Thursday, December 29, 2011

Cuatro veces David Copperfield

Hay que tener mucho cuidado al dar ciertas cosas por supuestas, sobre todo en lo que se refiere a cultura, conocimientos y todo lo que atañe a la materia gris in yeneral, porque podemos ir por la vida mirando desde un monóculo a los tronistas de Mujeres y Hombres y Viceversa y de repente ¡oh, terror! resulta que no nos diferenciamos tanto como nos gustaría de ciertas gurús del maquillaje en youtube. Así me ha pasado a mí, que estaba convencida de que había leído ya David Copperfield hasta que este verano encontré una edición en la aldea en cuatro volúmenes y, tras rascarme mucho la cabeza y hacer un gran esfuerzo mental, caí en la cuenta de que las chorrocientas páginas de letra minúscula no podían, literalmente (y nunca mejor dicho lo de literalmente) caber en la bonita edición ilustrada que había leído yo en mi infancia (ni, aunque esto ya lo había discurrido yo antes, en su versión por entregas convertida en cómic que venía con “El libro gordo de Petete”). Así que me he puesto a leer David Copperfield con ojos de adulta y un poco en previsión de, en algún momento de los próximos años, leer “The crimson petal and the white” (que me encantó la serie y las axilas peludas y los lavados de vagina con lejía de Romola Garai), de la que en algún momento escuché decir que sería la novela que hubiese escrito Charles Dickens de no estar sujeto a censura y autocensura, a su tiempo y espacio y todo eso (cosa que supongo que es bastante absurda, tipo “Shakespeare hoy en día trabajaría en HBO”, pero como frases promocionales no están mal). Entotal, que me ha encantado David Copperfield porque leerla es un placerazo aunque sepas de antemano lo que se avecina y porque en las versiones infantiles y en las películas mil veces vistas no aparecía ese humor tan fino y maravilloso que, incluso, en algunas partes como en la descripción del romance con Dora, me hacía troncharme. He gozado mucho al enterarme exactamente de cuál era el pecado de Emilita y por qué era tan terrible lo que había hecho, porque en mi inocencia infantil no llegué nunca a descifrar si Steerforth la secuestraba, se iba ella por sus propios medios, por qué era tan terrible que se hubiese largado, si terminaba haciéndose puta o qué pasaba con ella. De todos modos no puedo evitar cometer un terrible error, que es juzgar a un clásico con la chorri-moral que tenemos hoy en día, y así encuentro que en realidad Uriah Heep es un héroe moderno que no se conforma con su situación social y hace todo lo posible por ascender, lo que lo convierte en alguien terriblemente interesante; que Emilita es víctima de la terrible moral de su tiempo por ser lo que somos todas hoy en día: una mujer perdida (aquí es especialmente patente lo importante que ha sido la revolución feminista y lo cómodas que nos permite vivir nuestras vidas –siempre que no seamos pobres, claro, que eso será pecado para siempre-, a la vez que me hace plantearme qué cosas son pecados hoy en día y dentro de cien años no lo serán, y si habrá gente en el futuro que dirá “pero qué carcas eran los de principios del siglo XXI, tron, que no permitían el matrimonio entre hombres y burros”), y que hay algo siniestro y terrible en que David se enamore de una persona con la inteligencia y cultura de una cabra –la bella y pequeñita, pequeñita, Dora- y que en el momento en el que este matrimonio empieza a convertirse en una carga su esposa, muy oportunamente, se muera sin una queja bendiciendo además el futuro romance de su viudo con Agnes (a la que siempre he imaginado un poco como Olivia de Havilland-por cierto que debido a sus recientes declaraciones en Vanity Fair al pérfido señor Murdstone lo imaginaba con la cara de Sebastián Palomo Linares-), cuyo papel en la novela se resume en ser poco más que un marshmallow. Y toda esta historia sentimental de David, además, se me antoja bastante incestuosa con esta primera esposa que es “mi niña-mujer” y su segunda esposa que es “mi querida hermana Agnes”. Así que me muero por saber de interpretaciones de la novela a los ojos del psicoanálisis, del movimiento feminista, de la posmodernidad y demás zarandajas condenadas por el papismo. Y en resumen, me ha gustado tanto y he disfrutado tanto de esta lectura, que puede que durante los próximos meses me dedique exclusivamente a leer historias de niños vendidos como esclavos y fortuitos encuentros con petimetres que marcan para siempre tu destino.

Wednesday, December 14, 2011

No leerás la Biblia por su prosa

Con esto de que una de las series de la temporada, American Horror Story, se dedica a meter en la túrmix todo tipo de ingredientes y a fusilar directamente la música y las argucias de películas clásicas para crear una macedonia de horror bien aparente, me he puesto a revisar una de esas biblias cargadas de datos y referencias que deberían estar en todo hogar de bien: Danza Macabra, de Stephen King.

Es una pena que el libro haya sido escrito en 1981; me retuerzo de placer sólo de pensar en la de cosas divertidas que podría haber dicho el señor King sobre las cosas interesantes que han pasado en el género desde entonces (y sobre las que le han pasado a él mismo, atropello incluido), pero aún así sus análisis sobre los subtextos del horror y tal y cual son atemporales y da gusto ver lo bien qué se explica y lo convencidos que nos deja con sus argumentos, que dan ganas de aplaudirle hasta cuando habla de la radio clásica americana, tema del que no tenemos ni idea –bueno, yo no tengo ni idea de casi nada de lo que habla, en realidad- pero creemos a pies juntillas todo lo que cuenta.

Siempre que ojeo/hojeo el tocho acabo releyendo una parte que encuentro especialmente escalofriante y divertida, además de que ilustra muy bien esa conexión entre el cuento de hadas ancestral (¡hola, “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”!) y la película de terror contemporánea. Aquí les copio sin pudor el fragmento, igual que copia sin pudor American Horror Story la música de Drácula o la de Vértigo:

“De modo que, antes de seguir avanzando, tengo un pequeño pasatiempo para usted. Busque un papel y algo para escribir y vaya apuntando sus respuestas. Veinte preguntas; súmese cinco puntos por cada pregunta acertada. Si no pasa de los 70, debería volver para hacer un postgraduado en películas de auténtico miedo… aquellas que nos asustan sólo porque nos asustan.

  1. Érase una vez que el marido de una dama ciega campeona del mundo tuvo que ausentarse una temporada de casa (para matar un dragón o algo por el estilo) y un hombre malvado llamado Harry Roat, que venía de Scarsdale, vino a verla mientras el marido no estaba.
  2. Érase una vez tres niñeras que salieron de casa una noche de Halloween, y sólo una llegó viva a Todos los Santos.
  3. Érase una vez una dama que robó cierta cantidad de dinero y que pasó una noche no demasiado encantada en un motel poco transitado. Todo parecía normal hasta que apareció la madre del propietario del motel; mamá hizo algo muy feo.
  4. Érase una vez unos señores muy malos que trastearon con los conductos de óxigeno en la sala de operaciones de un importante hospital y mucha gente se echó a dormir durante mucho, mucho tiempo… igual que Blancanieves. Sólo que estos nunca volvieron a despertar.
  5. Érase una vez una chica muy triste que iba a los bares a buscar compañía, porque cuando volvía a casa acompañada de un hombre no se sentía tan triste. Pero una noche escogió a un hombre que llevaba puesta una máscara. Debajo de la máscara estaba el hombre del saco.
  6. Érase una vez unos valientes exploradores que aterrizaron en otro planeta para ver si alguien necesitaba ayuda. Nadie la necesitaba, pero para cuando hubieron despegado de nuevo, descubrieron que se habían llevado consigo al coco.
  7. Érase una vez una triste dama llamada Eleanor que fue a vivir una aventura en un castillo encantado. En el castillo encantado, Lady Eleanor no estaba tan triste, pues allí hizo nuevos amigos. Sólo que los amigos se marcharon y ella se quedó… para siempre.
  8. Érase una vez un joven que intentó traerse a su país cierta cantidad de polvos mágicos de otro país a bordo de su alfombra voladora. Pero fue capturado antes de poder montarse en su alfombra mágica, y los malvados le quitaron los polvos mágicos y le encerraron en una terrible mazmorra.
  9. Érase una vez una niña pequeña que parecía muy dulce, pero que en realidad era muy perversa. Encerró al conserje en su cuarto e incendió su cama de madera altamente inflamable porque se habían portado mal con ella.
  10. Érase una vez dos niños pequeños, muy parecidos a Hansel y Gretel, cuyo padre murió y cuya madre se volvió a casar con un hombre perverso que pretendía ser muy bueno. Este hombre perverso tenía la palabra AMOR tatuada en los nudillos de una mano, y ODIO tatuadaza en los de la otra.
  11. Érase una vez una señora americana que vivía en Londres y cuya cordura estaba en tela de juicio. Le pareció haber visto un asesinato en la vieja casa abandonada de al lado de la suya.
  12. Érase una vez una dama y su hermano que fueron a poner flores en la tumba de su madre y el hermano, al que le gustaban las bromas de mal gusto, la asustó diciendo: “Vienen a por ti, Barbra”. Sólo que esta vez resultó que sí venían a por ella… pero antes le pillaron a él.
  13. Érase una vez que todos los pájaros del mundo se volvieron locos y empezaron a matar a las personas porque estaban bajo un malvado hechizo.
  14. Érase una vez un demente con un hacha que empezó a cortar en pedacitos a toda su familia, uno tras otro, en una vieja casa irlandesa. Cuando le cortó la cabeza al guardián de la finca, ésta cayó rodado en la piscina familiar. ¿Verdad que fue divertido?
  15. Érase una vez dos hermanas que se hicieron mayores juntas en un castillo encantado en el Reino de Hollywood. Una de ellas había sido famosa en el Reino de Hollywood, pero de eso hacía ya mucho, mucho tiempo. La otra estaba condenada a una silla de ruedas. ¿Y saben lo que pasó? ¡Que la hermana que podía caminar le sirvió a su hermana paralítica una rata muerta para cenar! ¿Verdad que fue divertido?
  16. Érase una vez un vigilante de un cementerio que descubrió que si clavaba alfileres negros en las plazas vacantes en su mapa del cementerio, la gente que había comprado dichas plazas moría. Pero cuando retiró los alfileres negros y los sustituyó por alfileres blancos, ¿sabéis lo que pasó? ¡Que la película se convirtió en una mierda! ¿Verdad que fue divertido?
  17. Érase una vez un hombre malvado que raptó a la princesa y la enterró viva… o al menos, dijo haberlo hecho.
  18. Érase una vez un hombre que inventó unas gotas mágicas para los ojos, y podía utilizarlas para ver a través de las cartas de otras personas en Las Vegas y ganar un montón de dinero. También podía usarlas para ver a través de los vestidos de las chicas en las fiestas, lo que quizá no sea demasiado educado, pero, un momento. El hombre seguía viendo más… y más… y más…
  19. Érase una vez una dama a la que le tocó hacerse cargo del hijo de Satanás, el cual la tiró por encima de una barandilla con su triciclo. ¡Se puede ser más malo! Pero después de todo, mamá tuvo suerte. ¡Como murió poco después, no tuvo que participar en la secuela!
  20. Érase una vez unos amigos que se fueron a hacer una excursión en canoa por un río mágico, y unos hombres malvados vieron que se estaban divirtiendo y decidieron encargarse de ellos. Porque los hombres malvados no querían que los otros tipos, que venían de la ciudad, se lo pasaran bien en su bosque.”

A continuación, las respuestas:
1. Sola en la oscuridad

2. La noche de Halloween

3. Psicosis

4. Coma

5. Buscando al señor Goodbar

6. Alien, el octavo pasajero

7. La mansión encantada

8. El expreso de medianoche

9. The Bad Seed

10. La noche de cazador

11. Una hora en la noche

12. La noche de los muertos vivientes

13. Los pájaros

14. Dementia-13

15. ¿Qué fue de Baby Jane?

16. Entierro a los vivos

17. Macabre

18. El hombre con rayos x en los ojos

19. La profecía

20. Deliverance

Friday, November 25, 2011

Entonces Mullet decidió vengarse

Para mí, es la noticia más fascinante de la semana: Detenidos siete amish por humillar a otros miembros de la secta afeitándoles la cabeza y la barba. Todo acompañado de una foto que se quedará para siempre en mi memoria, y no solo por lo grotesco o chocante de la historia y las asociaciones inmediatas con Lukas Haas, Harrison Ford y el silo lleno de maíz, sino porque esta historia de sectas y castigos simbólicos ha actuado como la magdalena de Proust (que siempre viene bien traer a colación), recordándome un episodio de la Doctora Quinn que me marcó especialmente.



No quiero volver a ver La Doctora Quinn jamás porque guardo un recuerdo maravilloso de noches de sábado contemplando con ojos de amor a Joe Lando (si le vuelvo a ver me parecerá un espanto) y pensando en lo guapa que era Jane Seymour; ya entonces encontraba que era demasiado mayor para el papel, y no quiero volver a verla para confirmar que no solo era demasiado mayor para el papel sino también demasiado mala actriz. La nostalgia hay que dejarla donde está, qué manía con revisitarlo todo. Pues bien, en el mundo normalmente idílico de Dr. Quinn, medicine woman, también se colaban dramas históricos, y no recuerdo qué acontecimiento del estado de Colorado generaba una ola de racismo en el pueblo de los protagonistas. Creo que era algo del derecho al voto, aunque no recuerdo que la Guerra Civil estuviese presente, en fin, no sé muy bien qué pasaba, pero de pronto ¡aparecía el Ku Klux Klan! Algunos malvados y cerriles habitantes del pueblo se daban a la sinrazón del terrorismo y, protegidos tras los icónicos carapuchos blancos, se dedicaban a aterrorizar a los negros del pueblo, que creo que eran solo dos, el herrero y su mujer. En una escena con montaje paralelo que recuerdo como angustiosísima, el herrero se dedicaba a sus quehaceres con el yunque y el fuego mientras su mujer era atacada por el KKK, y en unas imágenes de gran violencia contenida, le cortaban el pelo. Yo debía de tener unos doce o trece años, e inmediatamente pensé que ese ataque para mí tan extraño de cortarle el pelo era una metáfora de una violación. Y ahora, con este tema de los amish, he recordado toda la historia y me he puesto a investigar (o sea, he puesto en google "Ku Klux Klan pelo" y "prácticas del KKK") si esto de rapar a las negras era habitual; no he encontrado ningún dato, así que me quedo sin saber si aquella escena era una metáfora de una violación (cosa que tampoco importa mucho porque ambos comportamientos tendrían como objetivo humillar a la mujer del herrero y hacer una demostración de poder y supremacía, más o menos lo mismo que en el caso de los amish) o un rapado real. Si alguien tiene a bien ilustrarme, le estaré muy agradecida.

Sunday, November 13, 2011

En la tableta de sugar

Entre las noticias del colorín de esta semana -Paquirrín embarazado, Iñaki Urdangarín implicado en una trama de esas tan ejpañolas de tocomocho en forma de empresa de eventos, cosa que me encanta porque de repente convierte en bueno a mi adorado Jaime de Marichalar, el hombre mejor vestido de España y fuente constante de fotos que hacen que se te caiga el monóculo- puede pasar desapercibido un titular que para mí es lo mejor que he oído en años, tal vez desde que Jennifer López soltó, más ancha que pancha, que se le había aparecido el fantasma de Rocío Jurado para susurrarle los versos de "qué hiciste, hoy destruiste con tu orgullo la esperanza", primer single de su etapa Marc Anthony, hoy felizmente finiquitada. Bueno, que me lío: el caso es que el viernes entrevistaron una vez más a Al Bano, en esta ocasión como respuesta a la entrevista de la semana pasada con Romina (no deja de fliparme el interés que suscita de repente la vida amorosa de esta pareja, deberían darle comisión a Lydia Lozano), y entre declaraciones sobre los no malos tratos y demás rollos, soltó una perla tan maravillosa y tan increíble que fue recibida con aplausos en el sofá de mi casa. ¿Y qué dijo Al Bano? Pues que Linda Christian, su ya difunta suegra, ex-esposa de Tyrone Power, en cierta ocasión le echó LSD al té del rey Hussein de Jordania, LSD camuflado "en la tableta del sugar", según dijo con su encantador acento Al Bano. Así que ahora entra en juego la idea de que la desaparición de Ylenia fuera una mortal vendetta por parte del soberano hachemí, por lo que habría que preguntarle a la pobre Noor qué opina de este gigantesco despropósito que tantas alegrías lleva a nuestras apáticas vidas en las que nunca tendremos la oportunidad de endrogar a un rey de Oriente Próximo.

Wednesday, November 02, 2011

Ni una, ni grande ni libre

De la entrevista con Francis Franco, el nieto de Franco, en el último número de Vanity Fair no ha hecho que se me caiga el monóculo ninguna de sus previsilísimas y poco originalísimas declaraciones (España está fatal, mi abuelo no era un dictador, en el Azor se hablaba euskera, con Franco vivíamos mejor… un hermoso ejercicio de reconstrucción histórica que permite hondas reflexiones acerca de qué es la verdad, la imposibilidad de acercarse a ella y cómo varían las cosas según quién las cuente, una especie de Rashomon de la historia reciente de España), sino una foto de un detalle decorativo de su hogar: unos ceniceros hechos con garras de león, no de un león cualquiera, claro, sino una pieza cobrada en una cacería en algún país africano de esas por las que por el privilegio de matarlas tienes que pagar el equivalente al presupuesto anual de la reserva de fauna en la que se crían.

Aquí tienen la imagen en cuestión, fotografía de una fotografía de un cenicero-garra de león sobre una mesa Lak de IKEA. Un contraste decorativo y de status muy representativo del signo de los tiempos.




El resto de la página está compuesta de una foto de la capilla familiar de esas en las que un cura amigo de la familia oficia bodas, bautizos, comuniones y misas de responso; un detalle de una pared llena de calaveras de corzos fruto también del talento cinegético de la familia y una bella estampa de Francis con su perro “Bubi”. El tema del amor de las clases altas (dígase con tono así como de quién va a asaltar el Palacio de Invierno) por sus perros y caballos daría para un sesudo tratado sobre psicología humana y símbolos de status que igual un día me animo a escribir (ya tengo decidida la portada, que sería la foto de Pitita Ridruejo con uno de sus perros que ella misma eligió para portada de sus indescriptibles memorias). Y aunque los Franco no son aristócratas en plan Downton Abbey (de hecho el origen de su fortuna y ascenso social haría arrugar la ceja a más de un personaje de la serie), Francis también dedica parte de la entrevista a nombrar a sus mascotas favoritas con nombres –y casi apellidos-, carácter y aficiones. Y esto entronca directamente con la portada de la revista, un maravilloso retrato con reminiscencias de Luis XV de lo más aristócrata y over the top que se puede ser en esta vida, que es ser nominal rey de Francia en el exilio: Luis Alfonso de Borbón, que además también es sobrino de Francis Franco. Y dejándolo todo así de bien hilado y bien traído –perros, aristocracia y Carmen Martínez Bordiú-, finiquitamos esta entrada.

Wednesday, October 05, 2011

Siempre para mí eres lo primero y aunque falte el dinero te quiero

Que anteriormente haya demostrado mi entusiasmo por la boda de la Duquesa de Alba no quiere decir que no hubiese jaleado con idéntico entusiasmo la irrupción de los jornaleros andaluces en sus tierras con intenciones okupatorias. Que lo cortés no quita lo valiente y no me he vuelto del todo gilipollas. Los sindicalistas, sin embargo, han optado por no sumarse al enlace considerando que aparecer hoy al grito de "tierra y libertad" en el palacio de Dueñas hubiera sido oportunista y poco serio. Bien por ellos, aunque me da un poco de rabia porque ya habría sido la gota que hubiera colmado el vaso de este cuadro barroco que está siendo la boda de la Duquesa.
Yo no tengo palabras, así que abandonaré las alambicadas frases subordinadas que luego me hago un lío y escribo horrores gramaticales como la anterior entrada, que me pilló con el colmillo goteante y publiqué si releer lo escrito (craso error, no lo hagáis nunca, ni con testamentos ni con sms):
Baño de multitudes que se pelean por el ramo con rosas de pitiminí: sí, digo sí.
Que el Mocito Feliz no sea la persona de físico más alternativo del evento: bravo.
Presencia de gente vieja, coja y fea en los medios, aunque sean millonarios: por supuesto que sí.
Irrupción de los Siempre así cantando la "Salve Rociera": a eso lo llamo yo coherencia.
Triunfo total y canonización inmediata de los Victorio y Lucchino: no por esperado y no necesario menos aplaudible.
Ceremonia tan íntima que parece que los invitados estén haciendo corrillo en el Corral de la Pacheca: lovely.
Escenas de baile con pies descalzos que parecen sacadas del peor sketch de Los Morancos: siempre a favor de que la realidad supere a la ficción.
Saber que estás asistiendo a uno de esos días que entran inmeditamente en el olimpo de eso tan difícil de definir pero tan identificable que es Ejpaña: ¡claro que sí, claro que sí!

Monday, October 03, 2011

Timberlake emasculado

De "Con derecho a roce" (también conocida como la-comedia-romántica-de-la-temporada) se podrían comentar muchas cosas, como el que en uno de sus trailers, anunciado en televisión (especialmente durante Mujere y hombres y viceversa) se emplee el que es el último fotograma de la película; o la presencia de Woody Harrelson interpretando a un personaje gay que es una especie de caricatura según la cual ser marica es algo graciosísimo, o que usa referencias tan estrictamente contemporáneas que no solo creo que estén pasadas de moda (¡un flashmob! ¡chistes sobre Ipads!) en el estreno de la película, sino también cuando fue rodada seis meses atrás e incluso mucho antes, cuando se le ocurrieron al guionista. Muchas cosas podrían comentarse, sí, pero lo que me ha hecho alzar la ceja con indignación -y entendemos que cuando una se pone a ver una comedia romántica su nivel de indignación está bastante bajo y dispuesto a transigir con cosas con las que preferimos pensar que no transigiríamos nunca ahí fuera, en el mundo real- es una escena de cama, en medio de un montón de otras escenas de cama concatenadas y que se suponen muy graciosas, en la que Mila Kunis (bella y atemorizante) está encima de Justin Timberlake, se supone que follando alegremente pero él le pregunta "¿Te gusta esta postura?", ella responde que "psché, sí" aunque la verdad es que no parece nada entusiasmada, y entonces él le dice algo así como "vamos a cambiar de postura porque así me siento emasculado, castrado y profundamente incómodo". Y ahí es cuando se me cae el monóculo. No vamos a entrar en el amplio y farragoso mundo de las preferencias sexuales, pero de verdad que considero que no es una razón admisible el que a un hombre no le guste que la mujer con la que está fornicando esté encima de él porque siente que eso amenaza su virilidad. Creía que ese tipo de cosas sólo ocurrían en el siglo XVI (cuando efectivamente la iglesia católica decía que la única postura aceptable era el clásico misionero) o en ambientes así como Natashakampuschianos, pero desde luego no esperaba encontrarme ese argumento en una comedia romántica de esas que van principalmente destinadas al público femenino. Y el hecho de que esa frase se suelte así, tan alegremente, como si fuese algo normal y no un insulto que define como gilipollas profundo al que la dice, como algo gracioso y divertido a la hora del intercambio de fluidos entre dos jóvenes de profesiones liberales (y unido a que, en el resto de la película, efectivamente cuando se les ve follando siempre es él el que está encima) hace que me entre una tristeza profunda, me inquieta y me llena de ganas de golpear en la cabeza con una garrafa de cinco litros de agua a todos aquellos que dicen, con la boca muy llena, "yo no soy feminista".

Sunday, September 25, 2011

En esto creo

La relectura del inabarcable e inacabable "From Hell" (del que ya hablé una vez) hace que piense que la próxima muerte de un desconocido que sentiré de verdad (a no ser que esta muerte provoque el fin del mundo el año que viene, como la del archiduque Francisco Fernando provocó la Primera Guerra Mundial, en cuyo caso también sentiré mucho esa hipotética muerte de un desconocido), después de la de Terenci Moix, será la de Alan Moore, una de las pocas personas en el universo a las que considero un auténtico sabio.
A su dinámico y divertido aspecto, Alan Moore suma un pozo de sapiencia y erudición en todo lo mágico, lo oculto y lo misterioso de la historia. Creo en todo lo que viene escrito por su mano decorada con anillos con ojos de Cluclú: creo, sobre todo, creo en el tema principal de From Hell: que los lugares tienen significado, que guardan algo de lo que en ellos ocurrió, que las cosas no ocurren en ciertos sitios por casualidad, que los símbolos tienen poderes y son importantes y poderosos, que hay magia en las esquinas de las ciudades y que la arquitectura es la encarnación de la sangre de la tierra y de los hombres y, en el fondo de todo, que hay algo más de lo que se ve. Y aunque todo esto suene sospechosamente parecido a libros de Javier Sierra o a la misma "Piel del tambor" de, horror, Pérez-Reverte, Alan Moore lo describe magnífica y mucho más claramente que yo en el itinerario mágico del capítulo cuarto de "Desde el infierno" o en "La voz del fuego", en el que construye lo mismo que hizo con Londres pero con la aparentemente prosaica Northampton. Me moriría porque alguien fuese capaz de hacer algo remotamente similar con las ciudades ejpañolas (con Barcelona hay algunos cutreintentos), demostrando que la historia es poderosa y que, del mismo modo en que los crímenes de Jack el Destripador y la concepción de Hitler van de la mano, el asesinato de Cánovas y, qué se yo, algún hecho relevante de la infancia de Franco pudieran estar relacionados, porque cuando leo la concepción de la historia de Alan Moore automáticamente paso a convencerme de que es así como funciona el mundo y quiero leer esa interpretación esotérica y escondida de todos los acontecimientos de los últimos siglos. Jo, Alan Moore, no te mueras nunca.

Friday, September 16, 2011

... pero se casan con las morenas

Rescato una piecita escrita hace algún tiempo en un tono un poco diferente del habitual, que espero que sea del gusto de ustedes:

Hay muchos libros clásicos cuyos personajes mantienen plena vigencia hoy en día. Podemos sentirnos identificados con sus pasiones, problemas y personalidad e incluso algunos han pasado a ser arquetipos en los que reflejarnos. Sin embargo, hay otros personajes cuya gracia está, precisamente, en lo demodé de su planteamiento –tan demodé como la propia palabra- y en que no puedan comprenderse más allá de un contexto muy concreto. Son imágenes vivas de una época que no hemos podido conocer con un delicioso sabor añejo. Esto es lo que le ocurre a la Lorelei Lee de Los caballeros las prefieren rubias.

Hollywood, años 20. Por si estas palabras no fueran suficientemente evocadoras, añadámosle la pequeña –por bajita, no por importancia– figura de Anita Loos, escritora, guionista y amiga de algunos de las estrellas de cine más importantes de su tiempo. Ella misma cuenta en el prólogo de su libro cómo la idea de la novela surgió durante un viaje en tren desde Nueva York a Los Ángeles, en el que una joven compañera de vagón recibía todas las atenciones y cuidados de la mayoría masculina de los pasajeros. Intentando explicarse el por qué, llega a la siguiente conclusión: “¿Por qué esa chica me daba cien vueltas en atractivo femenino? ¿Estaría su fuerza (como la de Sansón) en el pelo?”. Naturalmente, se trataba de una rubia. Y de tan en apariencia simple premisa nace una de las novelas de humor más descacharrantes, incisivas y ácidas del siglo pasado.

Los caballeros las prefieren rubias está narrada en primera persona por su protagonista, la rubia Lorelei Lee, una bella jovencita con la cabeza a pájaros, muchas ganas de medrar y decidida a cumplir el deseo de cualquier chica de bien de Little Rock, Arkansas: pescar un buen marido. A Lorelei naturalmente la mantienen hombres de buena posición que acuden a Nueva York en busca de diversiones. El tiempo que no está con ellos lo dedica a ir de compras, acudir a fiestas en las que se bebe alcohol destilado en bañeras de mármol y a escribir sus reflexiones sobre la vida en su diario, que nosotros leemos complacidos. Muy pronto su protector la hará emprender un viaje por Europa con su amiga Dorothy Malone, el contrapunto inteligente y cínico a la cándida Lorelei. Olviden la película de los años cincuenta: no tiene más interés que un par de buenas canciones pegadizas y el disfrutar a Marilyn Monroe y Jane Russell, siempre tan agradecidas a la vista. La verdadera chicha de Los caballeros las prefieren rubias no está en las peripecias de las protagonistas, sino en cómo se cuentan estas peripecias, con un lenguaje que es una verdadera obra maestra de agudeza psicológica y sentido del humor.

La novela fue un éxito instantáneo que se tradujo y reimprimió infinitas veces. Años después, animada por sus amigos y editor, Anita Loos escribió una segunda parte, Pero se casan con las morenas, en la que Dorothy Malone cuenta su propia historia, desde su nacimiento en un circo ambulante de California hasta convertirse en una flapper de las Follies de Nueva York. Una historia de éxito y superación personal al estilo de los hombres hechos a sí mismos tan queridos por la mística norteamericana, pero restándole seriedad, épica y grandilocuencia. Anita Loos se ríe del sexo, de la white trash y de la hipocresía de una sociedad pacata en plena ley seca. En algunos países, como la Unión Soviética, la novela se leyó como una muestra de explotación femenina por parte de una sociedad machista y violenta. Hay bastante de verdad en eso; las trayectorias de las protagonistas podrían ser parte de la gran tragedia americana si estuviesen narradas con otro tratamiento, examinándolas con crudeza. Y, sin embargo, preferimos quedarnos con la parte frívola y divertida de la novela, sin dobles lecturas. En estos tiempos tan serios en los que vivimos, en los que todo lo que ocurre es tan importante, siempre hay un momento para leer Los caballeros las prefieren rubias e inundarnos del optimismo brillante de Lorelei Lee.

Monday, September 05, 2011

Hijos, nueras, exnueras y exyerno

He ido a ver a mis vetustas tías (que antes eran tres pero desde el año pasado solo son dos) y hemos comentado el reportaje central que el ¡Hola! le dedica a Cayetana de Alba y a su inminente (y más inminente debería de ser, que a estos años nunca se sabe) boda. Para mi sorpresa, mis tías no consideran a Alfonso un hombre atractivo ni interesante (yo, que tengo el gusto un poco extraviado, sí); al contrario, dicen que les tiene muy mala pinta, que está demasiado delgado, tiene una mala postura corporal y a "a veces parece un sidoso" (sic). Sin embargo están muy a favor del proyecto de boda. Encuentran a Cayetana de Alba un personaje un poco risible con sus vestidos de punto, sus pies descalzos, su escotes y sus combinaciones de estampados, y disfrutan comentando malévolamente que la mano derecha apenas la puede abrir y que tiene los dedos constreñidos y ese abanico que con tanto garbo sostiene ha debido colocárselo ahí algún miembro de su séquito. La foto central, en la que la Duquesa está reclinada en una hamaca como si fuese Vaitiare, les hace reír y llevarse las manos a la cabeza, peeero envidian un poco el que venga "un hombre, aunque no sea muy estupendo y te saque y te lleve y te traiga y te tenga entretenidísima". Por eso el tema de la boda de la Duquesa de Alba es un asunto nacional que a nadie debería dejar indiferente, por muy anti latifundio y anti privilegios de la nobleza que se sea (y que se debe ser). Yo apoyo a morir esta boda aunque la Duquesa no me caiga especialmente bien y no me entre en la cabeza que alguien pueda encontrar su conversación ya no divertida, sino soportable. Y todo lo que chinche y fastidie a sus hijos, que son unos horrores (sobre todo Cayetano y Eugenia, en cuyas vidas no hay nada que no provoque espanto y rechazo), deberíamos celebrarlo con la emoción con la que se celebra la llegada del otoño.

Tuesday, August 30, 2011

Lo difícil que es pisar el asfalto en Broadway

En este verano que agoniza he vuelto a ir de visita a Nueva York para pasar unos días de gozo, deleite y absoluto desconecte de la realidad. Eso que siempre dice la gente de "irse de vacaciones y desconectar de todo" y que yo nunca había comprendido ni deseado surgió de forma involuntaria y resultó ser tan maravilloso que al volver no quise saber nada de tele, ni (casi) de Internet ni de las noticias durante el máximo de días posibles, hasta terminar descubriendo con horror que no conocía a ninguno de los tronistas de "Mujeres y hombres y viceversa".
En Nueva York me acordé mucho de Lorca y de lo que tenía que ser conocer esa ciudad en los años 30 viniendo de Madrid, o sea, directamente un viaje al futuro y un ponerte del revés, no me extraña que se volviera loco con los negros, y al volver a casa recurrí a Jardiel Poncela, my first, my last, my everything, que en su maravillosa obra "Exceso de equipaje", cajón desastre de cuentos y relatos autobiográficos, glosa su llegada a los Estados Unidos allá por los años 30, y le dedica estas palabras a NYC que paso a copiarles aquí, para que puedan exclamar cosas como "¡lo que cambia la vida!", "¡vivir para ver!" y acto seguido concluir que la vida sigue igual.
BARRIOS Y LUGARES
Quiero "perderme" en New York.
Por desgracia, New York es una ciudad tan bien organizada, que es imposible perderse en ella.
Wall Street. _ Una encrucijada sombría de edificios magníficos, con no se sabe qué de tenebrosa. La Banca Morgan. Washington sentado a la puerta de la Tesorería. En aquella casa, un hombre entra desnudo y sale vestido. (Son unos almacenes). En esta otra casa, un hombre entra vestido y sale desnudo. (Es la Bolsa).
Trinity Church._ Al fondo, una iglesia. Y al lado, un cementerio. Se mezclan las tumbas y las lápidas con los bancos donde hacen ganchillo las nurses. Chiquillos rubios juegan por el césped a esconderse entra las cruces de los muertos. Señores graves leen el Herald, indolentemente apoyados en un sarcófago. Delante de la verja, de medio metro de alta, el tráfico de Broadway. Y detrás, el "elevado", siempre rugiente.
Empire State._ Open every day 8 AM to 1 AM. Piso 86. Open air terrace. Piso 102 Observatorio de vidrio cerrado. Aquí ya no se vive en el mundo, sino en un cielo radiante y silencioso. Desde el piso 80 aún se ven las calles. Pero no se distingue a las personas. (Desde esta altura, como desde la altura de la doctrina comunista, el individuo pasa a ser la masa).
Times Square._ Puerta del Sol neoyorquina. Ajetreo delirante. Anuncios del Times. El Rialto. El Paramount...
Bowery._ Bandidos; criminales; prostitución; speakeasies y juego. Casas negras y turbas. Conocimiento exacto de la Ley para poder estar fuera de la Ley.
Greenwich Village._ Un remedio del Barrio Latino. Pastiche, mentira. ¡Quién sabe si arte! Gentes pintorescas a sueldos del turismo.
El Ghetto._ Judíos. Oro. Ayuno los sábados. Got schabes! Mujeres bellísimas y prestamistas al 60 por 100.
116 Street._ Whisky barato. Cocaína, marihuana, juego de la bolita y blasfemias. Una gramófono canta el Manisero y una muchacha se sube una liga enseñando la ingle.
Harlem._ Áfrca. Negros, negros, negros. El boxeo, el baile, la música. Todo lo que ha exportado Norteamérica ha salido de Harlem.
Union Square._ Socialismo. Obrerismo. Albañiles con "Ford" y una querida rubia y elegante. Stalin es aquí, todavía, snobismo.
Bronx Park._ La "Casa de Fieras", el zoológico; la especie humana está al otro lado de los barrotes y los animales la contemplan gratis.
Riverside Drive._ El río, gris como una traje de "golf". Pájaros que ensordecen. Al fondo, las factorías de New Jersey. Puentes en el horizonte. Algo de boulevard parisién. Dulzura un poco cursi de tarjeta postal iluminada.
Park Row._ La comadrona de los grandes periódicos. En Park Row nació el Times y el World y el Herald. Y fueron gloriosos, con Greely, hasta que surgieron los comerciantes del periodismo y se lo llevaron a la calle 42. ( Y hoy en Park Row hay sastrerías).
Central Park._ Lagos, valels y colinas entre la calle 60 y la 110. Los trópicos a la vuelta de una esquina. Ardillas que vienen a comer a la mano Pareja de amantes que se revuelcan en el césped.
Little Italia._ Italianos. El otro pulpo, además de Harlem, que amenaza con devorar a New York. Crece por días. Todo lo abarca ya y la historia de Norteamérica no podrá escribirse sin mojar en este tintero latino. Capone. Cotillo. Barzini. Giannini. La Tetrazzini. (El hombre rubio sucumbe absorvido por estas mujeres ardientes de Pirandello, la Imvernizzio y Pittigrilli).

Thursday, July 14, 2011

CSI Bernidorm

Todo empezó con esta entrada de Mer. Siendo precisos, ni siquiera con la entrada en sí, sino con los comentarios en los que se analizó con gran talento "Inocentes", una olvidable miniserie de Telecinco (con la que por cierto y vistos los anuncios me parece que guarda cierto parecido "Punta escarlata", al menos en el tema adolescentes muertitas y en el uso de tonos ocre en la fotografía). Yo dije que ciertos planos aéreos de Benidorm parecían sacados de una hipotética "CSI Benidorm", y ahí quedó todo. Hasta que hace un par de meses volví a Benidorm -destino vacacional por antonomasia- y la idea de un CSI Benidorm volvió por sus fueros. Este fin de semana nos pasamos horas, ¡horas! hablando de que en telecinco alguien tenía que montarse un CSI Benidorm ya, porque si existiese una franquicia de esta serie en España, sin duda tendría que estar ambientada ahí por su mezcla perfecta de Las Vegas y Miami. Y mira que yo nunca fui mucho de CSI, ni siquiera cuando apareció y volvió loco a todo el mundo, básicamente porque todos sus personajes me caían mal, me parecían perfectamente intercambiables por una escoba con peluca y por el horterismo de su estética, siempre llena de fluorescentes. Pero como todos sabemos que en la tele española las cosas suelen hacerse tarde, mal y a rastras, y como al fin y al cabo CSI sigue siendo la serie más exitosa y emitida a nivel mundial, no vería descabellado que alguien se sacase un RIS científica segunda parte, pero bien hecho; o sea, no en Madrid, sino en Benidorm. Veíamos clarísimos los zooms loquísimos aproximándose a un castillo de arena gigante en la playa de Poniente del que asomaban los pies de un cadáver; veíamos ese prólogo de capítulo con el Acuapark en el que de repente se atasca uno de los toboganes y aparece otro cadáver; ya nos imaginabámos las recreaciones de torneos medievales que hacen en el falso castillo de las afueras, con las lanzas chocando y de pronto ¡otro cadáver! Veíamos esa mezcla de guiris borrachos que follan en la playa, grupos de jubilados que se pasan cuatro horas diarias haciendo bailes de salón, veíamos esa juventud representada por Oliver y Niki de Mujeres y hombres y viceversa, esas macrodiscotecas, esos planos de bikinis un poco a lo créditos de los vigilantes de la playa, los planos aéreos de los rascacielos, zooms y megazooms a lo Valerio Lazarov en medio de un espectáculo de María Jesús y su acordeón... nos volvimos locos y empezamos a discutir sobre el cásting. Y aquí quedó clarísimo que esta es una de las cosas más complicadas del mundo, porque no nos poníamos de acuerdo sobre quién era más apropiado para hacer de Grissom/Horatio (pensábamos en Josep María Pou, pero lo desechamos por totalmente carente de atractivo sexual), y no podíamos quitarnos de la cabeza a los mismos de siempre. Esa debe de ser la razón por la que cada vez que hay un personaje de viva la virgen en una serie está, indefectiblemente, interpretado por Arturo Valls. Al final decidimos que para la forense madura, Pilar Castro, y los jóvenes policías tenían que ser Quim Gutiérrez y Myriam Gallego. Y de informático, el primigenio Quimi, Antonio Hortelano, al que veríamos tres días después haciendo efectivamente de informático esterotipadísimo en el doble capítulo final de "Los misterios de Laura", confirmando que el papel le iba al pelo. Y con este cásting tan chuchurrío y comprendiendo mucho mejor la labor de los directores de cásting nos fuimos cada uno a nuestra casa, a la espera de que Globomedia decida tomar nota.

Tuesday, June 28, 2011

Sucesos increíbles y muertes singulares

Como ya comenté alguna vez allá por el pleistoceno (aún más por el pleistoceno, porque aunque la entrada esté fechada en 2004, debe de ser de 2002 como poco, ya que mi primer diario estaba en una cosa muy cutre llamada ujournal que desapareció, por lo que tuve que copiar entradas antiguas que por suerte había guardado en un humilde word en este blogspot), uno de los libros más chachipirulis de mi biblioteca familiar es "El libro de los hechos insólitos", de Gregorio Doval, una fantabulosa enciclopedia de lo extraño que no debe empezar a leerse cuando uno tiene algo importante que hacer, porque automáticamente se llegará tarde a la cita programada, no se terminará el trabajo a tiempo, no se estudiará lo suficiente para el examen o se pasará el guiso en la cocina, tal es el poder enganchante y fascinador de este libro.
Así que, para rematar el mes de junio, no se me ocurre nada mejor que copiar algunas deliciosas historietas que vienen en el libro y que consiguen automáticamente que pensemos que, en un mundo tan aplatanado y uniforme como el nuestro, aún queda espacio para la magia y la maravilla.
- El dramaturgo griego Esquilo (1525-456 a. de C.), según la versión de Hermipo de Esmirna, murió golpeado por una tortuga que se desprendió de las garras de un águila que volaba sobre él.
- En cierta ocasión en que el emperador Yung-Lo, que gobernó en China entre 1402 y 1424, tuvo que ausentarse por largo tiempo de la capital, dejó a su consejero, el general Kang Ping, al cuidado de su harén. Buen conocedor del carácter paranoico e irascible del emperador, este general tuvo la idea de prevenir la sospecha de que hubiera seducido a sus concubinas, que indudablemente Yung-Lo volcaría sobre él a su regreso. Para ello, se castró e introdujo su pene en el equipaje del emperador antes de que éste partiese. Nada más regresar a la capital, como había previsto el general, el emperador le acusó de no haber respetado sus votos de mantenerse alejado de sus mujeres. Kang Ping, tranquilo, se dirigió al equipaje del emperador y recuperó su pene, demostrándole así que tal acusación era infundada. El emperador, conmovido por le gesto de su general, le nombró al instante jefe de sus eunucos e incluso, a su muerte, levantó en su honor un templo, nombrándole protector eterno de todos los eunucos.
- Aunque resulte increíble, Allan Pinkerton (1819-1884), fundador de la famosa agencia norteamericana de detectives Pinkerton, murió tras morderse la lengua en un traspiés y contraer gangrena.
- En 1700, cuando Johann Sebastian Bach (1685-1750) tenía quince años y coincidiendo con el cambio de voz propio de la adolescencia, le sucedió un extraño fenómeno, nada corriente. Durante una semana, canó e incluso habló en octavas, es decir, con doble voz. Fue un extraordinario caso de lo que médicamente se denomina diplofonía.
- En 1931 el novelista inglés Arnold Bennet (1867-1931), tratando de demostrar a las "incultas" gentes de París que el agua que bebían no era la causa de la epidemia de tifus que asolaba la ciudad, bebió públicamente un vaso de aquel agua. Murió de tifus a los pocos días.
- El 17 de noviembre de 1874, la revista norteamericana American Medical Weekly dio a conocer un extraordinario e increíble caso de inseminación involuntaria presentado por el doctor T.G. Capers. Serún el testimonio de este doctor, durante la batalla de Raymond, entablada junto al río Mississippi el 12 de mayo de 1863, un soldado, amigo personal del doctor Capers, fue herido pro una bala que le atravesó el escroto, llevándosele el testículo izquierdo. Al parecer, la misma bala penetró en el abdomen de una muchacha de diecisiete años que estaba casualmente en el mismo paraje. Doscientos setenta y ocho días después, la muchacha dio a luz a un niño de casi cuatro kilos de peso, sin que en ese desenlace interviniese, según testimonio de la joven, más que la providencia. Lo que vino a corroborar la versión que daba la muchacha fue que, tres semanas después, el mismo doctor Capers operaba al bebé, extrayéndole un cuerpo extraño que resultó ser una bala idéntica a las que había utilizado el enemigo en la batalla ocurrida en el lugar nueve meses antes. El broche final de esta increíble pero al parecer verídica historia fue que el escéptico soldado visitó a la madre de su supuesto hijo accidental y entre ambos surgió algo más que una afinidad, que pronto acabó en matrimonio. La pareja tendría después otros tres hijos concebidos, eso sí, de una manera menos fortuita.
- Se cuenta que el gran atleta griego Milón de Crotona, ganador de muchas competiciones olímpicas y famoso por su extremada fortaleza, murió cuando, en plena vejez, quiso acabar de rajar un árbol entreabierto, pero se le quedaron aprisionadas en él las manos y fue devorado por los lobos.
- Un ejemplo extremo del puritanismo exacerbado de la sociedad británica en tiempos de la llamada Era Victoriana queda reflejado en el Libro de etiqueta de lady Grough, verdadera biblia de las buenas costumbres del siglo XIX. En este manual, se llegaba a aconsejar, en aras del decoro, que los libros de autores varones no compartieran nunca estante en la biblioteca de un buen cristiano con los escritos por mujeres, salvo, eso sí, que los autores estuvieran casados entre sí.

Sunday, June 26, 2011

Donald y el almacén de los mundos

Debo de haber envejecido de golpe veinte años (o rejuvenecido), porque de repente (¡hola Josie! ¡hola Andrés!) he caído en la trampa de la publicidad. He visto este anuncio y me he creído ingenuamente la historia del test pionero en la implantación de recuerdos. Pensando emocionada y asustada que era posible hacer un "Eternal sunshine on a spotless mind" al revés (o un "Desafío total" en toda regla), no fue hasta entrar en la web cuando me di cuenta de que era una burda argucia publicitaria de la sección de viajes de Atrápalo, y que nunca podría hacer que me implantaran el recuerdo de la toma de la Bastilla o del asalto al Palacio de Invierno.
Algo bueno ha tenido el darme cuenta de que soy tontícola y fácil de engañar, porque el anuncio me ha recordado a una de mis historietas favoritas de Disney, publicada en la maravillosa, inteligente y talentosísima revista mensual Hiper Disney (croquetamente en el número 13, en cuya portada sale Donald deslizándose sobre un patinete con gesto de terror) allá por principios de los noventa.
La historieta es de una profundidad y madurez inusitada en una publicación para niños (pero muy presente en las revistas Disney, ya sea en los Don Mikis de los setenta o en el citado Hiperdisney que nunca me cansaré de defender como una de las principales fuentes de cultura y conocimiento que sorbí durante mi infancia); se llama "Donald y el almacén de los mundos" y comienza con un Donald deprimidísimo porque su vida es rutinaria, agotadora y carente de ilusión y aventura. Se encuentra con unos señores de sapientín aspecto que intentan inútilmente animarle. Al día siguiente Donald está plácidamente durmiendo el sueño de los justos en su hogar cuando llaman a la puerta, sí, precisamente, los dos señores con aspecto de sabios. Le traen el almacén de los mundos, como espero que se vea más o menos claro en la siguiente foto:



Aquí vienen unas viñetas en las que explican el concepto de posibles vidas paralelas, algo que sale mucho en las películas y libros de ciencia ficción y que a mí particularmente me pone del revés: esa posibilidad de que un día decidas salir de cama por el lado derecho y no por el izquierdo, como haces siempre, pises mal, te hagas un esguince y durante la rehabilitación conozcas al amor de tu vida o alguien que años después termina asesinándote por alguna oscura historia cronenbergiana. Y aquí es cuando lanzan el siguiente discurso que procedo a copiar tal cualito: "Multiplicando entre sí los múltiples cruces de la vida tenemos un número de combinaciones prácticamente infinito. Nosotros, claro, solo vivimos una de nuestras infinitas vidas posibles, y no está dicho que se la mejor. Nuestro pequeño mundo solo es uno entre muchos. Si todos fúesemos más afortunados o más listos ahora quizá podríamos ser más felices. ¿Le gustaría vivir unas horas la mejor de sus vidas posibles en el mejor de sus mundos posibles?"
Aquí interrumpe Donald: "¿Quieren decir que con ese... chisme?"
Y continúan ellos: "... Se puede vivir el más emocionante y realista de los sueños. No tiene nada que ver con esos sueños poco creíbles que si no se desvanecen por la mañana sólo dejan un recuerdo vago y confuso. Este sueño lo recordará siempre, será la experiencia más bella de su vida."
Claro, así que Donald dice naturalmente que sí, pero cuando ya está en cama con el casco puesto y monitorizado a la máquina los dos sabios empiezan a hablar entre sí preocupados, y Donald termina por arrancarles que en un par de experiencias anteriores los sujetos del experimento no regresaron jamás, se quedaron para siempre en el sueño. Donald dice "Por bello que pueda ser el sueño no quiero que sea eterno" (qué bobo) y les dice que nanay al experimento. Ellos le piden disculpas por las molestias y se van de su casa cargando con la máquina. Y Donald prosigue su día, yendo a ayudar a Daisy con el traslado de los muebles, a hacer recados para el Tío Gilito, a regar el jardín... mientras fantasea con el tipo de mundo en el que podría estar ahora. Llega la noche, Donald se prepara un vaso de leche y se vuelve a cama a soñar con los angelitos. Y cuando despierta, ¡oh, sorpresa!, allí están los sabios con su máquina, y no solo eso, sino que le preguntan cómo ha ido el viaje, en qué mundo ha vivido. Donald está confuso: "Pero... es imposible. No recuerdo haber partido. Es más, me negué a partir. Tenía miedo, quería reflexionar". Ellos le dicen que es normal porque los sueños son tan realistas que muchos no saben cuándo empiezan. Y Donald sigue: "La verdad es que estuve... me quedé... bueno, ¡no me moví de aquí!" Y aquí entran en júbilo los sabios: "¡Entonces es usted afortunadísimo! ¡Su vida real es ya la mejor posible!"



Esto a Donald le llena de contento, comprende la importancia de valorar lo que tenemos y se levanta decidido a empezar su semana lo mejor posible.
Pero hay trampa: un rato después los dos sabios conversan en un parque:
-Misión cumplida.
- Sí. Estaba muy contento, completamente transformado.
- Con este casco de peluquería...
- ... y este viejo ordenador para videojuegos...
- ... hemos hecho feliz a otra persona.
- Así es, amigo mío. Así es.

Wednesday, June 15, 2011

Vanavaina Okohonga

Grande es la vergüenza que siento cuando me río a carcajada limpia viendo "Perdidos en la ciudad". Debería hablar en pasado, porque el programa terminó, con gran despliegue de llantos (de sus protagonistas al despedirse y míos en el sofá al verles), este domingo.
Ya fui en mi día gran fan de la primera edición de "Perdidos en la tribu" pese a su repetitivismo e incidencia en chorradas como lo terrible que es carretar mierda de caballo, así que grande fue mi alborozo al enterarme de que habría segunda edición, esta vez con los de las tribus visitando a los españoles en sus ciudades. También me pareció estupendo que solo devolviesen la visita los mentawai y los himbas, porque la verdad es que la familia canaria que visitó a los pigmeos eran bastante rollo, pese a que los pigmeos hablasen como en "Los dioses deben estar locos" y su jefe tuviese una fascinante cara semiaplastada por una patada de jirafa. Los que yo y todos los espectadores echábamos de menos era a la simpática familia barcelonina de las gemelas, que se integraron de maravilla en el Okohonga y todo era fantástico y maravilloso, y a la pareja madrileña formada por Sonia y Luismi, paradigma de la white trash y de lo pasivo-agresivo, y a los dos hijos de ella que correspondían a los tronchantes nombres de "Johnny" y "Ventura" (aún no me lo creo, ¡llamar a tus hijos Johnny Ventura!, ¿ya sabía con el primero que tendría otro varón?). Dos años después los buenos señores de Cuatro han tenido a bien obsequiarnos con una segunda parte de las peripecias de las familias y el resultado no podía ser mejor: por una parte tenemos a la familia catalana que debido a la crisis han tenido que emigrar a Vitoria pero lo llevan todo con alegría y buen humor. El padre, Jose, sigue siendo el rey de la juerga, su mujer sigue estando de muy buen ver y sus gemelas son unos bombones que ya están integradísimas en su nueva ciudad. Los madriletas, claro, todo lo contrario: Sonia y Luismi se han separado y nos encontramos a él más delgado, con un punto de modernidad en su vestuario y un pisito de soltero, sí, pero profundamente solo y profundamente deprimido. Ver a Luismi llorando al despedirse de los mentawai y diciendo lo solo que se siente en su casa hace que sintamos compasión por todos los cuarentones divorciados. Y eso que en realidad está muy bien que se haya separado de Sonia, que era una paleta y estaba como una cabra ya en Indonesia. En Madrid no la vemos mejor: no ha superado la trágica muerte de sus padres (se insinúa la terrible posibilidad de que su madre se haya suicidado) y los mentawais dicen que no la encuentran feliz, que llora por todo y está, en definitiva, como unas maracas. En cambio a Johnny a Ventura les he visto muy bien, menos asalvajados, más asentados y muy cariñosos.
La visita de las tribus, en fin, para qué incidir en el tema: una vergüenza todo desde el punto de vista antropológico y etnográfico (e incluso antropofágico); un insulto a la inteligencia y una carga de condescendencia primermundista que chocaba con la sinceridad, la lógica, el sentido común y el encanto de los miembros de cada tribu. Cuando se conocieron los de Namibia con los de Indonesia fue como si colisionasen dos planetas produciéndose un festival del humor y del malrollismo que dejó claro que eso de la alianza de civilizaciones es un cuento chino y que el ser humano desconfía del vecino y del diferente, del maricón y de la bruja. Y aún así, ¡qué jartá de reir! La lógica me dice que todo es un montaje, claro, y que los miembros de estas tribus viven en una especie de parque temático para que los turistas en plan Carmen Martínez Bordiú puedan sacarse una foto delante de su cabañita y sentirse muy intrépidos y muy doctor Livingstone con su salacot, y que cuando el turista se ponen el chándal y se acomodan en un sofá a ver un partido de fúrbor, pero aún así qué importa eso cuando puedes ver una y otra vez escenas tan terribles como la visita de los himba al museo de cera de Barcelona (a quién e le ocurre, los guionistas estuvieron muy desacertados ahí) o tan chiflantes como los mentawai bailando con una gogó y cantando Paquito el Chocolatero. O cuando los himbas lloraron de emoción delante de los castelleres. O los mentawai volando en un extraño aparato. O los himba viendo el mar por primera vez y huyendo aterrorizados y llorosos después. O los mentawai en el parque de atracciones de Madrid. Vergüenza de uno mismo, sí, pero terrible placer.
Dudo que volvamos a saber más de estas personas que tan queridas se han vuelto en mi corazón. He perdido la esperanza de que en el último programa Luismi se fuese con los Mentawai a Indonesia y se dedicase el resto de su vida cazar con lanza, como todos deseábamos. Nunca sabremos si los guapísimos y atractivísimos gemelos himba llegaron a mojar con alguna joven vasca o catalana, como sin duda merecían. No sé si alguna de las familias volverá dentro de unos años a Namibia o Indonesia, pero sus lágrimas al despedirse (con parte de alivio por volver a la rutina también, imagino) parecían sinceras y se contagiaban como las lágrimas de unos Erasmus que se despiden para siempre. En cualquier caso, siempre nos quedarán las imágenes de recuerdo: http://www.cuatro.com/perdidos-en-la-ciudad/
Y, de postre, esta portada que me dejó con la boca abierta y los ojos como platos en la estación de trenes de Alicante:



Thursday, June 09, 2011

La cinta rosa de la infanta Margarita

Leyendo "Olvidando a Velázquez. Las Meninas", el catálogo de una exposición del Museo Picasso, me topo con el siguiente texto: "Es muy conocida la frase de Renoir a Volland, en la que afirma asombrado, "La pequeña cinta rosa de la infanta Margarita, ¡toda la pintura está en ella!". Pues bien, yo no conocía esta famosa frase y me ha dejado patedefuá por sus maravillosas reminiscencias y porque Renoir me chana muchísimo debido a que en mi casa había un libro sobre él con maravillosas reproducciones a todo color de sus obras y una fotografía que me impactó muchísimo de Renoir, ya ancianito, con las manos echas un gurruño debido a la artrosis o alguna enfermedad de estas que hacen que los ancianos se inclinen hacia un lado y tengan chepa (y que sin duda yo sufriré en mi senectud) y que hacían que tuviesen que atarle los pinceles a los nudillos para poder seguir trabajando. Y sí, Renoir es un pintor "fácil" porque es impresionista, el movimiento artístico más popular y reconocido por la gente, sus cuadros son figurativos y una reproducción de algo relacionado con el Moulin de la Galette podría adornar cualquier salón de los años 20 sacado de "Las máscaras del héroe", pero aún así, grande es mi emoción cuando recuerdo mi primera visita al museo D'Orsay con la boca abierta ante las tres parejas de bailarines de El baile en Bougival. Además Renoir es el padre de Jean Renoir, y estas cosas de genio padre y genio hijo hacen que me ponga nazi y crea, durante unos minutos, en el poder transmisor del talento por la sangre.
Y unas líneas más abajo en el mismo catálogo me entero de que Degas y Manet se conocieron en el Museo del Prado de Madrid, cuando ambos estaban copiando el retrato de Velázquez de la Infanta Margarita. Y esa conexión flipante a través de los siglos entre Velázquez y los genios impresionistas unido al hecho de que unas palomas han puesto un nido en el tejado de al lado, hace que sienta ganas de lanzarme a las calles a aplaudir porque aún nos da una tregua la primavera.

Monday, May 30, 2011

Gracias, TDT

Aunque al principio no lo parezca, multiplicar por diez tus posibilidades de zapping trae algunas cosas buenas. Yo, que paso dos tercios de mis días con la tele encendida, estoy especialmente sensibilizada con la problemática de conseguir un horario de programas que se encadenen sin tocar el aburrimiento, con sus consiguientes alternativas para los momentos de publicidad. Para lograr esto hay que tener una mente abierta y pensar que, lo que a priori parece una mierdaza, puede terminar siendo motivo de horas de regocijo. Así, gracias a la tdt he terminado descubriendo que me encantan algunas series por la que jamás en la vida habría llegado a tener querencia (entiéndase por querencia el darle a su botón de megaupload):
- Entre fantasmas: odio a Jennifer Love Hewitt desde que me enteré de que el "love" se lo añadieron en su adolescencia "por su amoroso carácter". Además físicamente nunca me ha llamado la atención por pertenecer a ese tipo christinaguileresco de mujeres con la cabeza demasiado grande para su diminuto cuerpo. La voz de sus doblaje en español siempre me ha dado rabia, y aún así la suma de estos factores no han impedido que al final le coja cariño a "Entre fantasmas", sobre todo desde que descubrí que incluye un elemento no por usado mil veces menos entrañable: la misteriosa transformación de un bebé recién nacido en un niño parlanchín en el lapso de una temporada (y a veces ni eso), como sucedió en su día, por poner un ejemplo, con el hijo pequeño del tío Phil en El príncipe de Bel Air. "Entre fantasmas" tiene unos créditos que copian descaradamente a los de Mujeres Desesperadas (que imagino que a su vez copian a muchos otros anteriores), unos guiones absurdos y una chiripitifláutica combinación de soft-terror y grandes escotes de Jennifer Love, que es productora ejecutiva de la serie y por eso su personaje y protagonista de la serie, Melinda, siempre está hecha un pincel, con el pelo brillante e hidratado y los pechos turgentes. Si hubiera visto esta serie con trece años habría tenido pesadillas con los ridículos fantasmas que salen en ella, pero como afortunadamente mi umbral del horror ha subido un poco (no mucho, no se crean), la serie se convierte en el complemento perfecto para la sobremesa. Y desde que sé que se está preparando una versión española que será protagonizada nada más y nada menos que -entre exclamaciones- ¡Angy de Factor X/Física o Química! no quepo en mí de gozo y me refocilo con solo imaginarme los efectos especiales que emplearán para crear los poltergeist a la española.
- Como conocí a vuestra madre: todos me caían mal, me parecía un rollo patatero, los chistes no tenían gracia y todo en general tenía la pátina de una mala copia de Friends (que nunca ha sido santo de mi devoción, además), y para más inri los hijos se supone que están en el 2030 pero sus ropas y pelos son de lo más 2005, quién se va a creer eso. Pero de pronto, y gracias a las múltiples repeticiones de Neox, surgió la magia. Ahora creo que es verdaderamente ingeniosa y su uso del "te voy a contar una historia" y del jugar constantemente con el pasado y el futuro es algo genial. Para más inri, como en Neox ponen los capítulos desordenados (y doblados, ese es otro tema), no tengo ni idea de en qué temporada se lían Barney y Robin y descubrí hace muy poco que Marshall y Lily se casaban en una de las primeras temporadas y no en la quinta, como pensaba al principio. Todo esto parece un sacrilegio, pero esta forma de ver la serie, desordenada, repetida, con ausencias y sin ninguna lógica, hace que viva en un constante bucle espaciotemporal que tal vez sea el responsable de que "Como conocí a vuestra madre" me parezca tan genial.
... Y sin embargo hay algunas que por mucho que las repitan y por muchas oportunidades que les dé no creo que terminen por gustarme jamás:
- Sí, después de How I met blablablá emiten "Dos hombres y medio", pero aquí no veo gracia, talento ni genialidad y no puedo entender que sea la serie más vista (fuera, antes del descenso definitivo a los infiernos de Charlie Sheen) de ese gran país estrella del espectáculo. El niño es insoportable, los chistes previsibles y el personaje de Charlie Sheen no tiene absolutamente nada que lo diferencie de mil millones de personajes que siguen exactamente el mismo patrón (encarnado últimamente en España por Arturo Valls). Hasta sus risas enlatadas me resultan especialmente antipáticas.
- The Bing Bang Theory: cuando digo esto recibo muchas críticas y supongo que algo maravilloso debe de tener esta serie, pero yo no se lo encuentro. Todo me aburre soberanamente y aunque pille las referencias a Leonard Nimoy, no me hacen ninguna gracia. Supongo que el conflicto se resume en que yo no estoy hecha para esta serie, igual que no estoy hecha para Dexter o para Friends. Que cuando me cantan sus alabanzas puedo estar de acuerdo, pero no hay amor.
- Anatomía de Grey: aquí todo podría resumirse en su actriz protagonista. A Ellen Pompeo no hay quien se la trague como recién licenciada, y Patrick Dempsey además me atrae cero. Cuando suena una de esas canciones de gran carga dramática mientras están en el ascensor mirando al infinito solo siento ganas de zurrarles con un pellejo de conejo, y sus dramas y alegrías me parecen vacíos y absurdos. Ya ni me cae bien Izzie, creo que por culpa de la espantosa carrera en el cine de Katherine Heigl, especialmente por "Lío embarazoso" y "27 vestidos", en la que tenía puestas muchas esperanzas rosas pero resultó ser un rollo en nada comparable a otras joyas del género como ehmm... "Princesa por sorpresa".
Y aún debería hablar de mi reenamoramiento de South Park o de lo muy feliz que me han hecho en Divinity emitiendo especiales sobre "Corrupción en Miami", "Los vigilantes de la playa" o sobre la carrera de Michael J. Fox, pero están con la enésima repetición de Los Simpson en Neox y la verdad es que, al menos durante las primeras doce temporadas, hay cosas que nunca envejecen.

Friday, April 29, 2011

¡La boda de William y Kate!

Es bastante ridículo empezar una entrada disculpándose, pero como ya expliqué anteriormente, el tema monarquía me produce sentimientos ambivalentes: por un lado me avergüenza y, como cualquier persona de bien, firmaría ya por quitar de en medio a la familia real española, que por algo ha habido revolución francesa, y por otro en mi corazón hay una pequeña monárquica que se emociona con el principio de El Rey León y llora de emosión con el capitulillo dedicado a la Reina Isabel II de Guerra Mundial Z. Y como claramente la monarquía británica es la encarnación de lo mejor y lo peor de la institución y Guillermo es, además, el hijo de Lady Di (esto debería ir entre exclamaciones, ¡el hijo de Lady Di!) aquí estoy, como un reloj y un poco resacosa, dispuesta a hacer un seguimiento minuto a minuto -como los añorados de gh- del enlace y sobre todo de su retransmisión en España, que auguro llena de anécdotas y emociones, porque para empezar en Ana Rosa ya han confirmado la presencia de Pitita Ridruejo. Comencemos.
9:11 La verdad es que Ana Rosa no va nada de boda, va un poco de trapillo. Para hacerlo todo aún más almibarado, han estrenado unas cortinillas que parecen sacadas de "Cazatesoros", con unos anillos en primer plano y un tono de pergamino bastante cutre. Y suena constantemente música de cámara, o la idea de la música de cámara que tiene un sonidista de telecinco.
9:15 Ana Rosa acaba de decir "princesas que se casan con profesores de gimnasia, príncipes que se casan con periodistas... solo falta una boda homosexual" y alguien ha dicho "pues ahí tienes a Alberto de Mónaco".
9:20 Uno de los enviados especiales de AR es el insoportable Miguel Ángel Nicolás, al que el 11-s pilló en pleno Nueva York cubriendo la semana de la moda. Sus intervenciones en los telediarios enseñando bolsas de Barneys y gimiendo con voz angustiosa "¡la gente tira las bolsas de Barneys con bufandas de cashmere recién compradas!" aún son muy recordadas y celebradas en esta casa.
9:31 Como dijo hace años una mujer muy sabia a tenor de la ruptura de Guillermo y Kate, "Ella no me gustaba para Guillermo pero me encantaba para Inglaterra". A mí Kate -Catalina- me vuelve loca. Sus mejillas de manzana repinaldo y sus caderas de -esperemos- buena paridora me parecen ideales para una futura reina y, sobre todo, hay dos cosas que me extasían:
cosa 1: su familia se ha hecho rica con una empresa de ¡matasuegras! ¿Es o no es maravillosa la vida?
cosa 2: sedujo al príncipe con un lookazo de bragas y sujetador, gasa mal cosida y minitrenza de niñas de campamento que es inenarrable. Un choque visual que está en mi olimpo personal al lado del vestido rojo que llevó Escarla O'Hara cuando toda la sociedad de Atlanta la trataba de puta-perra-para-arriba.
9:39 Mi sensor de historiadora chirría cuando oigo a AR: "Enrique VIII es el que rompió con todas las tradiciones".
9:48 Terríbilis. Para anunciar el vídeo sobre la vida de Kate Middleton ¿qué suena de fondo? sí, esta pieza de Forrest Gump.
9:57 Es tremendo cuando emiten imágenes del William de hace unos años. Tenemos la misma edad (me encanta decir esto, suena a como si hubiésemos pacido cerdos en la misma cochiquera) y cuando éramos niños era guapérrimo y monísimo, pero ha evolucionado fatal. No sé si el problema es que se parece cada vez más a su padre o a su madre, pero se le ve el cartón, los dientes se le están inglesizando y ese jovenzuelo atractivo y dulce se está convirtiendo en un señor feo e incluso un poco desagradable.
10:03 Voz en off: "Kate se convertirá en esposa de un príncipe -y tal vez- futuro Rey de Inglaterra" ¿Tal vez? ¿Cómo que tal vez? Como en le futuro no exista la monarquía inglesa deberíamos temblar todos porque será nos espera un holocausto nuclear o una invasión zombie o el final del mundo que precedían los mayas.
10:19 Acaban de llegar David y Viki Beckham. Éxtasis popular. Aplaudo aquí en el salón.
10:21 Jo, cuando desfilan los beefeaters a modo de banda de música ardo de emoción. Siempre que veo a un beefeater (algo que ocurre muy a menudo, no se piensen) recuerdo a Carmen Posadas en su columna de un suplemento semanal contando cuando conoció al príncipe Carlos en su época de niña bien hija del embajador uruguayo en el Reino Unido. Al parecer él les dijo a ella y a su hermana: "¿así que sois de Uruguay? Entonces vosotras debéis ser las auténticas beefeaters, ho ho ho". El chiste es tan malo que resulta tronchante, pero he de decir que el príncipe Carlos y sus mermeladas ecológicas me encantan. Y viste de maravilla, como no podía ser menos.
10:27 Cuando hacen unos picados y contrapicados de la abadía de Westminster se comprende perfectamente el poder sobrecogedor de la arquitectura y el shock emocional que debieron sentir los hombres del medievo al entrar por primera vez en una catedral gótica. Viva lo gótico, viva la verticalidad.
10:33 Empiezo a estar un poco preocupada, ¿no habían anunciado la presencia en AR de Pitita Ridruejo? ¿Entonces por qué solo veo al omnipresente y cada vez más cansino Boris Izaguirre?
10:36 Me encanta muchérrimo que uno de los términos más usados en twitter sea, además de "hats" y "love", "can't wait".
10:56 Inciso para hacer la colada. Viendo el sosérrimo traje que lleva Letizia a la boda pienso con nostalgia en qué se habría puesto Eva Sannum para la boda. Algo totalmente fuera de lugar, Barbie y prostituta, todo a la vez, y estaría guapísima. El error que cometió Felipe fue darle "al pueblo" la oportunidad de opinar y claro, salió lo que salió. Con Letizia se iba ya con la lección bien aprendida y directamente se dijo "esta va a ser la princesa de Asturias", nada de noviazgos ni zarandajas, porque si no... ¡una divorciada! ¡divorciada de su profesor de literatura, además! ¡una trepa de instituto!
11:02 Pienso mucho también en Isabel Sartorius, que en este momento debe de estar acariciando a Mencía mientras las lágrimas corren por sus mejillas y manosea nerviosa una tableta de Tranquimazín.
11:05 Ya han sacado a Pitita en la sala vip (¿?) de AR y me he quedado mucho más tranquila. Veo como una cosa un poco mágica y genial que esté Pitita al lado de Ana Rosa porque todos sabemos que AR debería hacerse una camiseta que pusiese "yo sobreviví a Sabor a hiel" y en cambio Pitita es autora de la única autobiografía que probablemente haya escrito de verdad de verdad un personaje del colorín. "Memorias de Pitita" es una cosa inenarrable que apenas usa frases subordinadas y que relata la Guerra Civil con algo así como "los españoles estaban descontentos y hubo una guerra. Yo la pasé casi toda en San Sebastián", por lo que no hay ninguna duda de que ahí no hubo negro ni, prácticamente, editor. Además protagonizó una anécdota también muy recordada en esta casa -que somos mucho de recordar anécdotas- cuando, durante una entrevista con Julia Otero en "Las cerezas", le pusieron las imágenes de Maragall y Carod Rovira jugueteando con la corona de espinas y la pobre Pitita sufrió un parrús que tuvieron que cortar a publicidad.
11:29 Éxtasis. Llegan ya las casas reales. Máxima Zorreguieta me vuelve loca; cuando veo las imágenes de su boda, en la que no pudo estar su papá por haber sido ministro de una dictadura que tiraba a los jovencitos de los aviones y les metía ratas por el coño a las chicas para torturarlas -no es razón baladí-, y suena ese bandoneón tocando un tango y ella se emociona yo me emociono y lloro con ella. La pequeña monárquica que hay en mí siempre está dispuesta a salir.
11:34 Los hermanos de los novios son las auténticas estrellas de esta boda: el hermano de ella se disfraza de ella y el hermano de él se disfraza de nazi. No se puede ser más inapropiado, incorrecto y británico.
11:39 La verdad es que en días como hoy amo España. En telecinco Pitita Ridruejo y Boris Izaguirre mano a mano; en antena 3 Carlos García Calvo (por el que siento adoración) en plató y Jesús Mariñas de enviado especial diciendo que William está tan gordo y calvo que le confundían con Alberto de Mónaco.
11:43 Esto es un frenesí. Llega la reina vestida de amarillo, llegan Beatriz y Eugenia haciéndole un homenaje a su ausente madre con sus vestidos y tocados, llegan Carlos y Camila (quiero ser tu tampax) y a mí me va a dar un bajón o un subidón de azúcar, aún no sé muy bien qué. Camila va muy bien, me gusta el pamelón.
11:50 Declaraciones de Pitita Ridruejo sobre la Reina Isabel: "a mí siempre me ha gustado mucho Inglaterra pero de los años que pasamos allí para mí lo mejor lo mejor lo mejor es haberla conocido".
11:52 Primeras imágenes del vestido de Kate. Creo que no me gusta, pero al menos no es es palabra de honor (sé que no podría ser palabra de honor, pero es que como se está viviendo una especie de furor con los vestidos de novia palabra de honor que debería estudiarse en los manuales de sociología no las tenía todas conmigo).
11:57 Los pajes de la boda son una auténtica pocholada. las niñas con coronitas de flores y unos vestiditos monísimos y los niños de pequeños Lord. Estupendos.
11:59 Éxtasis del pueblo británico. Campanas al vuelo. Desmayos. Banderas agitadas frenéticamente. Kate saluda. Gritos, berridos, aplausos.
12:10 Roto de la emoción. Elton John canta, por aquí dicen que va a sonar la versión británica de "qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del señor". Necesito YA un lector de labios como el de la boda de Felipe y Letizia, gracias al cual conocemos una de los mejores diálogos de la historia contemporánea:
Letizia: Es todo tan hermoso.
Felipe: Qué calor.
12:16 Dios, ya se están poniendo los anillos. Qué voz tan grave tiene Guillermo, nunca me había fijado. Y ella está guapísima y hermosísima, viva Inglaterra, me siento como si tuviera doce años.
12:53 Ha finalizado la ceremonia. Todos los invitados cantan God Save The Queen menos la reina, que claro, no se lo va a cantar a sí misma. Esto es hermoso, viva la pompa y el boato.
12:56 Tengo un serio déficit de looks de Royals ¿dónde está Máxima? ¿Y Mette Marit? ¿Qué ha sido de Mary Donaldson? Estoy deseando que salga el ¡Hola!
13:00 En Antena 3 Miguel Temprano e Isabel Sartorius (que no está tocando a Mencía con manos temblorosas, al parecer) se enzarzan en una discusión absurda sobre si tienen más tirón Beckham y Elton John en el mundo que los Royals, y de ahí la selección de planos del realizador.
13:04 Ya salen de la abadía. Tremendo y repentino ramalazo de la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia (tan hermosa pero con la sangre estropeada, introductora de la hemofilia en la casa real ejpañola). Supongo que un Mateo Morral hoy -el anarquismo ha sido sustituido por el terrorismo islámico- es imposible. Yo no lo quiero, válgame Dios, no quiero que nada estropee este día tan bonito; además me acaba de decir un amigo que le han dado un trabajo bueno y maravilloso. Fantástico todo.
13:09 Salen de la abadía y el plano se aleja, haciéndoles parecer las figuritas de una tarta. Y venga campanas al vuelo, ovación popular, carroza tirada por cuatro caballos blancos. Creo que una de las niñas-pajes tiene síndrome de Down. Guillermo se pone los guantes blancos y yo me corro viva.
13:14 La verdad es que Kate está rotundamente bella. Cansada y con demasiado colorete pero bella. Lecquio acaba de decir que estéticamente es una mezcla entre Mary Donaldson y Victoria de Suecia. Últimamente estoy de acuerdo con todo lo que dice Lecquio, debería hacérmelo mirar.
13:24 En telecinco hablan de que si Tony Blair salvó el culo de la reina cuando se murió Lady Di. Seguro que lo dicen únicamente basados en el visionado de The Queen, la película.
13:29 Se avecina El Beso. Estas escenas de las carrozas y los caballos por Buckingham parecen fotogramas sacados de Barry Lyndon, con una luz amarilla y grisácea.
13:40 Peñafiel tiene un subidón que va a salir volando. Todo son vítores a Kate, "una novia sencilla, sincera, sin fingir emoción, sonriente, natural" y por supuesto no ha desperdiciado la ocasión para lanzarle alguna pulla a Letizia. Le ha gustado prácticamente todo y poco menos que ha llamado putas a Beatriz y Eugenia, que ya no sé si me encantan u horrorizan sus looks como sacados de Alicia en el País de las Maravillas.
14:12 Voy a abandonar aquí la retransmisión porque estoy al borde de la muerte por deshidratación. Ha sido todo muy bonito, de verdad. Me esperan unos macarrones con tomate y tocino de lo más terrenales.

Wednesday, April 20, 2011

Paz Padilla rima con ensaladilla

- Con algo así como un millón de años de retraso, me he puesto a ver Los Soprano. Sí, lo sé, qué tonta por no haber empezado antes, cuando un exnovio me decía "tienes que verla, es una obra maestra, es Los Simpson y El Padrino todo a la vez", pero las cosas llegan cuando tienen que llegar (o eso preferimos creer) y ahora no vivo para otra cosa; voy por la calle pensando en Tony, sueño con Carmela -cada día más parecida a Lady Di- y lloro pensando en lo que se le avecina a Adriana. Estoy por la mitad de la quinta -más o menos- y me esfuerzo por no enterarme de nada más de lo que ya, accidentalmente, sé (un ejemplo, aquí mismo; por cierto que qué vergüenza me da leer lo que escribí de Lost, ¡una de las mejores series de la historia! Es que estaba bajo el efecto de la heroína, que engancha mucho pero cuando estás libre de sus efectos te das cuenta de que es malísima y quieres borrar esa etapa de tu memoria, no hay más vueltas que darle). Y estoy deseando llegar a ese final tan polémico que cambió la historia de las series de televisión (en realidad no, me gustaría que el placer se prolongase durante chorrocientas temporadas más) para lanzarme como una jabata sobre libros, blogs y webs y enterarme de lo que el mundo pensó y sufrió y discutió y sintió hace un lustro.
- Como que te guste mucho el jabugo no es óbice para que disfrutes unas ruffles al jamón, ayer vi un anuncio en telecinco de que volvía próximamente "La que se avecina" y me alegré mucho. Se convertirá prácticamente en lo único que vea por la tele en horario de máxima audiencia (salvando La Sexta 3, que es de lo mejor que ha traído la tdt junto a Divinity, ese torpe pero interesante remedo de Canal Cosmo, y Mtv) y aunque objetivamente la serie sea horrible y haga aguas por todas partes, muchas veces me río como una pazguata, y eso es muy de agradecer.
- Quién me lo iba a decir hace un año y pico, pero desde que Indhira es tronista en Mujeres y Hombres aplaudo cuando sale y su presencia de retrasada mental con ínfulas me llena de alegría. Si es que todo es una cuestión de formato.

Thursday, February 03, 2011

Últimas lecturas

- Sí, tiene delito que me haya puesto a leer “Crónicas marcianas” ahora, con un retraso de cincuenta años. Hay muchos huecos en mi biblioteca de clásicos de ciencia ficción, que nunca he sido yo muy del tema –siempre más de ensayo-, por no hablar del último libro “de ciencia ficción” que leí, que fue “El mundo sumergido”, de Ballard (sí, no fue Crash precisamente), que me pareció, con pocas salvedades, una mierda pinchada en un palo y mal traducido, además. Supongo que aparte de todo eso las reminiscencias al programa del horrendo Javier Sardá (horrendo Javier, el programa no) no hacían que me entrasen las ganas de ponerme con Bradbury. Y qué sorpresa tan estupenda porque sí, a estas alturas del cotarro he descubierto que Crónicas Marcianas es poesía pura, con sus relatos inquietantes, otros de puro terror, la mayoría tristísimos y melaconlérrimos, todos sin excepción hermosos. Sí a Bradbury y a Crónicas Marcianas, que solo con recordar su lectura me entran una nostalgia y una pena negra que me hunden el pecho. Buena señal.

- “El postporno era esto”, de María Llopis, me ha introducido en un tema del que nada sabía (el postporno, efectiviwonder) en una Barcelona que es como una ciudad paralela a la de mi existencia. Por esa parte, bien. Por la otra, la de diario de la autora con infancia trágica y catástrofe sentimental incluida, mucha sensación de déjà vu y mucho ver venir el drama un kilómetro antes de que ella se de cuenta, y mucho sonrojarme de vergüenza ajena ante párrafos como este, que paso a copiar, atención: “y a lo mejor no necesito paz y tranquilidad como creía, sino el caos en el que estoy inmersa ahora, donde no sé cuando empiezan o acaban los días y menos las noches, que se solapan y se mezclan, entre la música de mi ordenador, la música del Razzmatazz, los polvos blancos y el sexo”. Además todo el tema personal de María Llopis in yeneral me recuerda un poco, mutatis mutandi (solo un poquito, que si algo me ha quedado claro es que el postporno no tiene que ver con el porno), a la biografía de Jenna Jameson “Confesiones de una estrella del porno”, a cuya portada solo le faltaban unos cristalitos de svarovski, como los que ponen en las de Elle, para ilustrar el concepto de ironía postmoderna. Se suponía que la biografía era algo divertido que hablaba de lo glamouroso (agh, palabra prohibida) y sexy de la vida de las pornostars, siempre con un punto de humor y de desmitificación y bla bla bla; pues bien, el resultado era un drama de novela rusa del XIX en el que Jenna Jameson se desvelaba como un puro producto de la white trash: huerfanita de madre desde los cinco años, con un padre con síndrome de estrés postraumático tras su experiencia como soldado en Vietnam, un hermano heroinómano, una violación a los 13 años, una mejor amiga stripper asesinada, un rosario de abusos sexuales y relaciones enfermizas con novios que la chuleaban en todos los aspectos de su vida, unas traumáticas primeras experiencias en el mundo del porno… Tras su lectura terminabas replanteándote el concepto de que ser actriz porno es una profesión como otra cualquiera y, aunque las generalizaciones son horribles y en realidad sé que no todo el mundo tiene a sus espaldas el currículum de la pobre Jenna, de repente mirabas a Celia Blanco o a Anastasia Mayo como con un poco de pena (aunque esas dos en concreto me parecen muy conscientes, libres y sanas mentalmente). Y, volviendo al libro de María Llopis, qué gran editorial es Melusina, que el 80% de lo que publican es interesantísimo y apasionante.

- “Guía de supervivencia Zombie”, de Max Brooks. Esta no es tan imprescindible como el maravilloso tratado de geopolítica disfrazado de entretenimiento inocente que es “Guerra mundial Z”, pero aún así, me ha gustado seguir los primeros pasos de Max Brooks en su investigación del drama zombie. Y si algo me ha quedado claro tras su lectura es que, cuando los muertos se levanten, yo seré de los primeros en caer, en parte porque no sé si quiero vivir en el mundo de los supervivientes, en el que no habrá televisión, ruffles al jamón ni discusiones sobre el poder de twitter.

- “El arte del asesinato” es un compendio de relatos de investigadores de Chesterton. El padre Brown tiene guardada una sillita cómoda en mi corazón desde hace muchos años, y todo el libro exuda britanismo. Pocas cosas más se le pueden pedir a un libro. Sí, una más: que lo edite Valdemar. Felicidad completa.