Wednesday, September 08, 2004

Cines, revistas teen, concurso literario infantil

Acabo de volver de dar un pequepaseo por la zona vieja de la ciudad, congelada de frío y luciendo un bolso totalmente vintage-vintage, lleno de personalidad y carácter, ya que fue, tiempo ha, el costurero de mi abuela.
Durante el periplo pasamos delante de varios viejos cines ya cerrados hoy en día, y la verdad es que esos viejos locales son como una inyección de melancolía y tristeza poco apta para una tarde dominical. Primero pasamos por uno que lleva como 6 años cerrado: uno de estos cines que anteriormente ya habían sido teatros y a los que la llegada de las nuevas tecnologías y la crisis del teatro (el teatro lleva en crisis desde tiempos de Aristófanes) obligó a reconvertirse. Y aún después, la llegada/invasión de esos tan incómodos pero rentables multicines, obligó a cerrar. Me da especial pena porque precisamente el verano precedente a mi llegada a esta ciudad fui ahí a ver "Casper" y a las dos semanas o así cerraba el cine. Un cine donde mi padre, según me contaba, había visto "El príncipe valiente" con aquella emoción e inocencia que tenían los españoles de los 50 y que ahora (no quiero ser uno de esos roñosos que se pasan el día diciendo que la juventud está echada a perder y que ya no se aprecia nada y somos unos materialistas que no apreciamos nada y tal y tal, pero ¡qué coño! es verdad) Luego pasamos delante de otro cine, en el que guardo bellos recuerdos del visionado de Gozilla, y cuya última película en cartel que recuerdo es "American beauty". Luego pasamos delante del último en cerrar: uno en el que ya se me parte el ánimo totalmente, porque cuando fui a ver "Amelie" allí le preguntamos al anciano señor recogedor de entradas de la puerta si era cierto que iba a cerrar el cine, y él, con lágrimas en los ojos, nos dijo que seguramente sí. Y yo pensé "y ahora parte de su vida se irá con él" Y mi partenaire y yo comentamos que al día siguiente encontraríamos el cine cerrado y al adorable ancianito colgado de una soga frente a la puerta. El ancianito no se suicidó de ese modo tan romántico (al menos, que sepamos) pero a la semana el cine estaba cerrado. Y que conste que no me extraña, porque era uno de estos grandes y destartalados edificios dificilísimos de llenar y más teniendo en cuenta el frío de cojones que hacía allí dentro. Pero ¿qué importa? no seamos prácticos, llenémonos de espíritu romántico e inútil y lloremos por las almas muertas de las viejas salas de cine reconvertidas en hipermercados de dos plantas en las que preguntas por "Lolita" y te discuten la autoría de Kubrick (¿verdad, Gabbo?)
Cambiando de tercio (expresión taurina) esta semana tenemos pensado organizar una cena de Nochebuena, Navidad y Fin de Año todo en uno, a la que debemos acudir vestidos elegantemente y degustar elaboradas viandas: todo muy "nuevo rico". Yo he planeado ponerme el vestido del pasado fin de año, con el que parezco una meretriz con posibles de 1923. Prepararé canapés, compraré uvas y escucharemos deleitándonos el "Bravo Top", cinta del año 96 patrocinada por la conocida revista Bravo, una imitadora que no le llega a la suela de los zapatos a la grande y única Vale, revista que tantas carcajadas en tardes ociosas nos ha proporcionado (quien no conozca "las movidas de Carlota" no sabe lo que es realismo social), pero que tiene un pase. El caso es que una compañerita de piso trajo hace un par de semanas tamaño documento, un par de cintas con los éxitos de aquel año (éxitos cuyos derechos la revista Bravo pudo adquirir) y decir que me maravilla esa cinta es poco: están las Spice Girls (antes de que Geri se fuese, dejase de teñirse y perdiese ese aire de fulana bujarrona tan atractivo), los Backstreet Boys, en un remix de sus éxitos del año, Oasis, Skunk Anansie (¡!), y el resto lo componen un montón de grupos que ahora encabezan las listas de cd´s de segunda mano de las que algún postadolescente horrorizado por su gusto musical a los 13 años ha decidido desacerse: está Edu, con una balada aparente llamada "Si disparas tú" y unos cuantos grupos de chicos que ahora ya la mente ha borrado de sus neuronas. Lo mejor, lo sin lugar a dudas más descacharrante del "Bravo Top" (cuyo nombre ya constituye en sí mismo todo un gag) es una canción de los World´s Apart -¿recordáis, seguidores de fan club?- (por cierto que ¿qué será de los clubs de fans de esos grupos?) llamada "Yo te doy" Es uno de esos temas que lanzaban en varios idiomas según el país en el que publicase el disco, en plan "vamos a congraciarnos con el público francés cantando "Je te donne"" o algo así. El caso es que es lo más delirante desde Mola mazo porque claro, estos angloparlantes no es que se hayan esmerado especialmente en su pronunciación y el resultado es tal que así:
"Io che doy mi manega de seg
No hay nada más que te pueda ofreceg
Mi pagaíso interiog, mis cansiones de amó
Chodo lo que quiegas io che lo doy..."
Hay uno de ellos que ni siquiera se esforzó en aprenderse su estrofa en castellano, y directamente la canta en inglés, lo cual es de agradecer. Oh, world´s apart, os amo. Lectores: buscad "Yo de doy" y convertidla en vuestro himno para estas Navidades. Compraos una bandurria y deleitad a vuestra pareja con una serenata nocturna al pie de su balcón. Entonadla mientras recorréis las tiendas en busca de algún modelito fiestero que disimule vuestras tachas y realce vuestras virtudes. Cantadla en la ducha mientras dudáis entre quedaros en casa en nochevieja o salir para gastaros medio sueldo en una entrada a una fiesta en la que, al ser nochevieja, esperáis pasároslo intensamente bien, y al no lograrlo quedaréis profundamente decepcionados y frustrados y volveréis a casa con la corbata, o tacones, en la mano y perjurando no volver a salir en fin de año, porque al fin y al cabo, lo bien que se está en casa viendo el especial de la primera no lo supera una mierda fiesta en la que ponen música que no te gusta, te ves rodeado de gente que no aguantas y consumes un alcohol que nada tiene que envidiar al matarratas. Claro que eso no difiere gran cosa del resto del año.
¡Qué adictivo es el milkachocogalleta! Gracias, Kraft Foods Switzerland Ltd.

(Extra)Oficialmente hoy empiezan para mí las vacaciones navideñas. Siempre que se enciende el alumbrado navideño en las ciudades y los ayuntamientos comienzan a emitir por el hilo musical villancicos (me parece un atentado a la privacidad, eso de que te obliguen a escuchar "los peces en el río vuelven y vuelven y vuelven a beber" aunque tú lo que prefieras sea ir atendiendo a la conversación de las ancianas que caminan justo ante ti, compartiendo impresiones acerca del efecto de los orfidales) (uy, por cierto, esta mañana iba por la calle y uno de mis acompañantes me dice: "¿Qué es lo que está sonando?" y no os lo creeréis, pero entre el tamborilero y la marimorena se les había colado el himno norteamericano en persona. ¿Publicidad subliminal o simple incompetencia de algún funcionario inexperto?)... ya he perdido el hilo... ¿qué iba a decir yo? Ah, sí, que siempre que la Navidad nos inunda con todo su alegre horterismo me acuerdo de una función "teatral" que presencié en el colegio y que marcó mi concepto del aniversario del nacimiento de cristo: las niñas del curso superior al nuestro hicieron una especie de montaje teatral, muy moderno y variado él, sobre el espíritu navideño, muy dickensianas ellas. El caso es que en uno de los números consistía en una niña buena y una niña mala frente a frente, cada una exponiendo sus ideas sobre la Navidad, lo típico: la mala dice que mola por los regalos y la buena dice que mola porque se conmemora que Jesús vino al mundo para salvarnos y tal y cual (yo, sí, queridos, estuve en un colegio de monjas, una derivación femenina de los franciscanos) El punto que a mí personalmente más me impresionó del diálogo fue cuando la mala dijo: "la Navidad es la segunda época más bonita del año, después del verano, porque son las segundas vacaciones más largas que tenemos" y la otra dijo "la Navidad es la época más bonita del año porque se conmemora el nacimiento de Jesús y otra vez el mismo rollo alabaré barato y, no obstante, tan jodidamente efectivo) Y yo desde aquel momento me obsesioné con que la Navidad tenía que ser mi época favorita del año, y que estar con la familia era super importante y que todos teníamos que estar contentos (bueno, me influyó ese discurso y muchos capítulos navideños de innumerables teleseries norteamericanas) Lo lógico sería que ahora, tras tantas esperanzas depositadas en mis Navidades infantiles, las odiase, pero no es así: se come bien, hay regalos, hay vacaciones, todo el mundo está en la calle comprando cosas, las tiendas abren los domingos y es una excelente excusa para sacar el lado más hortera que todos llevamos dentro y decorar la casa del modo más horrendo posible, con esas bolas de los ochenta que reflejan tu cara deformada de todos los modos posibles y esas tiras brillantes que van dejando pelitos por todo el suelo. Así, las Navidades no me provocan entusiasmo, pero sí saludable satisfacción. Además vuelven los amiguitos que están fuera, y ¡oh! me pregunto qué platos constituirán el menú de nochebuena.
Ra está en la aldea presenta "Recomendaciones culturales" (Para que puedan opinar sobre los eventos del momento sin tener la necesidad de presenciarlos)
Ayer fui al cine, a ver "Ocho mujeres" de Francois Ozon, y me gustó un huevo. Partimos de la base de que es una película ambientada en los cincuenta, y a mí sólo por ver esos diseños que envuelven a Catherine Deneuve, que en Belle de Jour siempre, no lo puedo evitar, me parece una petarda, pero que en esta película está divina y hasta diría que más guapa que en plena juventud, en los 60, pues eso, que ya me merece la pena. Y el decorado me chifla también, claro, porque se trata de una pequeña casita en un rincón francés decorada con los muebles más clasicones que se pueda encontrar, y cualquiera que me conozca un poco puede suponer que eso, el vivir en una casita en la campiña francesa decorada con muebles de casa de abuela, es de lo que más se aproxima a mi concepto de felicidad. Las actrices, además de francesas, lo que ya supone un punto a su favor, están todas estupendas y divinísimas y guapísimas, las masas gays deberían empezar a encumbrar ya a Fanny Ardant (si es que con su interpretación de la Callas no lo han hecho ya) por no hablar de Emmanuelle Béart, que cada día parece más ciervo, y claro, esa viva encarnación de la buena y sana chica joven que es Virgine Ledoyen. Pero no todo va a ser superficialidad y diseño y qué buena la fotografía y qué coreografías más simples e inspiradas que bailan estas gabachas: Ocho mujeres también tiene una historia Agatha Christiana donde las haya, ya sabéis: un crimen, muchos posibles culpables, ¿quién es el asesino? Pero aquí, al contrario que en una historia de Poirot, lo de menos es resolver el caso: puedes ignorar totalmente la enrevesada (y no por ello menos adecuada) trama y relajarte viendo cómo los actos surrealistas se suceden uno tras otro, a cada cual más delirante. Mi acompañante señaló: -hay escenas dignas de "Violada contra un muro"- Oh, y tenía razón Nacho Canut, o Genís, no sé quién lo dijo: se nota que una película es francesa porque a los cinco minutos ya están comiendo. Para mi regocijo, claro.

Por razones que no vienen al caso me he pasado la tarde de ayer leyendo cuentos de Navidad escritos por niños que se presentaban a un concurso de eso, de cuentos de Navidad. Por una parte terminas un poco hasta el coño de tanto Papá Noel, y llegan los Reyes y la Navidad es "amor y felicidad", sobre todo porque la originalidad no era de lo más frecuente, y la mayoría de las historias eran variaciones sobre el mismo argumento: los dos más usuales eran uno sobre un malvado ser que roba la Navidad y el otro sobre un niño pobre y otro malvado que al final encuentran el espíritu de la Navidad. Pero por otra parte es una labor entretenida y muy instructiva sociológicamente: se pueden ver los cambios en la evolución del sentimiento navideño a lo largo de las edades, pues si bien para los más pequeños esta época del año son sobre todo regalos, se nota que a los mayorcitos ya les han comido la cabeza y hablan más de sentimientos positivos y del valor de compartir. También se ha notado la influencia de Harry Potter en algunos relatos, sobre todo con pseudo plagios del estilo de "la escuela de Magia y Hechicería de Pepito" Y la influencia televisiva está ahí, constante, presente: en especial en uno de los colegios debían de haberles puesto una de estas películas de dibujos animados tipo "Rudolf el reno" porque el tal Rudolf, con su nariz alcachofa, protagonizaba como 5 de los cuentos enviados.
Luego que nadie me diga que el fallo de este tipo de concursos se hace a dedo (esto no es el Planeta, jojo) porque me hemos leído entre dos personas absolutamente todos los 201 cuentos presentados (muchos ilustrados a todo color), y sin abrir ninguno de los sobres en los que venía la identidad y los datos del autor (lo cual teniendo en cuenta que lo necesitábamos para agruparlos por edades no ha hecho sino entorpecer el trabajo; he leído faltas de ortografía de estas que hasta te duelen los ojos (textualmente, cosas como "piensa en algo que té allá pasado") (claro, el corrector de word lo dará por bueno) y, la verdad, y esto no es un discurso, elegir ha sido una ardua tarea porque todos merecían ganar... esto sí es de discurso, pero no quita que la elección esté jodida, sobre todo porque me siento el peso de la responsabilidad de 201 niñatos de entre los cuales habrá mucho a los que el premio y el cuento les importe una mierda, pero eso no quita que haya por ahí (o allá por ahí, jiji) algún pequeño escritor en ciernes que espera emocionado el fallo del concurso para encaminar sus pasos definitivamente hacia la escritura. Debería desanimarle dándole el primer premio a la mierda más manida y simplona de todas, para que se vaya acostumbrando.
Los fragmentos que más me han llegado al corazón:
¡Pero Ángel, hijo mío! ¿Cómo es que has comido tanto y aún por encima de tu comida menos preferida?
"Llamaron a la Interpol, al FBI y a la CIA. Sólo les quedaba llamar a Mortadelo y Filemón"
"Por la noche Papá Noel junto con Marta y Pablo subieron al trineo y repartieron los regalos por todo el mundo, incluso a los niños del tercer mundo que quedaron muy contentos"
"Federico le pidió a los Reyes una Game Boy, un escalestrix, un libro de Harry Potter y a Papá Noel un estuche del Barsa (así, barsa), una linterna de 007 James Bond y un coche teledirigido"
"Voy a cambiar de tema porque ya me vienen las lágrimas a mis preciosos ojitos"
"He dejado una botella de vino nuevo por si a los Reyes les apetece echar un traguito, pero espero que no acaben con él para que no cojan una borrachera"
"Así enseña que con amor y un fantasma las Navidades son estupendas"

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