gracias a todos los que ayudaron a que el lunes tuviese una de las peores resacas de mi vida. El templo de Debod, en el que curiosamente nunca había estado, me gustó mucho también, con sus novia a cada cual peor vestida sacándose fotos al atardecer y sus parejas haciendo petting sobre el césped.
-Antes fui a ver al CCCB la exposición de Ballard comisionada por Jordi Costa (envidia). Cuántas cosas aprendí: aprendí que "El imperio del Sol" está basada en una novela/memorias de Ballard. Aprendí que Crash también está basada en una novela del mismo señor, pero Crash la de la gente que se pone cachonda con los accidentes de tráfico, no la del oscar, no. Aprendí también (esto me lo dijo un compañero de expo) que cuando tocó diseñar al alien de Alien, se pidió que el bicho tuviese algo que nunca se había visto en la naturaleza, algo terrorífico salido de la mente humana, y se inventaron esta boca pequeñita retráctil que tiene el Alien dentro de su boca grande. Pues bien, hace unos meses los científicos (me encanta cómo generalizamos los ignorantes, así en plan "los científicos", como quien dice "los ingenieros de todo el mundo" o "lo que España necesita") descubrieron un pez de las profundidades abisales que tenía esa doble boca asesina. La realidad supera a la ficción, la vida imita al arte, etc.
-Aún no me he comprado el billete, pero es probable que en Noviembre me vaya de turismo a Nueva York. Y no tengo palabras.

Monday, September 29, 2008

Paul Newman que estás en los cielos, para siempre entre nosotros comiendo huevos

1) Al lado de mi casa hay una iglesia evangélica. Ayer por la tarde salía yo con una amiga a pasear la resaca y al pasar por delante de la puerta –donde se estaba celebrando “el culto”- un señor mayor nos tendió un papelito publicitario de su religión, supongo. A nuestro “no, gracias”, nos gritó “¿por qué no quieres cogerlo?” pero no con amabilidad en plan “¿por qué no quieres conocer a Dios?” sino con un tono ofensivo y cabreado, como de “¿por qué no lo coges, mala puta?”. Le grité “¡Soy católica!” pero me temo que no lo suficientemente alto como para que me oyese, y el espíritu de la escalera se adueñó de mí. “El espíritu de la escalera” es una expresión que, una vez que aprendes, no dejas de utilizar para nombrar cierta sensación que todos sentimos muy a menudo. Yo la aprendí de Lector constante (a quien Yaveh Elohim colme de bendiciones, etcétera) y todos ustedes deberían estar buscando su significado ya mismito, porque repito que una vez la conozcan no dejarán de usarla.
2) Se ha hablado mucho estos días en Barcelona del joven antisistema que consiguió 450.000 euros en préstamos de diversos bancos y se fugó tras editar el único número del periódico “Crisis”, donde explica su modus operandi y de paso suelta bastantes páginas de rollo sobre la crueldad del capitalismo internacional, el club Bilderberg, la Trilateral y cosas por el estilo que, al menos yo, me tengo muy aprendidas. ¿Y qué pienso yo de todo esto? Pues que el joven, de nombre Enric, es un carota de mucho cuidado y un héroe urbano a la vez. Espero que esté ahora mismo en Tailandia o en Brasil, viviendo la vida en plenitud, aunque según él va a gastar el dinero que le ha quedado tras editar el periódico (gratuito, eso sí) en “luchar contra el sistema” y “llevar a cabo diversos proyecto de concienciación social”. Ejem. Pero resulta que tengo un amigo que lo conoció de cuando vivía en una casa okupa en la calle del Carme (hay que tener amigos en todas partes) y que dice que realmente era un joven concienciado y tal, que se gastó la herencia de su padre en poner un chiringuito lúdico-social-cultural en la plaza del Sol. Y oye, pese a mi escepticismo, es verdad que se ha gastado unos cuartos –no muchos- editando el periódico en el que cuenta su hazaña, y al fin y al cabo, -qué carajo- quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Yo guardo el ejemplar de “Crisis” que me dieron al salir del metro como si fuese un autógrafo del Dioni.
3) Qué vergüencita. Yo soy la persona menos dada a “estas cosas” del mundo, pero el otro día no pude resistirme y lo hice: le dejé un comentario a Espoiler en su entrada sobre Swingtown. Este es:
Nunca te agradeceré lo bastante la recomendación de esta serie. Ha sido un placer pasar el verano en 1976, pero estoy con algunos de los comentario de arriba: ¡el post es demasiado breve e insulso! Si el primero hizo que nos muriésemos de ganas por ver el piloto, este se queda en un "bah, paso". Y, efectivamente:
-envidia cochina tenemos todos de los Decker y su vida maravillosa
-la fotografía y la música son perfectas a más no poder
-Jack Davenport es lo más flojo de la serie: tiene un gesto como de alzar las cejas y una sonrisa de medio lado que no deja de repetir y me desquicia
-"El sexo tiene consecuencias", frase que dice Susan en el segundo -creo- capítulo, resume perfectamente el espíritu de la serie, y eso que, como apunta un comentario, no habla sólo de sexo, sino de relaciones, y de cómo el matrimonio no es nunca el final de la historia.

(Madre mía, menudo comentario, ni que yo estuviese casada o fuese a estarlo alguna vez)
Porque sí, ataco con Swingtown. Ya finiquité el capítulo 13 y último hace unas semanas y desde entonces los recuerdos de la serie no dejan de perseguirme. Me pasa una cosa que me pasa desde pequeñuela con las series, películas u obras de teatro que me encantan, y es que elucubro en mi cabeza sobre cómo llevarlas a cabo en mi hogar, rodando con la cámara de fotos y con mis pobres amigos vestidos para la ocasión. Obviamente esto (casi) nunca se lleva a cabo (no teman), pero anda que no disfruto yo imaginándome a mis compañeras de piso ataviadas con vestidos kilométricos de estos a lo Betty Misiego y a mí misma (mismiedad) interpretando a Janet con camisas de cuadros abrochadas hasta el último botón, fregando el horno en mitad de la noche en pleno ataque de histeria, o vestida de azul y con el pelo cardado entrando en la pista de baile de la mano de Tom Decker durante la gala de beneficencia. Igual me animo y monto una fotonovela.

Wednesday, September 17, 2008

E-spagueti

Con motivo del 11 de septiembre, festivo en Cataluña y fecha indudablemente destinada a darnos disgustos y noticias por los siglos de los siglos, me fui a Verona a casa de un amigo que es de allí. Qué bonita es Verona, tiene ese aire inefable de todas las ciudades italianas: medio medievales, medio renacentistas y con las calles comerciales empedradas con un mármol rosa que resbala cantidad.
Apuntes breves sobre Verona:
- En la (supuesta) casa de Julieta los enamorados se dedican a escribir notas de amor (supongo que "Karl & Jenna Forever Love" o un similar) y las pegan a la pared ¡con chicle! Tan repugnante costumbre hizo que se me pegase un mechón de pelo a unas notas cuando me acerqué demasiado para sacar una foto. Argh y reargh. Creo que era Ramón Gómez de la Serna (el de la muñeca tamaño natural) el que decía eso de "cursi es todo sentimiento que no se comparte". Pues podría decirse que el amor es siempre cursi cuando no se comparte, y que eso de pegar notas con chicle a la pared es una guarrería súper-representativa de lo que es el amor: al que lo vive le hace mucha ilusión, el que lo ve desde fuera siente un poco de asquito. La casa de Julieta por otra parte es una muy buena metáfora de lo que es el turismo: a una casa medieval le añadieron en los cincuenta un balconcito que no tenía para llenar las expectativas de los turistas románticos. Debajo hay una estatua de Julieta a la que hay que tocarle una teta para garantizarse la suerte en el amor. Yo todo esto ya lo sabía antes de ir (claro, con lo lista que soy yo), pero estar allí con las hordas de japoneses haciendo el turista un ratito resulta una experiencia muy curiosa.
- En casa de mi anfitrión tenían el exprimidor de zumo de Philippe Stark, más conocido como "¡La guerra de los mundos!" (imprescindible la exclamación). El caso es que he estado delante de uno muchas veces pero me di cuenta de que nunca lo había utilizado para exprimir fruta (esto no quiere decir que lo haya utilizado para metérmelo por el coño ni nada parecido), y mientras comíamos unos deliciosos e-spaguetis al pesto o e-spaguetis carbonara, lo miraba de reojillo, a punto de saltar sobre él para comprobar si es práctico y limpio de verdad o si toda la pulpa de la naranja se filtra hacia el vaso. La próxima vez no falla.
- En Italia están poniendo "Un paso adelante". Me hizo mucha ilusión encontrarme con las correrías de MAM, Lola, Ingrid y Pablo Puyol en la sobremesa del viernes, y me pregunto si tendrá un éxito comparable al que decían que tenía en Francia, donde pusieron UPA poco después de su estreno aquí y decían que por eso en Francia Mónica Cruz era casi tan estrella como su hermana. El doblaje era muy gracioso y estaba mal sincronizado. El personaje de Cristóbal (interpretado por un actor gallego con el que coincidí en un avión que sería el inicio de una horrible travesía hacia Túnez) se llamaba "Cristobal", con acento en la a. En el capítulo que vimos, Lola recibía cartas de amor anónimas en medio de clase, y al final del capítulo su admirador secreto la citaba en el teatrillo que tenían allí en la escuela de Carmen Arranz. Resulta que eran unos compañeros de clase (el gitano y otro) riéndose de ella, y Lola lloraba, se desgañitaba y agitaba su tersa y kilométrica melena. Qué recuerdos de UPA. También cantaban, en un momento del capítulo, su hit "Morenita muchachita", y todo fue como volver a 2002.
Pues eso, que hay que tener amigos en todas partes para que te inviten a marroquinos (una mezcla de café, nata y chocolate que HAY que probar) y sus amigos locales te piropeen llamándote "brava ragazza" y te inviten a cervezas en jarras de cerámica que pesan medio kilo.

Tuesday, September 09, 2008

Lo que nos trajo el verano de 2008

Google ha sacado un navegador que reúne lo mejor del Firefox y de ese otro de Linux que no recuerdo cómo se llama. Del explorer no han cogido nada, claro. Es raro que yo hable de estas cosas porque es obvio que no tengo ni idea, pero dicen los expertos que, aunque esté en desarrollo todavía, está muy bien, es muy rápido y carga muy poquito el ordenador. Yo veo simplemente que es bonito y sencillo, y el logotipo, efectivamente, es igual que el del Simón, verde, rojo, amarillo y azul, dan ganas de pulsarlo repetidas veces a toda velocidad. El nombre, "Chrome", lo veo muy poco apropiado para un navegador. Parece más bien el nombre de una película de Cronenberg o de Darío Argento. Para finalizar esas hondas reflexiones sobre el Chrome, me pregunto qué no sacará google, y apuesto a que dentro de diez años comeremos comida Google y viviremos en casas construidas por Google, rojas, verdes, amarillas y azules. O, más probablemente, diremos ¿Goo qué?
Fonsi Nieto y Ariadne Artiles han "jugado al despiste" (expresión sin la cual los comentaristas del corazón no sabrían vivir) durante todo el verano. Esta pareja me produce una pereza terrible, pero querría comentar dos cosas:
cosa 1: Fonsi Nieto es el horror. ¿Qué novias son esas que se elige, dios mío? Supongo que puede considerársele afortunado porque con esa pinta que tiene ha salido con tres mujeres que son consideradas tías buenas por casi todo el mundo: Elsa Pataky, Natalia Verbeke y Ariadne Artiles. A mí las tres me parecen un espanto total. Chabacanas es la palabra que mejor las define. Elsa Pataky, cumbre del deseo patrio, pese a parecer seriamente retrasada, nos cae psuedobien por haber sido Raquel en Alsa, antes de operarse la nariz y etcéteras varios, pero es una hortera y una tuja de tomo y lomo. Esa ropa que diseña, o diseñaba, es igualita que los chándales marca Batuka. Natalia Verbeke siempre parece tener la cara y el pelo sucios.
cosa 2: Ariadne Artiles tiene una cara de modelo normalita y corriente, pero un cuerpazo poseedor de una cosa que a mí particularmente me encanta, y es un tronco larguíííísimo. Entre sus tetas y su coño hay kilómetros de distancia, y eso hace que sin las mechas y el look ibicenco, pudiera ser elegante. Pero no.
David Bustamante y Paula Echevarría han tenido una niña. Como son asín, la han llamado Daniella con doble ele, que supongo que les parecerá más moderno. De Busta opino más o menos lo que todo el mundo; musicalmente me interesa tanto como el nuevo disco de Banghra o, por utilizar un símil literario, el libro "Los Tous: historia de una familia, una empresa y un osito hecho joya" (aunque su canción "oé oé oé oá siempre te llevo dentro del alma como el arrullo de un mar en calma" me encanta). Lo más guay que asocio a Bustamante es algo que ni siquiera ha hecho él, sino los Astrud: una foto en la que Manolo llevaba una camiseta con la cara de Bisbal que ponía "robot" y Genís una con la cara de Busta que ponía "persona". Aún así, celebro su reciente etapa de hombre feliz que ha recuperado el rumbo estético (en términos OTeriles, claro está) y creo que esa mujer que tiene, Paula Echevarría, es lo mejor que podía haberle pasado. Todos recordamos con el corazón encogido aquella etapa en la que su pérfida y rubia exnovia Begoña Alonso le denunció por malos tratos, y su familia protagonizaba episodios de agresión en San Vicente de la Barquera. Por suerte todo aquello se aclaró y la malvada modelo robavestidos (o roba zapatos, no recuerdo bien qué era lo que le robaba en el backstage a la novia de Nacho Sierra) debe estar ahora mismo en su casa lanzando dardos a una foto de Paula Echevarría vestida de Rosa Clará el día de su boda. Paula no es exactamente una genia de la moda, lo único que hace es seguir las tendencias a rajatabla sin innovar ni mucho ni poco, pero todo le queda tan bien y está tan mona siempre que es imposible no cogerle cariño. Tan sonriente, con ese pelo megahidratado, tan normal, tan ideal, hace que nos olvidemos incluso de que era la fan número 1 de Bustamante. Eso, que estoy muy feliz de verla emocionada a la salida del hospital, con la cara y los tobillos hinchados como bollos y más mona que nunca.
Como dice el Pasillero (jojo) lo más tremendo del accidente de Barajas fue que todos los medios aprovecharon para comentar la operación de nariz y barbilla (no sé por qué nadie dice lo de la barbilla, cuando es súperobvio) de Letizia Ortiz como si fuese lo más reseñable del tema. Increíble. En fin, debía tener la cara amoratada como la chica en LA Confidential que se opera para parecerse a Rita Hayworth y tenía pinta de estar hasta arriba de analgésicos. Aplaudimos a Letizia en su cruzada por el crecimiento de la úlcera de Jaime Peñafiel, rata detestable y hombre de la digresión constante.
Sienna Miller se lía con un hombre casado y asisto atónita a un linchamiento por parte de las revistas (sobre todo) británicas. Esto es una obviedad tan obvia que me da hasta vergüenza escribirlo pero, señores, el casado es -era- él. Sienna puede hacer con su coño lo que le salga de la brinca del idem. Y luego hay quien dice que no vivimos en un mudo machista. Puagh.
Por supuesto, la serie del verano ha sido -está siendo- Swingtown. Tengo tendencia a obsesionarme con las cosas que me enganchan y no dejo de darle el coñazo a mis allegados -virtuales y en 3D- que también la ven. Pero qué quieren, esto no es Lost, ni siquiera Mad Men, y no tengo foros donde opinar ni largas entradas que comenten el último bañador de Trina o el cardado de Janet. Recomiendo fervorosamente una visita al verano del 76. Yo hasta pongo su last fm en casa de fondo mientras cocino.
Hablando de cocina, "Ven a cenar conmigo" me encanta. Espero que sea ese típico programa de verano que tiene éxito y se alarga temporadas y temporadas (como Corazón de Verano, que pasó a ser Corazón de/estación). Los concursantes son de órdago (especial mención para los coruñeses de hace unas semanas, que eran para mear y no echar gota), las votaciones dan ganadores casi siempre injustos, y te ríes un huevo viendo a gente que presuntamente disfruta de la cocina diciendo "yo es que no como ni mandarinas ni pescado" o "¿endivias? Ni idea de qué es eso".
"700 Euros. Diario secreto de una call girl", la explotation de "Sin tetas", es tan mala y los actores están -en su mayoría- tan mal que hay que verla para creérsela.
Finalmente, Paris Hilton es lo más guay del verano de 2008. Ha pasado de ser un coñacín, más que nada por saturación de noticias sobre ella, a convertirse en una genia absoluta con su vídeo de respuesta al de McCaine poniéndola como mal ejemplo para la juventud. Y lo hace de una forma elegante y divertidísima: ¿vosotros utilizáis mi imagen para vuestros propósitos? pues yo os la devuelvo criticándoos, criticando de paso el circo de las elecciones y demostrando que sé reirme de mí misma" Si eso no es inteligencia y saber estar, que baje Dios y lo vea.

Friday, September 05, 2008

Parid, bella flor de lis

Yo creo que antes no era así, pero de unos años a hoy me he vuelto una llorona. No lloro normalmente por pena, ese no es mi rollo, pero sí por emoción, con lagrimones gordos que ya ni intento sofocar. Lloro con las cosas más chorras del mundo, pero con las tragedias colectivas y cosas así nada, ni una lágrima. Me emocionan sobre todo los viejitos y los perritos. Veo al abuelo de Rafa Nadal y me entra una emoción por dentro que suelto la lágrima. Si por la calle veo un perrito cojo que va con su amito siguiéndole ágilmente, lloro de emoción, de ternura, de que se me activa el resorte íntimo de la sensibilidad. Lloro hasta con el Diario de Patricia (el otro día un padre y una hija se hacían las pruebas de paternidad para ver si de verdad eran padre e hija porque en el pueblo había rumores de que ella era hija del fontanero. Salió que sí eran padre e hija y ellos se abrazaban llorando, y con ellos desde la cocina, pelando zanahorias) o con los anuncios del espetec de Casa Tarradellas, que mira que son malos, pero yo lloro igual. Si en una comida familiar multitudinaria alguien se pone a cantar y todos nos ponemos a cantar, yo canto desafinando y con mucho entusiasmo mientras se me ponen los ojos rojos y me caen lagrimones y agüilla de la nariz.
Todo esto viene a cuento de que ayer fui a ver Wall-E. Y sí, es todo lo que dicen, buenísima, una obra maestra, una obra de arte, pero es más: es emocionante, bella, tierna, hermosa, bonita y todos los sinónimos que quiera añadir. Yo empecé a llorar a los cinco minutos (cuando Wall-e entra en su casita y coge sus cositas y se pone a ver la peliculita) y ya no paré. Eso en el cine no es que me pase mucho, pero vamos, había escenas en las que la gente se reía, y para mí no tenían nada de cómico, la verdad, eran momentos épicos o simplemente de una belleza apabullante.
Igual tenía yo el alma especialmente frágil y pochola ayer, no sé. Pero qué bonito es que pasen estas cosas de vez en cuando, ¿no?

Tuesday, September 02, 2008

No te vayas de Navarra

Debido a que por falta de tiempo no he tenido oportunidad de solazarme en las fiestas de la aldea, este fin de semana me fui a Andosilla, un pueblo navarrico en el que he comido más que bien. Hasta ahora he sido ajena a este espectro cultural del toro y sus ritos porque a Galicia no llega, la verdad. Allí se lleva más la vaca sin diminutivo -illa. Y he vivido el momento más cañí de mi vida, plasmado en esta foto que adjunto, lectorcitos:
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También he vivido momentos como el siguiente:
Yo: ¿De quién es esta canción?
Chica: ¡De Kiko y Shara!
Otro momento:
Chica: ¡Maja, vamos para dentro que están poniendo la bucovina!

He tenido que buscar "bucovina" en google porque sabía como se escribía, y aún así no estoy muy segura de haberlo puesto bien.
Y eso, grande, Andola.

Tuesday, August 26, 2008

Vacaciones en Polonia

Como el fanzine, procedo a relatar el viaje a la tierra de María Walewska, Marie Curie, Klaus Kinski, Roman Polanski y Darek. Pues me ha encantado Polonia. Huír de las avispas en el castillo de Malbork, ponerme hasta arriba de pieroguis y bigos en las fiestas de Gdansk, recorrer las llanuras en tren, encontrarnos con los supervivientes de la guerra en el Museo de Historia de Varsovia y lidiar con las cervezas de medio litro y los autobuses llenos de cabezas rapadas en Cracovia, todo ha sido genial. Pero como vamos a lo que vamos, a Auschwitz, que supongo que a mis lectorcitos no les interesará demasiado saber lo deliciosísima que es la sopa de centeno (que lo es, y tienen que probarla todos desde ya, creo que contraje una pequeña adición). Quiero hacer unas puntualizaciones previas:
A mí todo el tema del "nunca máis" después del descubrimiento del Holocausto y tal me da un poco la risa y me parece la cosa más hipócrita y absurda del mundo, porque anda que no se han dado en los últimos cincuenta años y se siguen dando diariamente horrores tan espantosos como ese en todo el mundo in yeneral y en el corazón de Europa en particular.
Tal y como está la vida y el mundo una -que es una persona de bien pero tiene tendencia al cinismo y al relativismo- no puede ver las cosas en blanco y negro. El tema de la segunda guerra mundial, del bloque soviético y sus horrores, del nazismo como el mal supremo del mundo y de la historia del pueblo judío y del nacimiento de Israel hace que no se pueda ver la Historia (perdón por la mayúscula) separadita entre buenos y malos tal y como se ve cuando tienes 12 años, pero aún así... pocas veces se ve tan claro el horror, los inocentes y los culpables, como en un campo de concentración. Es que no admite discusión posible, y que quede claro que yo me he visto en la tesitura de discutir con un muchacho (un poco transtornado, también creía que la Trilateral dominaba el mundo) la importancia y el alcance del Holocausto, que no lo negaba, pero decía que las cifras estaban muy hinchadas y que "bueno, tampoco ha sido para tanto".
El fantasma que recorre Europa es el antisemitismo, ¿no? El antisemitismo es una cosa así como típica de Europa, de todos los países, no sólo de Alemania y -por favor- no sólo de la Alemania nazi. A mí me gustan mucho los lugares con una historia dramática y terrible, pero eso es tanto como decir el mundo en general y Europa en particular, desde Casas Viejas a Dubrovnik. Las catedrales y las partes antiguas de las ciudades europeas son unos cementerios fantásticos por los que pasamos todos los días sin darle mayor importancia, pero aún así el nombre de "Auschwitz" es oírlo y claro, tiene un peso brutal, es un nombre que evoca unas cosas que ríete tú de los perros de Paulov.
La visita: pues es impresionante. La verdad es que es una sensación un poco extraña porque estamos tan acostumbrados a haber leído tanto sobre ese lugar, lo hemos visto en tantas películas y tenemos una imagen colectiva forjada en blanco y negro tan poderosa que el hecho de estar allí realmente resulta un poco raro. Como cuando ves un monumento que has visto tantos millones de veces en fotos y tal que de repente encontrártelo en 3-D es una cosa chocante, todo eso de la imagen de ficción y la imagen real y esas cosas de las que ya se hablaba en los sesenta. Cruzar la verja, decir "estoy en Auschwitz", todo eso. Luego es que hay un ambiente muy particular: al principio puedes ver un vídeo con las primeras imágenes que grabaron los soviéticos al liberar el campo. La excavadora removiendo las pilas de cadáveres, la gente mirando tras las verjas, los niñitos enseñando los números tatuados en los brazos... imágenes que ya ya he visto muchas veces, son muy famosas, pero la gente lloraba a moco tendido. Luego hay un montón de excursiones -supongo que de judíos- en los que varias personas llevan la bandera de Israel a modo de capa, mucha gente depositando velas en las esquinas, gente que sale llorando de los pabellones... una cosa que me llamó la atención era un grupo de niñas muy jovencitas, todas con faldas negras por debajo de la rodilla, que estaban acompañada de un rabino muy mayor y formaban un gran círculo mientras rezaban en silencio en medio de Birkenau. Cosas así, que le dan un "ambiente" especial, y eso que hay tanta gente visitando el campo que hay momentos en los que vas en fila india.

El campo en sí no está muy "museografiado", lo que ves es lo que había (reconstruido en algunas partes, la mayoría intacto). Cada pabellón está dedicado a un tema, en plan "la vida en el campo", "la llegada", "los experimentos de Mengele" y cosas así de escalofriantes. Fotos, paneles explicativos y poco más, sin dejar de mencionar las vitrinas: una, enooorme, llena del pelo que le rapaban a los presos al llegar. Trenzas, coletas, moños... un montón de pelo, y al lado un lienzo con la tela que tejía y comercializaba una empresa alemana con el pelo comprado. Otra vitrina llena de brochas de afeitar, zapatos, cepillos de dientes... Los pasillos de los pabellones, llenos de las fotos de las fichas de los prisioneros del campo, con la fecha de su llegada y la fecha de su muerte. En algunos, la profesión también. El pabellón nº 11, en el que los guardias de las SS torturaban a los prisioneros, el potro, la horca en la que fue ahorcado Rudolf Hess... Luego la visita a Birkenau, que bueno, estar delante de las archiconocidas vías del tren, que terminaban allí, es una cosa... y ahí sí que me quedé un poco flasheada, porque hay poquita gente, y recorres los pabellones que has visto mil veces, estos de madera que eran originariamente cuadras para 50 caballos y terminaron albergando a 200 personas, prácticamente en soledad. Las imágenes mil veces vistas del barracón largo y estrecho, con literas de madera y varias personas asomando la cabeza de cada receptáculo, están tomadas allí. La mayoría (el campo es una extensión enorme) están derruidos, pero algunos se mantienen, entras, caminas por ellos, ves las chimenenas con las que se calentaban... Pensándolo con el paso de los días el recuerdo se vuelve como más escalofriante y tal. Y no sé muy bien qué decir, porque por momentos piensas en la de veces que visitas cosas como las cámaras de tortura de los castillos medievales o cárceles renacentistas, y piensas en que no es ni temor ni pavor ni respeto lo que se te pasa por la cabeza, y que la diferencia entre que una cosa te conmueva o simplemente te resulte un espectáculo un tanto kitsch tal vez esté simplemente en el paso de los siglos, y no sé si eso es muy bueno.
Y al volver, mi partenaire del viaje conoce a una joven polaca que le cuenta que se arrepiente de no haber ido todavía a Auschwitz, porque su abuela estuvo prisionera allí cuando era una niñita, y que le contaba que cuando el ejército soviético se acercaba y los nazis se prepararon para largarse (con los que aún podían andar, el protagonista de Maus entre ellos), fusilaron a muchísima gente y ella -la abuelita- se salvó escondiéndose dentro de las letrinas.

Thursday, August 07, 2008

Puzzlerama (actualizado)

Desde luego nunca agradeceremos lo bastante la labor de los subtituladores anónimos de series. Aunque a veces me sangren los ojos al leer cosas que hasta una analfabeta en inglés como yo percibe, tipo “está bajo la influencia” o “actualmente, no es lo que te piensas”, estos son los filántropos de hoy. Ya se ha dicho un millón de veces en blogs y webs que se dedican al fenómeno en profundidad, pero el hecho de poder ver una serie al día siguiente (véase nota) de que se estrene en Estados Unidos es un privilegio y una alegría. Hay tanta oferta, además, y tanto bueno, que uno no sabe por dónde empezar. Lo mejor es probar un poco de todo y quedarse con lo que más enganche. Y aquí no entran criterios objetivos, porque yo objetivamente creo que Dexter es una serie mejor de Gossip Girl, pero Dexter me da bastante por culo mientras que con Gossip Girl devoré la primera temporada con gran disfrute y alborozo. Eso, que cada cual use internet para lo que le da la gana, sea para bajarse “Roma”, “Zoey101” o “El encantador de Perros” (del que tengo que hablar un día, soy taaan fan de César Millán y su forma de imponerles las manos a los canes. Si alguna vez tengo hijos –dios no lo quiera- se los entregaré a César para que me los eduque en la obediencia a las órdenes tajantes de “no” “sit” “quieto” y sean niños felices gracias a la tríada “paseo, disciplina y cariño”)
Nota: lo de ver las series al día siguiente de su estreno televisivo pasará con Perdidos, que yo pongo a bajar un capítulo de las cosas que sigo y hasta un mínimo de cuatro días no tengo el archivo completo. Y no es cosa de mi conexión, créanme.
El caso es que todo esto venía por celebrar lo mucho que me está gustando Swingtown, que se está emitiendo este verano en Estados Unidos con pobres resultados de audiencia. Ya he hablado de ella aquí para mencionar que el piloto estaba muy bien y que salía Grant Show, y ahora querría hablar de ella con un poco más de profundidad y tal.
Swingtown va de un matrimonio formado por Susan (una actriz pelirroja muy mona que también salía en Deadwood y que es una mezcla entre Jualianne Moore y Verónica Forqué) y Bruce, que es el hermano gemelo perdido y hallado en el templo de Andrés Caparrós. Tienen dos hijos, la mayor es una comadreja de extraña mezcla entre belleza y horror, con unos incisivos hechos para roer troncos de arce y formar con ellos diques de contención. Es como una adolescente muy lista y filosófica y tal, un poco pesada. Bastante pesada. Folla con un joven que en teoría es el típico tío bueno descerebrado, pero tiene una cara de paleto que nadie en su sano juicio lo consideraría follable. El hijito es un poco más joven que ella y es igualito que Shaggy el de Scooby Doo, pero con la cara de pasmado típica de cualquier adolescente.
Bueno, como a Bruce, el padre de familia, le van bien las cosas en su trabajo de agente de bolsa, se mudan de vecindario, a uno muy cerquita del de siempre, pero de clase más alta, con casas más grandes y caras pobladas por gente mucho más guapa. Dejan atrás a sus vecinos de toda la vida, un matrimonio clasicote y conservadorcete en el que él está bastante bien y ella esconde su belleza bajo perpetuas camisas de cuadros abrochadas hasta el último botón.
Total, acelero que me aburro a mí y a vosotros: en el nuevo barrio sus vecinos son Tom y Trina, una pareja formada por Grant Show y una chica a la que no había visto en mi vida pero que es terriblemente sexy y atractiva. Son guapos, ricos, exitosos, modernos y encantadores. La vida misma, vamos. Resultan tan perfectos en su concepción molongui de la vida que hasta dan un poco de rabia. Y son swingers, o sea que hacen intercambio de parejas, follan con gente igual de guapa y estupenda que ellos y todo es perfecto si se basa en ser abiertos y sinceros. ¿O no? (el cielo se ensombrece de repente, truenos y relámpagos de fondo).
El caso es que ver Swingtown es un placer. Yo no he vivido en los setenta (por suerte) pero la ambientación y el vestuario son geniales, de un preciosismo y una minuciosidad tal que dice la gente que no hay tópico de la época que se les pase por alto. Para mí da el pego totalmente, da el pego como “realidad” básicamente, por encima de por la decoración de las casas y la estupenda música, por la fotografía. El color de la serie es tremendamente setentero, tiene esa cosa inefable que te hace ver una fracción de segundo de fotograma y etiquetarla perfectamente dentro de su época. Es lo que pasa cuando ves en la tele algo con saturación de rojos, que en seguida sabes que es de los ochenta más por esa saturación que por los cardados que luce la gente. Además, si pasas más allá del tema del folleteo y de los preciosos vestidos que se lucen, quedan unos personajes (ellas sobre todo) que apasionan y encantan y con los que quieres quedarte a departir al lado de la piscina. Trina, por ejemplo, además de tener nombre de un refresco riquísimo y ser súperatractiva, pasarse la vida remojándose en la piscina y luciendo unos bikinis preciosos, sufre y tiene dudas, celos y comete errores. Además se puede aprender que, la inmensa mayoría de las veces, cuando la gente habla de su coño en realidad está hablando de su corazón.
Voy por el capítulo nueve y está haciéndome pasar el verano con la cabeza en 1976.

Actualización: Bueno, tengo que poner esto porque es muy fuerte. Resulta que buscando una cosa en el google he dado con mi propio diario anterior, el del blogdrive, que sigue por ahí vivito y coleando pero al que ahora han puesto una nota publicitaria al final de cada entrada supuestamente relacionada con el contenido de esta. Así, por ejemplo, en una en la que hablo de que tengo el baño de casa estropeado y estamos sin agua y tal, la publicidad es de "Reforma tu baño fácilmente y sin obras. ¡Consúltanos!". Pues bien, acabo de ver esto:

"19 de septiembre de 2006
En este momento mi heroína es la señorita Trunchbull
ODIO A LOS NIÑOS
Deja la cocaina
ads by google
Infórmate. 902 101 501. Llama Ahora La Solución a la Adicción
Posted at 12:45 pm by Raestaenlaldea"

Thursday, July 31, 2008

Dotknij tu mnie

Respecto al título de mi anterior entrada, ya sé que no hace falta explicarlo porque rara vez tienen alguna relación con lo que viene después, pero esta vez tenía en mente hacer una entrada heredera directa de esa frase, "mi dentadura postiza está rota", y se me fue la cabeza por los cerros de úbeda y las tetas gigantes que parten sandías (aún no me lo creo. Tiene que estar en youtube, claro).
El tema que iba a tratar son los maravillosísimos (publicidad corporativa) phrasebooks de Lonely Planet, o "Guías para conversar". Son unos libritos en los que te viene pues eso, el nombre ya lo dice, una larga serie de frases y vocabulario útiles para cuando viajas a un sitio en el que se habla mandarín o ruso. El caso es que hay un apartado absolutamente ma-ra-vi-llo-so (y esto no es publicidad) llamado "El arte de seducir" que es el resumen más perfecto, simple y certero que yo he encontrado de lo que es el ligar, el amor, el follar y en general las relaciones interpersonales de pareja. Pásmense conmigo, lectorcitos:
(Tienen que imaginarse que al otro lado de la frase en castellano está la frase en polaco, que es la guía que yo manejo (o en inglés o suajili, que el apartado es el mismo), pero no me voy poner a copiarlo todo que tienen unos caracteres irreproducibles)
PRELIMINARES
Te invito a una copa
Te pareces a alguien que conozco
Bailas muy bien
Él es un bombón
Ella está cañón
Ella es una puta
Ella está en la onda
¿Puedo... ?
bailar aquí
sentarme contigo
llevarte a casa

NEGATIVAS
No, gracias
Preferiría que no
Estoy aquí con mi novia
Estoy aquí con mi novio
Lo siento, tengo que irme

ACERCAMIENTO
Me gustas de verdad
Eres genial
¿Puedo besarte?
¿Quieres entrar un rato?
¿Te doy un masaje?
¿Quieres quedarte esta noche?
¿Puedo quedarme esta noche?

DE USO COTIDIANO
Me duele la cabeza
Déjame en paz

SEXO
Bésame
Te deseo
Vamos a la cama
¿Te gusta?
(No) me gusta
Creo que deberíamos parar
¿Tienes un condón?
Usemos un condón
No lo haré sin protección
Es mi primera vez
No te preocupes. Lo haré yo mismo
Ayuda tener sentido del humor (¡¡!!)
¡Oh, cielos! (La traducción al polaco es "Ach!")
Eso está muy bien
Más rápido
Más fuerte
Más lento
Más suave
Ha sido...
... increíble
... romántico
... salvaje

AMOR
Creo que estamos bien juntos
Te quiero
¿Querrías... ?
salir conmigo
casarte conmigo
conocer a mis padres

PROBLEMAS
No creo que funcione
¿Estás viendo a otra persona?
Él/Ella es sólo un amigo/a
No quiero volver a verte
Lo solucionaremos

Me declaro fan absoluta de este apartado y de quién quiera que haya sido (el autor, el equipo editorial) que ha decidido cuáles son las frases de uso frecuente y el orden en general del proceso. Me encantan las frases estratégicas para ligar. Me encanta que haya puesto "sexo" antes que "amor" y "conocer a mis padres" antes de "problemas". Me encanta "no te preocupes, lo haré yo mismo" y "ayuda tener sentido del humor". Me encanta imaginarme a alguien diciendo "¿Quieres casarte conmigo?" con la ayuda de la guía. Me encanta el optimismo final de "Lo solucionaremos". Fan rendida y absoluta.

Monday, July 28, 2008

Mi dentadura postiza está rota

Yo, como cualquier persona de bien y con cierta consciencia a la hora de elegir a sus role models, leo Lector Constante por el simple placer de hacerlo y a veces también tomo nota. De su bellísima entrada sobre los cuentos de los hermanos Grimm (de los más guays junto a los Karamazov y los Lumiere) me entró la perra por leer "El psicoanálisis en los cuentos de hadas", y ahora que ya lo he hecho puedo deciros que si queréis tener hijos sanos emocionalmente capaces de superar el complejo de Edipo y la fase oral (que son las cosas más importantes que tenemos que superar las personas en esta vida, por encima de una violación o el final de la universidad), hay que leerles muchos cuentos de hadas. El niño pequeño no se da cuenta, pero en todos los bellos cuentos (cuánto más antiguos y menos edulcorados, mejor) se esconden enseñanzas y consejos que su inconsciente aprehende y podrá poner el práctica cuando lo necesite. Así, la madrastra siempre es en realidad la madre postlactancia y, como dijo la siempre bella y atormentada Djuna Barnes: "los niños sienten algo que no pueden decir: ¡les gusta que el lobo y caperucita estén juntos en la cama" Pues nada más que añadir. Igual es demasiado psicoanalítico para mi gusto y la época actual, y desde luego hay algunas interpretaciones que son bastante irrisorias, pero un buen rato se pasa y se aprenden cositas que uno creía que sabía pero que en realidad no sabía. Y como plus, sepan que los mejores y más útiles cuentos que puden contarle a sus niños son "La Cenicienta" y "La bella y la bestia", que tienen una serie de lecturas, símbolos, dobles, triples y hasta cuádruples significados más eficientes que 20 años de terapia. Olvídense de cosas tan chungas como que los cuentos de hadas son machistas o conservadores o cosas de esas como de sociata chungo. Hay que leer cuentos de hadas, y aunque en el libro no se vea con buenos ojos, yo digo que se puede y debe dejar que el niño vea feliz las películas de Disney (que como maricona que soy, aprecio con pasión). Y aunque tampoco en el libro se está a favor de los cuentos ilustrados, yo digo que unas imágenes de María Pascual nunca vienen mal, para que se vaya forjando una estética de plastidecor y espumillón bien linda que luego evolucionará, sin duda, hacia fealdades minimalistas mucho más "adultas".
Salto en el espacio tiempo: ahora nos encontramos en el pasado viernes por la noche ante el televisor, viendo en "Donde estás corazón" cómo Jaime Cantizano empieza a presentar a "una gran estrella de la televisión americana que ha visitado los más prestigiosos platós que bla bla bla" ¿Quién será? me pregunto yo mientras engullo unas rufles al jamón. Y hete aquí, lectorcitos míos, que traen a una mujer que rompe sandías con las tetas. Así, tal cual. Unas tetas gigantes, todo sea dicho, megaoperadas y megacaídas. La mujer se cogía una teta y ¡placa! atizaba con ella una sandía, partiéndola de inmediato por la mitad. Creí estar en 1993 viendo Telecinco. Y debo reconocer que era hipnotizante e increíble. Yo creo que no voy a olvidar en mi vida esa imagen, vamos, que como espectáculo, era un espectáculo total. Luego me he enterado de que ya salió hace un par de semanas en anarrosa, así que me imagino que esta mujer estará haciendo una tourné por los más prestigiosos teatros del país, igual amenizando los entreactos de la gira de "Hoy no me puedo levantar", que le pega mucho.

Friday, July 18, 2008

Quiero atar mi pata quebrada a tu pata que también ha de querer estar quebrada

Voy a poner unas imágenes seleccionadas de una fotonovela que hicimos un amiguito y yo en el verano de 2005. Sean clementes, las fotos son fotos de fotos (calidad pésima, brillis brillis chungos), y éramos jóvenes e ingenuos (¡comic sans!, aún no me lo explico). Ahora somos mucho más guapos, más listos, más maduros, nos han roto el corazón, nos han perforado por otros agujeros, nos han dado trabajo y todas esas cosas tan importantes que forman parte de la educación sentimental de una persona humana.
Sólo tengo seis fotitas, pero son muy representativas de la historia in yeneral.

"Bubú continuó enseñando los recovecos de su morada a Jenny Dickinson...
-Esta es mi esponja, la compré en el Día. Es Winnie the Poo, se pronuncia Pú.

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Creo que este _-{sKoRpIo26]-_ es n puto subnormal, pero tiene algo que me atrae...
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¡Y ahora ejecutaré mi plan maestro! ¡Le ofreceré el cloralicrato de asnitaina fíbica que la dormirá!
Pero qué mierda de puto café. Disimula...
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¿A qué se deberá esa malévola expresión en la cara de Bubú? No creo que deba temer... le he conocido en #gente_buena...
En breve el cloralci... esa mierda que le he puesto en el café la dormirá.
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(Esto es "al día siguiente")
-Y debo confesarte que te violé, pero sólo una vez.
-Dos, que me da a mí que tú eres el de la anterior...
-Puede, he violado a tutiplex.
-Es tutiplén.
-A tutiplén
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Bubú se salió con la suya y Jenny se casó con él. La familia aumentó con un niño al que Bubú quiso llamar Bubú, y que desgraciadamente murió muy pequeñito aquejado de enanismo.
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Wednesday, July 09, 2008

El impulso de tu piel nunca te miente

El fin de semana en Madrid fue bombástico. Me lo he pasado tan, tan, tan bien, que al volver he tenido hasta un poco de resaca postvacacional (postfindesemanalargo, más bien), provocada también en gran parte por el hecho de que mis grietitas decidieran abrirse con tanto paseo y tanta sandalia mona. Mis grietitas no son un eufemismo de bisectriz ni mucho menos, son una grietas que tengo en los talones –agh- que no se sabe a qué responden pero que se abren con mil dolores y hacen que eso, que me agriete como si fuese la estatua de Nabucodonosor.
Eso, en Madrid bailé, reí, canté, comí maravillosamente, vi a los viejos amigos, socialicé con otros nuevos y bueno, ahora tengo un poco la sensación de los anuncios de “di no”: “esto es lo que ella cree que está pasando/esto es lo que está pasando”, más o menos como en ese capítulo de los Simpson (lo sé, comparar episodios de la vida cotidiana con los Simpson es un poco lo peor, pero también inevitable, porque al fin y al cabo son ya una parte tan arraigada en la cultura popular como tirar una cabra de un campanario y hay cosas que se explican muy bien recurriendo a sus momentos) en el que Homer y Marge van a separarse –qué novedad- y ella le recuerda su comportamiento en la cena de la noche anterior. Él se ve como un perfecto caballero, haciendo chistes sobre martinis en un entorno como de dibujo del New Yorker de los 40, y en realidad estaba haciendo el cafrolo. Pues algo así: yo me recuerdo como un prodigio de simpatía y elegancia, perfectamente correcta, y ahora rememoro que estaba borracha y drogada como si no hubiera un mañana y que, por ejemplo, estuve cuarenta minutos intentando acordarme de “Charada” y refiriéndome a ella como “esa pilícula con Audrey Hepburn en la nieve”. También repetí innumerables veces “cuánto me alegro de que seas amigo de mi amigooo” (eso lo pienso con el corazón) y, al notar el dolor en mi costillar dos días después, recuerdo como en un flashazo que me caí encima de un televisor. Pero bueno, ¿qué importa eso realmente?
También fui a la librería Valdemar, que me rechifló. En realidad ahora es la librería Opar, sita en un piso de la calle Goya, en el para mí inhóspito y desconocido barrio de Salamanca (para mí Madrid termina al norte en la glorieta de Quevedo, al sur en Lavapiés, al oeste en el Palacio Real y al este en el parque del Retiro). Y qué manera de salivar, lectorcitos míos. Hasta gato tenían, y reloj de pared. Cuántas maravillas en sus estanterías y qué amabilidad la del dependiente. Sólo compré dos cositas porque no era cuestión de agotar mis escoleótica espalda (grietas, escoleosis… es verdad que ya vamos cuesta abajo), pero vamos, que súper-recomendable y maravilloso todo.

Thursday, July 03, 2008

Embarazo psicológico con un cacho de pan

Planeando mi viaje de este fin de semana a Madrid -a Madrid hay que ir, al menos y muy por lo bajini, una vez al año- me pregunto si tendré por fin la oportunidad de ir a la librería de Valdemar, que está en la calle Goya, barrio de Salamanca que jamás frecuento y jamás visito. Como mujer de bien que soy, envidio, admiro y rindo pleitesía a la labor editorial de los señores de Valdemar, los que tienen el mejor catálogo, las mejores portadas, los de gusto más exquisito, los que publican por igual el clásico olvidado del autor consagrado (cuánto pareado) o el ensayo crítico sobre la invención de Jesucristo. Los que tienen las mejores recopilaciones de cuentos góticos, de historias infantiles y de obras sobre cine. Los nombres de sus colecciones también derrochan talento, sabiduría y buen gusto: "el club Diógenes", "El gato negro", "Intempestivas"... Cuando echo un vistazo a su web tiembla mi sino, y me pregunto qué demonios hago que no estoy leyendo cosas como esta:
"Más de una década ha pasado desde la primera edición de Sexual Personae, y esta obra atípica no sólo no ha pasado de moda, sino que se ha visto enriquecida por el paso del tiempo, convirtiendo a Camille Paglia, profesora de humanidades de la University of the Arts de Filadelfia, en una estrella polémica, creadora de opinión y omnipresente en la prensa, los medios audiovisuales e Internet. Sexual Personae es la historia de la prometeica personalidad occidental a través del Arte, desde la Prehistoria y Egipto hasta finales del siglo XIX, desde los momentos estelares de la Grecia Helenística o el Renacimiento italiano, hasta sus secuelas contemporáneas en el Hollywood glamuroso, el Rock'n Roll y la cultura pop. Amparándose en las enseñanzas de su maestro Harold Bloom, Camille Paglia se sitúa en la corriente de la gran tradición cultural y artística occidental, en el «canon», sin dejar de ejercer una mirada crítica sobre el mismo. La profesora Paglia nos transmite el orgullo de pertenecer a una cultura que ha producido la Capilla Sixtina, las vacunas, la Gioconda, The Faerie Queen, Shakespeare, Wilde y los servicios sociales. Sexual Personae relata la eterna conflagración entre los principios apolíneos masculinos y los dionisísacos femeninos –la productiva lucha entre el razonamiento simple y directo, expuesto con sencillez y claridad solar, de lo apolíneo, y el apasionamiento romántico, lleno de metáforas poderosas y recursos narrativos, de lo dionisíaco– que marca la «personalidad» occidental, psicológica, social, artística e históricamente. Pero, más allá de sus tesis, Sexual Personae es literatura y devuelve al ensayo su naturaleza artística, reivindicada por Wilde, en la tradición de Baudelaire, Ruskin y Walter Pater"
¿Y ustedes, qué hacen?

Thursday, June 26, 2008

I know you´re married but I´ve got feelings too

Yo, como medio país, leo el Espoiler de Hernán Casciari, y, a veces, hasta le hago caso. El otro día se lo hice porque hablaba de Swingtown, una nueva serie sobre matrimonios liberales (y no liberales) en el Estados Unidos de los 70. Y a mí si hay una cosa que me pierde son las historias muy bien ambientadas en otras épocas con sexo, intercambios de pareja y problemas emocionales. Así que me bajé el piloto de Swingtown y ayer lo degusté acompañado de unas maravillas Aguinaga (es sorprendente el mundo de los eufemismos de las angulas). Y me ha gustado bastant,e la historia promete mucho, pero es que me ha recordado muchísimo a La tormenta de hielo, de Ang Lee, y claro, ya me he puesto a desvariar con Tobey Maguire. Cuando vi por primera vez “Pleasentville” y “Las normas de la casa de la sidra”, me invadió el amor total adolescente de fan que no había tenido cuando hay que tenerlo, a los trece años. Son estas, aún hoy, dos de mis películas maluchis favoritas. Pleasentville, concretamente, la he visto un millón de veces, y hasta me emociono y palmoteo en el alegato final, en el juicio del blanco y negro contra los colores. Además ha incorporado al (mi) imaginario colectivo una escena preciosísima que debería ser un clásico entre los clásicos: esa en la que Tobey maquilla a su madre de gris, justo después de que ella se haya vuelto de colores tras hacerse un dedo en la bañera. O esos fotogramas tan boniticos del lago ideal de los cincuenta con la naranjita que oculta la luna, y las muchachas a las que se le tiñe la lengua de rosa de morrear con sus novios. O el fuego y los bomberos. O la cara del joven Billy Bob después de que la mentuda y bella Reese Whiterspoon le eche un polvo. O la vidriera de colores. Vamos, que es muy recomendable Pleasentville.
Las normas de la casa de la sidra pertenece a esa categoría de películas que son tan bonitas de ver gracias a su excelente fotografía en tonos cálidos que ya tienen la mitad del camino trazado. Si además le sumamos que sale Charlize Theron cuando aún no le había dado por ponerse fea para demostrar que es buena actriz (creo que era la época de “Mi gran amigo Joe”, esa de amor con un gorila), mi cuelgamiento por esa película estaba cantado. Tanto, que hasta me compré la novela en la que estaba basada, “Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra” (título en español), de John Irving. Mientras la enviaba a casa el Círculo de Lectores, encargué también la novela que acababa de sacar el escritor por aquel entonces, “Una mujer difícil”, sólo porque tenía una portada muy bonita (siempre juzgo los libros por la portada) y porque la sinopsis me parecía molongui. Y en mala hora. Me leí los dos libros, sí, y puedo afirmar, con la boca llena de la crema de calabacín que me estoy tomando en este momento, que ODIO a John Irving con todas mis fuerzas. Qué hombre tan aburrido y absurdo, por dios. Eso sí, “Las normas de la casa de la sidra” (qué título tan pretencioso) está muy bien y es muy bonitica.
Actualmente, con el paso del tiempo, ha ido mermando esa pasión incontendia por el bello Tobey –al que ahora no encuentro tan bello, ciertamente, tal vez porque nunca lo ha sido-, que se manifestaba sobre todo en mi tendencia a colgarme de jóvenes que tenían cara de recién levantados o de emporrados (la mayoría de las veces lo estaban), pero sigo considerando a Tobey como un valor seguro a la hora de valorar una película.
Resumiendo, que “Swingtown” promete mucho, y si no están convencidos para verla ya, les diré que ¡sale Grant Show! Para siempre Jake de Melrose Place en nuestros corazones, luce aquí un bigote muy viril y unas blusas setenteras (el corrector del Word acaba de sustituir “setenteras” por “sementeras”, jojo) que le vienen que ni pintadas.

Wednesday, June 18, 2008

1, 2 y 3, 4, 5 y 6, yo me calmaré, todos lo veréis

No es que sea yo precisamente Willy Fog, pero por supuesto que me encanta viajar, como a cualquier persona de bien. Dejando de lado las reflexiones sobre el turismo como un "objeto" de consumo más, el ser turista o viajero, los viajes organizados o por libre, la imposibilidad de conocer de verdad un lugar con una semana de vacaciones y lo pesada que se pone alguna gente cuando vuelve de sus viajes, como si se hubiesen convertido en Pilar Eyre y lo supiesen todo de Cuba por haber contratado un combinado 9 noches en la Habana y Varadero, quitando todo eso, digo, viajar es una de las cosas más chupis que hay en el mundo. Es divertidísimo, se aprende un montón (no se aprenden las cosas que a priori uno piensa que iba a aprender, se aprenden otras, más insólitas y más personales y más absurdas) y los días del viaje son algo así como cuatro meses condensados en uno, tan intensos y tan vivos que te parece que el resto del tiempo que no viajas es tiempo perdido y pasa sin dejar ni la mínima parte de la huella que te deja pasarte una semana por ahí.
A mí cuando viajo me gusta todo, desde París hasta Viana do Bolo, así que es una actividad chupi. Yo, como no soy moderna, no viajo para hacer cosas, viajo un poco como mis padres pero con la cuarta parte de su presupuesto: para comer y ver cosas, acostarme prontito y levantarme a las cinco de la mañana. Estoy tope fea, cuando viajo (cuando no viajo también, vamos, pero la fealdad se acrecienta y manifiesta especialmente en estos días), con mochila que me vuelve jorobada, ropa fatal combinada y una riñonera de cuadros escoceses de miel y limón. Y qué bien me lo paso. Algunos de los mejores recuerdos de mi vida están asociados a viajes, a saber:
Primer recuerdo súperguay: en aquella furgoneta por el Sahara cantando "la muchacha turcaaa no te falla nuncaaaa" con el conductor moruno, o sea, la que probablemente sea la canción en árabe más versionada y conocida en el mundo occidental, ya sea en su versión hispana de Hakim o en la anglosajona de Holly Valance, "the kiss kiss song", creo que se llamaba. Si la buscan en youtube la reconocerán inmediatamente por su estribillo de lanzar besitos al aire. Así que la canción empezó a sonar en la casete del señor que conducía la furgoneta, empezamos a batir palmas, él subió el volumen, empezó a cantar y a jalearnos y en el momento de los besitos todos fruncíamos los labios y chisqueábamos, tan monos. Y yo veía al señor moruno conduciendo, cantando y besando al aire y detrás de su cabeza las dunas del sáhara y me corría viva de la emoción.
Otro recuerdo súperguay: en el tren Zagreb-Sarajevo, nueve horas metidas en un vagón con un turco al que le olían los pies, de charla en un idioma ininteligible con un señor bosnio cojito, una chica americana que no sabía en qué país estaba y una señora gorda bosnia simpatiquísima, compartiendo pastelitos y contemplando el paisaje balcánico, que es muy bonito y está lleno de cementerios por todas partes en los que todos los muertos son del año 93
El último ya, que me lío: el año pasado en Sicilia, tras horas y horas de asfixiante siroco, llegar a la piscina de nuestra casita en Trapani y bañarnos en la mini piscina que tenían en la azotea fue, sin duda, uno de los momentos cumbres de placer físico y mental de mi corta existencia.
Y por estas y otras razones, después de empezar en enero con Berlín, esquiar en Andorra, continuar con Valencia y Altea, Galicia (ejem), Oporto y Lyon, ayer me compré los billetes para ir a Polonia. Y sólo de pensar que voy a a ir Auschwitz vuelvo a tener diez años y a estar reloca con todas las películas, malas y buenas, de la segunda guerra mundial y el holocausto, y busco a mi alrededor escondrijos en los que ocultarme, inútilmente, de los nazis.

Saturday, June 07, 2008

Lost in the supermarket

Últimamente en casa no vemos mucho la tele. Esto no es algo de lo que me sienta orgullosa, más bien al contrario, porque si hay alguien que defienda la tele como espectáculo que provoca pasividad, atontamiento y oleadas de diversión, soy yo. La tenemos mucho de fondo mientras cocinamos y comentamos las nimiedades del día a día, pero lo que es verla-verla, ver cosas en prime time, la verdad es que poquita cosa. Por eso el otro día fue una novedad ponernos a ver Mujeres Desesperadas, que la dan en la dos los martes, mientras yo hacía mis ejercicios de espalda mirando a la meca. Mujeres Desesperadas es una serie que me gusta un montón pero a la que he perdido bastante la pista. Aún recuerdo (música de violín) la primera vez que la pusieron, en Mayo de 2005, creo. Yo entonces vivía en Madrid (corazón) y había venido de visita a Barcelona. Estábamos cenando y de charleta y empezó “esa nueva serie de la que todo el mundo habla”. Por una vez los de la primera no maltrataron sus productos y pusieron los dos primeros capítulos seguidos sin un solo corte de publicidad para enganchar a la audiencia. Lo recuerdo porque me estaba meando y no pude ir al baño hasta que llevaba una hora y media de serie, ya. La primera temporada la seguí con pasión, pero no sé qué pasó con la segunda, -creo que no me enteraba de cuándo la ponían, tal vez fuese verano- que ya no veía más que capítulos sueltos, lo justo para seguir un poco el hilo de la vecina negra con el hijo retrasado encerrado en el sótano. La tercera ya ni idea, y de ésta cuarta pues bastante flojita, sigo lo que va pasando por blogs y cosas así, porque una mujer de hoy tiene que estar al día de todo lo que realmente importa, pero poco más. Habíamos bajado las dos últimas temporadas para estar pertrechadas de series y películas durante la temporda primavera-verano, pero el disco duro de una de mis compañeras de piso –y sin emabargo amiga- se jodió a los dos meses de comprarlo y adiós a todo nuestro material obtenido de forma espúrea. En el capítulo del martes, por ejemplo, Lynette había superado ya el cáncer –cosa que sabía- y Bree estaba liada con Kyle Mcplacaplaca, pero no sabía que Susan estaba embarazada, supongo que de Mike, ¿quién si no? Eva Longoria me sigue repeliendo, interpreta al personaje más petardo e inaguantable que puede existir, aunque creo que en gran parte es por el doblaje, por esa voz tan chunga que tiene. Bree es mi absoluta favorita, claro que teniendo en cuenta que es la mismísma Kimberly no hay vuelta de hoja.

Y bueno, toda esta parrafada insustancial sin pies ni cabeza era para decir que de todas las series vistas o empezadas a ver en los últimos tiempos –en el último año- en drama, me quedo con Damages, y en comedia, con The IT Crowd, sobre todo con la primera temporada. Y para mí ya está todo dicho de series, personajes, spoilers y enganchamientos. Con esas dos obras maestras tengo más que suficiente.

Tuesday, June 03, 2008

Pues mira tú

Qué cosas. Ayer me encontré de pronto firmando la petición para que los pederastas cumplan íntegras sus condenas encabezada por los padres de Mari Luz. Y todo porque uno de los de mensajería es evangelista, igual que ellos (aunque creo que gitano no). Eso sí es una red asociativa y lo demás son tonterías.

Saturday, May 24, 2008

El puchy-puly del Doctor Robinson

Callejeros es el programa de Cuatro que consigue entretener y fascinar a base de sacar a cuanto yonki e indigente hay por España. Y como hay muchos y cada uno tiene una historia terrible y hermosa a partes iguales, uno lo ve y tiene esa sensación de que el arrrrte corre por nuestras calles y que el costumbrismo y las películas de Berlanga no son algo en absoluto desaparecido. Lo cual está muy bien.
El jueves, para mi regocijo, dejaron un resumen de "Cuestión de sexo" (cuya caja en dvd vi ayer en la Fnac y tengo que decir que es el peor embalaje de una serie que he visto en mi vida, con una foto de los protagonistas en sofá de lo más friends-noventero-trasnochado sobre un fondo de purpurina multicolor estruendosamente horrible) para las doce y en prime time pusieron un Callejeros dedicado a la ley de costas. "Aplicar la ley de costas a toda costa y a todo coste" era la frase que decía un constructor y que los de Cuatro repetían hasta la saciedad. Bueno, el caso es que lo que voy a contar no tiene que ver directamente con la ley de costas y al contarlo tiene muy poca gracia (ojalá estuviese en youtube), pero vamos allá: El otro día leía en el blog de Mer que en esta última temporada de House, en la que tenía que elegir a sus ayudantes entre una plétora de candidatos, los personajes estaban fantásticamente definidos porque con sólo dos frases ya sabías quienes eran y qué querían. Pues esto mismo lo viví el jueves viendo Callejeros. Estaban en un acantilado canario hablando con una señora mayor que estaba tomando el aire. "Vengo mucho por aquí porque tengo un hijo esquizofrénico", decía la buena señora. Tras eso, invitaba a los reporteros a su casa (la marca de Callejeros es que todo el mundo invita a los reporteros a su casa y les enseña la nevera. Cuando alguien lleva un cámara la gente te enseña el interior de los cajones, te abre el congelador para que veas cuánta carne congelada tiene y se levanta la camiseta para enseñarte las cicatrices de sus operaciones y las marcas de picarse. También es muy marca de Callejeros el grabar cómo se despiden de la gente con un "que vaya bien" o un "hala, que haya salud"). Pues decía que la señora llevaba a los reporteros a su casa y nada más entrar les decía "ahí está mi hijo". Y entonces, el momento: un joven barbudo y con pelos despeinados igualito a Javier Krahe, sentado en un sofá, fumando a contraluz, con los ojos inyectados en sangre y una voz cavernosa, surgida de las profundidades del infierno, que dice "Hola". Ya está. No hacía falta que nos hubiese dicho que su hijo era esquizofrénico. Un personaje definido no con dos frases, con una palabra. Realismo extremo. Vida real que epata a los modernos. Miserias cotidianas y tal y cual pascual. Eso es Callejeros.

Friday, May 16, 2008

Mi relación con Ágatha

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La felicidad es llegar a casa con una buena bolsa de patatas Lays sabor cebolla caramelizada y vinagre balsámico (jo, hay que oírme, juro que Lays no me esponsoriza ni nada parecido) y ponerse a ver “Asesinato en el Orient Express”. Ésta es una de esas películas de los 70 ambientadas en los años 20 y 30, subgénero muy querido al que pertenecen obras como “El gran Gatsby” o “Bonnie & Clyde”. Todas estas obras se caracterizan por una estética que abusa un poco del esfumatto, así como con colores desvaídos y rostros difuminados -sin llegar a niveles isabelpreyslerescos- y unos vestuarios súperguays. Ya se sabe que la moda se repite y se inspira y se retroinspira constantemente, y gran parte de los setenta estuvieron marcados por las redondas caras blancas, las cejas finas a lo Marlene Dietrich (que a ella y a la Garbo sientan maravillosamente pero que ninguna persona con un mínimo criterio estético debería tratar de emular) y las blusas de chiffon. Todo pasa de moda, como las novelas de Vicky Baum o decir “esto es demasié”, pero todo vuelve, como las zapatillas victoria, vivir para ver.

También es muy setentera esta película en su rollo de más estrellas por metraje que un centro de rehab (parezco un guionista de Aída, Jesucristo), como en la odisea del Poseidón. Aquí tenemos a Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Albert Finney, Vanesa Redgrave, Sean Connery o Anthony Perkins, haciendo, cómo no, de Norman Bates con otro nombre. Es muy gracioso lo de Anthony Perkins (aunque un poco triste también –emoticón carita triste-) porque interpreta a un personaje que en el libro (que me compré y leí enterico el domingo, así que lo tengo fresco) es un hombre muy desenvuelto y espabilado, pero claro, como en la película lo interpreta Anthony Perkins se vuelve tartamudo, sudoroso e inquietante. Hay una parte muy divertida en la que dice, literalmente:

- Mi madre murió cuando yo tenía ocho años y creo que todavía no lo he superado. Ala, ¡dígame que soy un retardado emocional y por eso aún no me he casado!

En cuanto a la historia, pues casi igualita que la del libro. Me pasa algo curioso con Agatha Christie, y es que aunque sus libros me parezcan una mierda pinchada en un palo en su gran mayoría, disfruto mucho con su lectura. Sobre todo me gustan las historietas cortas de Hércules Poirot y Miss Marple, inspiración de Jessica Fletcher, aunque más bien la protagonista de “Se ha escrito un crimen” (Murder, she wrote, genial título original) sea directamente un trasunto de la propia Agatha Christie trasladada a Cape Cod. En cualquier caso manifiesto mi debilidad absoluta por historias como “Diez negritos” o “El espejo se rajó de parte a parte”. Y también por Parker Pyne, tercero en discordia de las creaciones de esta mujer, que colgaba un anuncio en los periódicos que rezaba: “¿Es usted feliz? Si no lo es consulte a Mister Parker Pyne, calle cual, número tal” Me parece una forma maravillosa de ganarse la vida, resolvérsela a otros y acertar siempre.

Friday, May 09, 2008

En mi operación no han encontrado ni una pizca de semen

Cada día la ¡Qué me dices! me gusta más. Hablo de la revista surgida del programa de Chapis –el horrísono de turbios rumores- y Belinda Washington –que posteriormente pasó a presentar el llorado “De domingo a domingo” (De domingo a domingo pensando en ti, de domingo a domingo esperándote, y vuelaaaa la semana vuelaaaa). La sombre de la Cuore es alargada y bien es verdad que ha venido a cambiar todo el formato de las revistas del corazón con pretensiones de llegar a un público joven: desde su llegada, todas pasaron a incluir comentarios chanantes (ay, la chanantización de España, uno de los fenómenos más odiosos de los últimos años, aunque supongo que ellos estarán encantados), humor, famosos más internacionales y mucha, mucha moda. A mi me parece estupendo que todos se sumen al carro del espíritu Cuore, además ella al fin y al cabo es una copia de la Heat y de revistas británicas e inglesas del estilo. Pero a lo que iba, que la ¡Qué me dices! cada día me gusta más. Además de los artículos dedicados al corazón de rigor, con portadas dedicadas a Andrés Pajares (sin palabras, sin palabras), contiene una sección de recomendaciones cinematográficas de lo más indie, y odio esa palabra, pero es que son absolutamente indie –lo más que se puede ser en una revista del corazón-. Recomiendan películas como “The Savages” o “Antes que el diablo sepa que has muerto”. Ni una concesión a la comedia romántica o películas de las que podría hablar el Hola. Y miren las recomendaciones musicales de, por ejemplo, un número de marzo: Tachenko: “Como el huracán”, American Music Club: “The Dance” o Hidrogenesse: “Stock, Aitken, Waterman & me”. Vamos, que muy bien. Luego tiene una sección que es de moda urbana, y ahí ya flipo y reflipo del todo. Se trata de que lectores de la revista envíen una foto suya luciendo estilismo y explicando de qué marca es la ropa que llevan puesta. Uno pensaría que sólo escribirían peluqueras y adictas al Bershka, peeeero no, sorprendentemente no. Se ve que el deseo de ser fotografiado por Cool Hunter es tan profundo que para paliar esa necesidad de que el resto del mundo “admire” tu look, son muchas las modernas que escriben a la QMD. Algunas parecen estudiantes de diseño de moda o becarias del audiovisual, incluso. Y por no faltar, no falta ni una receta de cocina. Si es que lo tiene todo, la QMD.

Actualización: Acabo de ver en "Está pasando" -programa del que si tienen algo de buen gusto y un espíritu sensible deberían huir como alma que lleva el diabl- un homenaje que le tributaban a Sara Montiel en el Black and White. Ella, para mi regocijo, decía algo así como "Sí, algo me han organizado en el black and fight... " La periodista que hacía el reportaje era Paqui Peña, que a mí me cae muy bien y se la veía súperagusto, pasándoselo mejor que la propia Sara en ocasiones. Claro, todo estaba lleno de travestis de la removida y maricas de relumbrón habituales del Black and white, hasta Aviador Deluxe estaba por ahí y tal, todo muy divertido. Bueno, el caso es que supongo que, aunque el hecho de que Sara sea un mito sólo para una minoría de la población la haga más grande, más nuestra y tal, es una injusticia como la copa de un pino. A Sara tenían que estar haciéndole homenajes no en el Black and White, sino en el Teatro Real, darle la medalla de oro del trabajo, qué sé yo. Es que me da una rabia terrible que se haya convertido en una especie de esperpento para las jóvenes generaciones y gran parte de la opinión pública de este apestoso país, como si toda su vida, toda ella en general, mito viviente, no signicase nada. Se ríen de cosas como de la boda con Tony -que a mí es una cosa que me flipa y me parece maravillosa en todos los aspectos, el montaje, las fotos de la boda en sí, Tony... -, las peleas con Marujita, sus hijos Tais y Zeus (que por cierto canta muy bien, modelar no, pobre)... Los infraseres que estaban en la mesa de los mongolos que atienden por Lucía Riaño y el Tirantes (Lucía Riaño estaba corriéndose viva porque una colaboradora del programa le había hecho una entrevista a Luis Miguel, tócate las pelotas, ese hombre que destrozó los maravillosos boleros de Armando Manzanero haciendo que las estupendas versiones de Los Panchos -por ejemplo- quedasen oscurecidas ante sus perpetraciones) Los infraseres de la mesa de Está Pasando, decía, que se me va el hilo con tanta rabia, entre los que estaba Jaime Peñafiel (ese rencor hecho hombre merece una entrada para él solo) comentaban "¿y dónde está el novio" "pero si no existe..." como con pena de Sara. Sara, que es más lista, más artista y más estrella de lo que lo será cualquier medianía en su vida.


Wednesday, April 30, 2008

Qué vida tan tonta y qué grande es tu amor

La entrada anterior iba sobre "estos días", pero es que estos días son aún mejores: entre la final de Fama y el caso del Monstro -o como lo llamen- austríaco que tuvo a su hija secuestrada en el sótano más de veinte años y le hizo seis hijos+1 quemado en la caldera, tengo todas las horas de tele que puedo dedicar al día -que son pocas- cubiertas.
Y es que, desde que tengo un trabajo adulto, de mujer que se autofinancia lujos y caprichos, el tiempo no me llega para nada. Menos mal que tengo la pirámide de cuarzo para, pese a lo que digan los incrédulos, ayudarme a que me salgan bien las cosas. Y sí, madrugar es malísimo. Yo, cuando no duermo mis horas reglamentarias -que son nueve- o me levanto antes de lo que mi reloj biológico me indica -que es a las diez de la mañana, ni más ni menos- acuso sobremanera los efectos del cansancio y me sale un capilarcito en la mejilla, debajo del ojo izquierdo. Si duermo lo suficiente, el capilarcito desaparece. Cuando estoy cansada, hace acto de presencia. Y ahora llevo con él -y con la fealdad que suele acompañarle- bastante tiempo. Y aún así, estoy recontenta, porque no hay nada como levantarse cada mañana cagándose en el despertador para ir a hacer algo que te gusta, que no es la bomba, no es el trabajo de tu vida, pero te gusta, aprendes, lees, tienes la sensación de ser útil, te cansas, cobras por ello. Y de vez en cuando te da pequeñas alegrías como la de ayer, cuando de pronto descubro que voy a cartearme con un señor electrónico cubano que me dice, con su perfecta caligrafía cosas como "mucha salud para usted y toda su compañía"
Y, amén de despedidas varias de esas que se llevan briznas de tu corazoncito apocholado, alegría porque me voy unos días a Lyon, mis padres se van todo el mes a México, hay amor en el aire, se acerca el verano, hay momentos de plenitud, proyectos en lontananza... no sé, si la vida era ésto, bienvenida sea.

Sunday, April 27, 2008

Que esto que hoy es un cascajo fue la dulce metedura donde yo perdí el honor

Estos días:

Delante de casa está el puticlub “Tú y yo”, y delante del puticlub hay una acera muy ancha ancha. En esa acera tan ancha alguien ha escrito a tamaño gigante con spray: “Susana te quiero”. Para todos está llegando la primavera.

He terminado de leer (por fin) “Las partículas elementales”. Y sí, pero bah. Creo que habla de una sociedad enferma de deseo y pequeñoburguesa que aquí en Ejpaña todavía no existe, o no está tan extendida, porque no llevamos tanto tiempo siendo primer mundo. Que todavía se nos ve el pelo de la dehesa y estamos en momento de disfrutar de las vacaciones pagadas y del chalet en la playa sin notar el vacío existencial. Por lo demás, pah. No está mal, pero no me quedan muchas ganas de leer otro libro de Houellebeq.

Por otro lado en el mismo día de Sant Jordi me he cepillado mi regalo: “Lost Girls” de Alan Moore. Y ¡guau! Es el primer volumen de una historia completa de tres que cuenta las andanzas eróticas de una Alicia (en el país de las maravillas, o a través del espejo, más bien), de Wendy (de Peter Pan) y de Dorothy (del Mago de Oz) ya adultas. Y por supuesto, como todo lo que hace Alan Moore, es maravilloso e híperinteresante, con mil lecturas que ahondan en el significado profundo de las historias clásicas. Y moja mogollón, además.

Sunday, April 13, 2008

En verdad os digo

Mi relación con el mundo de lo mágico y lo esotérico no es muy amplia pero sí intensa. Conforme van pasando los años, más crédula me vuelvo y más fe tengo en la quiromancia, los posos del café, las entrañas de las ocas y las manos de Fátima. De hecho creo que pronto volveré al catolicismo, porque puestos a creer en el poder de un embrujo hecho con receta de la "Vale" para que tu amado vuelva a tus brazos, mejor creer en el poder de San Antonio, que al fin y al cabo tiene mucha más tradición y un montón de fieles -sobre todo latinoamericanos- juntando sus energías a la tuya para conseguir que encuentres ese colgante con el ojo del Gautama que perdiste la semana pasada.
Voy a hacerles una recomendación a todos mis lectorcitos que les va a servir para triunfar en la vida. Yo entiendo que ustedes sean personas post-siglo XVIII y sus mentes ilustradas desdeñen a los astrólogos y nigromantes, pero, ay amigos, los dos consejos que les voy a dar FUNCIONAN. Y les van a servir para triunfar en la vida y salir airosos en sus proyectos, al menos en los laborales. Y todo de gratis, ni siquiera por las quinientas pesetas de la pulsera magnética que curaba la cefalea. Gratis, palabra musical.
Ya me han leído la mano unas cuantas veces y me han echado las cartas con tronchantes resultados (eso lo contaré algún día), pero éstos consejos son muy sencillitos y fácilmente aplicables. Tienen que ponerlos en práctica ya mismo si quieren dejar de ser cajeros en el Carrefour (con todo mi respeto a los cajeros de supermercado, que realizan una labor muy bonita y muy útil) o de preparar oposiciones a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (ningún respeto para éstos, puagh). Ahí van:
El primero es una máxima y es más bien de efecto darseánimosaunomismoensumismamismiedad:
"Miedo no". Sólo hay que creérselo, miedo no.
Y el segundo es infalible: Cómprense YA una pirámide de cuarzo. Puede ser pequeñita y discretita, no hace falta que sea de tamaño... piramidal. Valen un euro o poco más, y bueno, para adquirirla en mi caso está bien fácil porque mi calle está llena de librerías como "Karma" o cafeterías de punto de encuentro mágico, pero hasta en los pueblos más pequeñicos hay alguna tienda esotérica. Una pirámide de cuarzo blanco, pequeñita, y la ponen encima de sus papales y sus cosas, esas gestiones que quieren que les salgan bien (los papeles de la hipoteca, la lista de sitios donde mandar el currículum, las pruebas del sida... ) y ¡ala!, a esperara que la pirámide surta efecto. Que surtirá, ya lo verán.
También hay pirámides de otros colores para problemas más localizados: amor, ansiedades, cosas así, pero como el trabajo es lo ÚNICO importante, con ésta tienen más que suficiente.
Ala, corriendito a por ella.