Tuesday, October 27, 2009

Lo importante y lo no importante

El vídeo que hay que ver antes de leer esta entrada está aquí.
¿Qué les parece? Obviando las hordas de personas que apoyan al cien por cien las palabras de este señor (que esto ya daría para hablar mucho pero sin decir nada nuevo ni significativo), lo que me parece increíble es que haya gente a la que este vídeo le produzca de verdad indignación y cabreo. ¿Cómo es posible? ¿Se toma el mundo las cosas demasiado en serio o soy yo que me lo tomo todo a cuchufleta? ("yo y el mundo", como la serie de Corey Mathews). El humor es una cosa imposible de explicar, pero a mí un señor de barba, serio, grave, autoelegido salvaguarda de la moral y de los valores tradicionales diciendo cosas como "tu apestoso coño" y "pedazo de furcia" me parece el no va más de lo tronchante y carcajeante. No entiendo que otra personas puedan tomárselo en serio hasta el punto de indignarse y sentirse ofendidos como noviolento, como tolerantes, como rojos, como mujeres o como personas humanas.
Total, que entre reír e indignarse, la mejor opción es reírse, aunque seguramente el mundo ha avanzado y ya no somos todos siervos de la gleba gracias a que mucha gente se indignaba en vez de reírse. Qué sé yo, la vida es muy complicada.

Tuesday, October 06, 2009

Looost

(Advertencia: Todo lo que a continuación se dice debe leerse única y exclusivamente si se ha terminado de ver la quinta temporada de Lost, a no ser que se quiera simplemente disfrutar de mi desordenada prosa y agudas reflexiones, en cuyo caso, adelante. Y pido perdón de antemano por el rollazo que voy a soltar, pero no he dicho nada y tengo mucha tensión acumulada).

Empecé a ver Lost al día siguiente de San Juan. Sabía que existía, que era buenísima, tenía amigos que la seguían y todo eso, pero hasta entonces no me había dado por ahí, y de hecho le tenía un poco de manía, había visto el primer capítulo y no me atraía nada, me daban igual, no quería verla. La noche de San Juan estuve en una fiesta en la que el 80% de las conversaciones giraban en torno a la serie, así que me dije “bueno, es hora de empezar” (licencia poética) y zas, al día siguiente nos prestaron la primera temporada , que cinco días después habíamos finiquitado, hice una visita a un amigo que tenía la segunda, tercera y cuarta en dvd y hasta hoy.

Yo no llegué virgen a Lost. Sabía un millón de cosas, además de que Hurley nunca muere. Sabía de la existencia de osos polares, del humo negro, de que todos los personajes estaban relacionados entre sí por curiosas coincidencias de su pasado, sabía que en cierto momento la serie giraba y en vez de flashbacks empezaba a ir hacia delante, sabía que había saltos en el tiempo. Mal, vamos, se pierde gran parte del efecto sorpresa, pero no puedo evitar recordar detalles de cosas que ni me van ni me vienen (sólo he visto los dos primeros capítulos de Los Soprano y sé que en una de las últimas temporadas el hijito de Tony intenta suicidarse. ¿Qué cómo lo sé? Yo qué sé, lo habré leido en interné). Es como cuando estábamos viendo el capítulo de Hurley en la primera temporada y dijo mi partenaire: “¿Y a este qué le pasaba, que le tocaba la lotería, no?”. Y es que la gente se equivoca, lo difícil no es aprender sino no aprender. Esto de saber cosas por adelantado roza tintes dramáticos si tenemos en cuenta que yo ya había visto, al menos dos fragmentos de la serie muy importantes, en casa de mis padres, con la Fox de fondo, esperando al inicio de Las chicas Gilmore.

-Momento importante que yo ya había visto antes de seguir Lost 1: El inicio de la tercera temporada, con Juliet en su casita de muñecas escuchando Downtown, la reunión del club de lectura y el avión que aparece en el cielo.

-Momento imporante que yo ya había visto antes de seguir Lost 2: El final de la cuarta temporada, con el carguero explotando y Sun gritando desde el helicóptero, desesperada ante la muerte de su marido (que luego no está muerto, pero esa es otra historia).

Mal, fatal. Y tenemos que tener aún más en cuenta que contábamos con las cuatro primeras temporadas en dvd, con lo que, en el momento terrible e icónico en el que Desmond le dice a Charlie: “Vas a morir, Charlie”, fuimos corriendo a coger la carátula de la cuarta temporada y comprobamos, al borde de la depresión, que Charlie no salía (y Míster Eko tampoco, pero eso ya nos daba más igual). En cualquier caso las cosas son lo que son, no se puede cambiar el pasado (fíjense qué bien traído) y cuando vi a Jin por primera vez ya sabía que iba a morir, y sin embargo creo que esto no ha mermado ni una gota mi enganchamiento por la serie. Y el caso es que no sé cómo ha hecho la “gente normal” para seguirla capítulo a capítulo semana tras semana y con intervalos de un año sin morir de ansiedad. Vamos, yo es que pienso en no verla en rondas de cinco en cinco capítulos y todo seguidito en el plazo de tres meses (con uno de descanso en medio) y me da algo.

Jack me cayó fatal desde el principio. Es un pesado, un tolilli, un agobiado, un repelente y feo, además. En la lucha sin cuartel entre fans de Sawyer y fans de Jack yo soy de Sawyer a muerte, porque ¡es el único que lee! , por razones de recreo visual y porque es autor del genial mote, dirigido a Sayid, de “Capitán Falafel”. Es que me troncho. Aunque la verdad es que me gustan todos, para qué engañarnos, con una especial debilidad por Charlie (al que se lo perdono todo, la locura con el mono, que sea un poco pringado al fin y al cabo), y si tuviese que elegir me quedaría con Desmond, cuya historia de amor con Penny me conmueve más de lo imaginable. El triángulo amoroso, después cuadrángulo Jack-Kate-Sawyer-Juliet me da bastante igual. Me la suda con quién se quede Kate, aunque la verdad es que parecían muy felices Jack y ella en Los Ángeles, follando todo el día como descosidos. Y se supone que el protagonista es Jack, al fin y al cabo, y esto no es “Dawson crece”.

El momento en el que me enganché, el momento en el que todo dio un giro y pasó a ser una fiebre y una obsesión, es esa escena de la primera temporada en la que Hurley se acerca a Jack para decirle que han encontrado la lista de pasajeros, han hecho cuentas y que ¡Ethan no iba en el avión! Y cambia el escenario y nos encontramos a Claire y Charlie caminando por la selva y de repente aparece Ethan y te cagas de miedo.

La primera y la segunda temporada me encantaron. La primera obvio, aunque luego la recuerdas y da la sensación de que, comparándolo con lo que vino después, no pasó nada salvo la muerte de Boone (qué pena, Ian Somerlander me encantaba desde aquella película con Shynnyn Sossamon, ¿qué habrá sido de ella? Esa chica prometía). Mi escena favorita de la primera temporada es un planazo aéreo que le dedican al barco en el que van Michael, Walt, Jin y Sawyer. La música, el mar, las velas al viento, unos hombres que se lanzan a navegar para encontrar la libertaaad, yo no necesito más. La segunda me chifló. Me gustaba mucho todo lo relacionado con Desmond y la escotilla, el tema de los números me tenía en vilo, los capítulos relacionados con los pasajeros de la cola del avión ralentizaban la acción y todo eso pero a mí me gustaban mucho, me encantó el capítulo llamado “los otros 48 días” (creo) en el que se narraba cómo los pobres Ana Lulú and company se enfrentaban a esos ataques nocturnos. Luego aparece Henry Gale y ya es la locura total, se siembra la duda y la cizaña, yo gozo como una perra, y ese regreso de Michael que a todos nos hizo gritar, cargándose a Libby y a Ana Lulú. Y el capítulo final, con la llave y la explosión. Jarl.

Con la tercera y la cuarta ya cambian las cosas. Y es que para mí ahí se rompe el que hasta entonces era un comportamiento perfectamente lógico y normal por parte de los personajes. No puedo entender que tengan a Kate y a Sawyer metidos en una jaula y que hablen con los otros y les digan “déjanos salir” en vez de “pero quiénes sois”. Creo que la curiosidad tiene que ser tan grande que no entiendo cómo no se ponen a implorarles que les cuenten quiénes son, qué hacen en la isla, por qué secuestraron a Walt, por qué secuestraron a Claire, qué poderes tiene la isla, qué pasa, qué coño pasa. El ansia de saber de esa gente que está sufriendo cosas tan terribles tiene que ser muy fuerte, tienen que intentar ententer, ¡intentar entender!

Yo no entiendo nada. Y con la quinta, si me pongo a pensar en las paradojas temporales del tipo de “si yo voy al pasado y mato a mi madre ¿llegaré a nacer algún día o me esfumaré en el aire o conviviremos dos yos de distintas edades o se desdoblará la realidad o todo ocurrirá tal y como estaba planeado desde el comienzo por un Ser Superior?” me da un dolor de cabeza terrible. Se supone que algunos enigmas de van resolviendo poco a poco, como lo de los osos polares, que se supone que los tenían los de Dharma en la islita pequeña para hacer experimentos con ellos, metidos en las jaulas en las que están luego Kate y Sawyer. Pero no me quedo tranquila. Una parte de mí quisiera que hubiese algo tipo “Se ha escrito un crimen”, en el que Jessica Fletcher empieza a contar cómo ha descubierto al asesino y se ve una recreación de los hechos para que quede todo clarito y bien clarito. Ya, ya sé que entonces no sería tan buena la serie. Es que jo, qué buena es. Qué bien hecha está, cuánto dinero ahí gastado (comentario de albañil), qué planazos, qué actores, qué guión, qué diálogos, qué historia. Qué fondo tan filosófico y profundo, cómo hace que reflexiones, que te preguntes a ti mismo lo que piensas sobre el destino, la vida, la muerte y las paradojas temporales así en general, y ya se sabe lo importante que es saber lo que uno opina sobre las paradojas temporales. ¿Es Lost la mejor serie de la historia? Pues casi casi diría que sí; una de las mejores, desde luego.

Quiero saber de una vez si es verdad que los guionistas lo tenían todo atado y bien atado desde el principio. Que se supone que sí, pero entonces a cuento de qué vienen declaraciones como las de Michael Emerson (Benjamin Linus) diciendo que “hace tres años volé a Hawaii para un papel episódico y ha terminado convirtiéndose en el papel de mi vida”. Espero que de verdad lo tengan todo pensado desde el principio, aunque veo imposible que en una sola temporada logren explicar tantos enigmas, o al menos los principales. Con que no sea todo un sueño de Jack me conformo.

Quiero saber por qué los Otros necesitan líderes. ¿Por qué no es su líder Richard? ¿Por qué necesitan primero a Windmore y a Eloise y luego a Ben y luego a Locke si se les ve muy capaces de valerse por sí mismos? Si Richard da la sensación de que puede entrar y salir de la isla cuando quiera, y viajar en el tiempo (amén de ser eternamente joven, como Mel Gibson), y habla con Jacob, en serio, ¿por qué necesitan líderes?
Tengo un amigo que dice que el gran misterio de Lost es cómo es posible que Sun aprendiera a hablar inglés en sólo cuatro meses si además la mitad de las clases se las pasaba follando con el profesor. Para mí el gran misterio de Lost es cómo es posible que Daniel Faraday sea heterosexual con ese buclazo de madre que tiene.

Y bueno, por qué. Yo creo que la gran pregunta no es cómo, si no por qué. Si se contesta un por qué satisfactorio a todos los interrogantes de la serie, da igual que todo bordee la cienca ficción más delirante, da igual que nos pidan a los seguidores una gran prueba de fe, da igual que haya cosas que bordeen el absurdo (como que Sun con su indemnización de la compañía Oceanic se compre la empresa de su padre. ¡Se compra un holding coreano! ¡Se compra la Daewoo!). Dará igual porque sabremos por qué existe la isla y por qué existe Jacob y su antiJacob y por qué necesita apropiarse de cadáveres para matar y por qué le quiere matar e infinitos por qués. ¿De verdad, por qué todo esto?


Friday, October 02, 2009

¡Pero bueno!

Estoy encantada de que no le hayan dado los juegos a Madrid. Es una ciudad fantástica tal y como es y no necesita unos juegos olímpicos que la sigan poniendo patas arriba. Sin embargo, vivo en Barcelona y desde hace un minuto se han empezado a oír cohetes, pitidos de coches y aplausos en la calle. Y no son brasileños, claro. Yo, públicamente, me cago en la mierda envidiosa, paleta y gilipollas de Barcelona.