Wednesday, September 08, 2004

Marinetti. San Patricio. Mundo Árabe. Licor café

A veces la vida puede ser realmente jodida.

Pero lo que no nos mate nos hará más fuertes.

Si tú me dices que vendrás, por ejemplo, a las cuatro, yo empezaré a ser feliz a las tres.
¿Pero qué es esto, por los Dioses Inmortales? ¡Pocholo en la gala de los jueves de Hotel Glam portando una pata de jamón (o lo que queda de ella)! ¿Es una señal, una señal del Señor que Maneja los Hilos en la Penumbra? ¿Debo dar un paso? ¿Si es así, qué paso he de dar? ¿Me indican que es Pocholo el hombre al que seguir? ¿O por el contrario, me indican que hasta Pocholo porta ese elemento y por lo tanto no debo hacer nada, nada? ¿O se trata sólo tal vez de una mera coincidencia? Qué aporía tan grande, por favor.
El miércoles descubrí una nueva revista que es delirantísima: se llama "Loka". Yo en cuanto la ví pensé que era una revista de maricones, porque se llamaba Loka (igual es esa a la que se refería littlebab en un comentario) y en la portada venían los de Upa Dance sin camista (qué raro) y David Beckham, pero luego resulta que no, que es una revista para adolescentes así como la Vale pero todavía más, más aún. Es también más cara que la Vale (vale 1 euro con sesenta céntimos, creo, y la Vale vale sólo 1 euro) (que ya le vale, a la Vale) (de verdad, parezco un monologuista del club de la comedia) y se nota en que está mucho mejor impresa y tiene más páginas y más pósters de Pável, tía. Bueno, que le recomiendo a toda la peña que la adquiera en cuanto tenga ocasión, porque no tiene desperdicio y trae una expresión de la que me he apropiado inmediatamente: "flípalo en dolby" Eso sí, es un plagio descarado, porque en lugar de "Las movidas da Carlota" ¿sabéis lo que trae? "Cristi y sus movidas" Y no trae las apasionantes historias de la Vale tipo "Mi gran historia de amor", "Mi gran desmadre" o "Mi primera vez", pero "Cristi y sus movidas las suple sobradamente. Me he hecho inmediatamente súperfan, porque Cristi se iba a ver, quedaos a cuadros, ¡al famoso rapero Emanem! Y Emanem, que estaba todo tristón en el hotel porque la vida de estrella es una mierda, se va de marcha con Cristi y sus colegas, y al final le pega un morreo a la susodicha que esta se queda cagando patatillas y luego se va al cine a ver "8 bombillas" Os lo juro. Claro está, me pasé toda la noche del miércoles gritando por ahí "E-ma-nem, E-ma-nem", y "I love Emanem!" y chorradas semejantes con lo cual la gente debía pensar que soy gilipollas, porque sólo me faltaba corear que "Emanem se derrite en tu boca no en tu mano" Lo cual, ahora que lo pienso, da lugar graciosas connotaciones. Cuando descubro una revista que me chifla asín, tan intensamente, pienso que tendría que ir mucho más al kiosco y afines, porque me encanta el mundo revisteril, pero luego me siento culpable por comprarme la Marie Claire y no otras tipo el Mondobrutto o la Rockdeluxe, que me gustan y todo, y se supone que son las que tendría que leer para pseudoculturizarme y luego tener algo que ofrecer a la hora de mantener una conversación. Porque eso es algo que siempre me persigue, que me da la sensación de que yo soy totalmente plana y no tengo nada propio, y que cuando conozco a alguien soy como una esponja que absorbe y absorbe sin darme cuenta conocimientos y gustos (Kylie Minogue, etc), y hasta frases hechas y muletillas; y me jode que eso no sea un intercambio recíproco, porque yo no tengo nada para que los demás adopten inconscientemente, y que sea yo la única chupóptera. Así que debería empezar a comprarme... no sé, cualquier fanzine estiloso y rumbero. Claro que también debería seguir esta dieta* y no lo hago, y tan pancha.
* La dieta que todos deberíamos seguir para ser felices y sanos:
Tomar verduras, hortalizas y frutas por doquier.
Las frutas no se deben tomar como postre, sino antes del plato principal porque si se toman antes se digieren rápido, y si pasan mucho tiempo en el estómago fermentan y eso ocasiona gases y no sé qué desgracias encadenadas más.
La leche, eliminadla: ningún animal necesita leche tras el período de lactancia. Es algo inútil, lo que sí hay que tomar son productos lácteos, tipo yogur y queso.
El queso, fresco. Quesos muy curados sólo una vez a la semana como máximo.
También sólo una vez a la semana carne o pescado. Y nos llega
Una vez a la semana, hacer un día de pseudoayuno para depurar el organismo tomando sólo líquidos y frutas, sólo dos tipos de fruta como máximo, tipo ciruelas y peras o melones y kiwis. Naturalmente todo cultivo biológico, no se os ocurra ir a comprar al Día.
El azúcar, eliminadlo: desmineraliza, sí, como lo oís. A partir de ahora endulzaréis con miel.
El desayuno es importantísimo, y el ideal se compone de zumo de naranja y un yogur con frutos secos y una cucharada de miel. Mermelada, poca.
El aceite de girasol es el Anticristo; el de oliva virgen extra es Dios.
Como algún día me viese obligada a seguir cualquier tipo de dieta, ya fuese por prescripción facultativa o porque mi marido ya no me desea, espero haber conseguido dominar mi voluntad un poco más de lo que puedo hacerlo ahora, porque soy totalmente incapaz, vamos, creo yo que lo sería, porque jamás me he propuesto privarme de nada. Entendedme, tengo celulitis y algo de barriga, como cualquier mujer normal de más de 18 años que no se llame Samantha, Tiffany, Amber, o algo así, y una de mis compañeritas de piso me dice que nota que he engordado desde que vivimos juntas, que tengo el vientre más sobresaliente y los muslos más rellenos, que ella está pendiente del crecimiento de mis muslos, y si ahora mismo me dijesen que con un click reduciría mi contorno, pues claro que aceptaría, pero si eso supusiese el menor tipo de esfuerzo... imaginaos, pardiez, creo que jamás sería capaz. Claro que eso lo digo ahora porque en realidad nunca lo he necesitado, yo que soy de complexión más o menos delgada, con las tetas pequeñas, el cuerpo largo, lo típico, y ningún niñito me ha insultado nunca llamándome gorda, así que en eso no tengo razones para estar acomplejada. Y cuando mis pechos empiecen a caer y mis caderas a crecer ya veré. De todos modos, ya he dicho que tengo celulitis y no está entre mis planes dejar de consumir té y alcohol. Válgame Dios.
Explotaexplotamexpló.
Ay, qu
semana más intensa. Si es que con la llegada del Rocío ya sabía yo que algún acontecimiento importante tenía que ocurrir. Y a la mínima que me descuido, me encuentro con Isabel Pantoja y el alcalde de Marbella dándose un pico subidos a una calesa (o algo similar), entre el polvo del camino. Lo flipo en dolby, tronkos. Si es que Jesús Gil, por muy Jesús Gil que fuese, nunca llegó a tanto, y eso que la mujer que tiene, que es como un trasunto de Marujita Díaz todavía más asalchichada, pide escándalo y Salsa Rosa a gritos de Encanni repleta de manzanilla. A mí, qué queréis que os diga, el mafioso de Jesús Gil me cae de puta madre, más que eso encuentro encantador que existan personajes así "en este país", y que se conviertan en personajes mediáticos y salgan en jacuzzis rodeados de mulatas y con sus sementales ¿Imperioso, era? al lado. Es como Ruíz Mateos, y su mujer, y sus diecisiete hijos, que son "lo mejor" que ha dado el Opus, y nunca apreciaremos lo bastante lo que eran aquellos disfraces de Superman y aquellas leches a Boyer y esos anuncios de Teresa Rivero con la pobre Ronaldiña (que la acaba de dejar el marido, creo) (y ahora a ver qué hacen con ese niño tan feo que tienen) que marcaron los ochenta (o los primeros 90) más que los éxitos de Locomía. Hablando de niños feos, qué espabilado que ví a Paquirrín hablando con los periodistas el otro día, si parece que ha despertado del coma, o algo así. Sólo nos queda Zeus Tous por des-zulú-dizar.

Marinetti. San Patricio. Mundo árabe. Licor café.
Esto que voy a contar, lectorcitos míos, sucedió a principios de Febrero de este año. Resulta que una noche conocí a un joven de imposible atuendo en un bar, amigo de unos amigos y tal y cual. Mantuvimos una entretenida conversación sobre los más variopintos temas: el mundo en conflicto, gastronomía exótica... hasta ahí todo claro. A partir de esa noche el susodicho joven averiguó mi número de móvil y se dedicó a pretenderme enviándome como mínimo dos mensajes por semana, a propósito de los más descacharrantes y desituantes temas, insistiendo mucho en que quedásemos otra vez. Yo achaco su interés al hecho de que la noche en la que me conoció yo estaba especialmente bella, con el pelo insólitamente en orden y el cutis impecable, lleno de luz y sanote cual pecho de Laetitia Casta. Mmm... por diversos motivos el encuentro se fue retrasando, y he de precisar que yo no tenía el menos interés en ese pretendiente más que el derivado de una amena charla regada con cerveza o con té y pastas, según las circunstancias.
Pasó un mes. Y hete aquí que otra noche, ¡artimañas del destino! (pongo esto para que no pierda el tono demodé, mi soliloquio) vuelvo a toparme con mi pretendiente. Y entonces, les diré... no sé a qué fue debido, puede que a la noche, a que él portase una pata de jamón en una mano sin venir a cuento (los restos de lo que había sido una bella pata de jamón serrano, más bien), al hecho de que luciese una bata de laboratorio o puede que fuese porque empezó a besuquearme hábilmente el cuello mientras yo contemplaba un mapa de ayuntamientos, pero el caso es que a la mañana siguiente ante mi portal tuvo lugar una de esas escenas en las que ambos personajes con el pelo empapado de una reciente ducha, ojeras pronunciadas y voz cavernosa se despiden con un limpio besito en los labios y un cachete pseudopaternal.
A partir de ahí, días de tensión, atronador contento, espasmódica belleza, resplandeciente velocidad, ataques de histeria... todo un torrente de incontroladas emociones y mucha, mucha estupidez.
De un mes a este tiempo, nada.
Yo estaba muy tranquila, superando mi pasmo progresiva y adecuadamente, incrementando sobremanera mi vida social nocturna, recurriendo a viejos aliados, porque soy muy autoconsciente y racional, pero resulta que ayer, sin comerlo ni beberlo, descubro cierto lugar del que mi antaño pretendiente me habló la noche en la que nos conocimos (¡ay! habla la voz de los panchos) y de pronto me encuentro en el súper totalmente incapaz de decidir si lo que quiero son cerezas, un pack de 3 "morenitos", una bolsa grande de rufles al jamón o si directamente cruzo a la tienda de exquisiteces de enfrente y me hago con un bloque de paté del bueno, de foigras 100x100 hígado de pato atrofiado.
Y aún diré más, para levantar un poco mi maltrecho ego ya que no soy capaz de recoger mis bragas: todo esto ha ocurrido porque yo no fuí capaz de mostrame tal cual soy debido a lo epatada que estaba ante el aparataje fascista y el despliegue paramilitar. Porque si hubiese estado cómoda y segura (y mira que yo no soy una tanga girl, más bien una braga girl), y hubiese mostrado mi sabiduría y encanto ¡uy! entonces yo no estaría aquí ahora mismo ni vosotros veríais esta entrada tan llamada de socorro, fieles lectorcitos míos.

No comments: