Ya es del todo verano y suceden cosas extraordinarias. Me cuesta leer novelas de peso o ensayos con enjundia, así que me he puesto con "El dardo en la palabra", de Lázaro Carreter -que en gloria esté- y tropiezo con este alucinante párrafo dedicado al cheli y escrito en 1980:
"Concentrándonos en el vocabulario (debo advertir que se modifica con bastante rapidez y que sus acepciones son difíciles de definir con brevedad), he aquí unas muestras: movida es una "acción extraordinaria o particularmente intensa"; tronco significa "amigo", como colega (pero ésta es voz más propa del hampa); basca, "peña o grupo de troncos"; paliza, "pelma"; calandrias, "pesetas"; tejo o guil, "duro"; marchoso, "activo, decidido, divertido, audaz"; jula o julandrón, "marica"; ligar, "conseguir", amuermarse, "aburrirse"; carroza, en principio, "miembro del rollo que los troncos consideran ya pasado de edad" y, por extensión, "persona mayor, solemne, que el rollo ni toma en consideración". En bocata, "bocadillo"; vinate, "un vino"; fumata, "acción de fumar tabaco o drogas", y camarata, "camarero", se observan los sufijos preferidos por el "cheli". Demasiao (combiando a veces con tu mach) ha especializado una función autónoma (un coche demasiao) con el significado de "excesivo"; cuenta con la variante barcelonesa (qué) fuerte, ya bastane difundida por Madrid."
Abracadabrante. Yo no sé si es que don Lázaro no se coscaba mucho del rollo, si es que lo copió del diccionario de Ramoncín o si es que los términos han evolucionado mucho con los años. Probablemente sea esto último, pero no puedo dejar de leerlo pasmada y fascinada.
Es verano, sí, y suceden cosas extraordinarias. Se ha suicidado un jurado de Supermodelo por el inefable método de prenderle fuego a su casa y arrojarse -él y su perro- por el balcón. Lo más sorprendente es que Daniel el Kun tenía, en el momento de su deceso, 35 años, pese a aparentar 60. Se han muerto Michael Jackson y Farrah Fawcet el mismo día, confirmando la gran verdad de que las estrellas siempre se van al cielo de dos en dos, para hacer junticas el camino. Y yo he empezado, después de cinco años, a ver Lost. Y claro, no puedo parar.