Wednesday, September 08, 2004

Viernes 8 de Noviembre de 2002

Viernes 8 de Noviembre de 2002. Veinte años y un mes.
Ayer acudí a una fiesta donde la bebida corría gratis y jóvenes libidinosos flirteaban con pijas putitas, en una especie de preparación de apareamiento de lo más estimulante, y todo en un decorado mezcla del Baile de primavera del instituto Beverly Oeste y el baile del casino presidido por Doña Carmen Polo de Franco. Disfruté grandemente, por supuesto.
Claro que algo en el tujievento destacó con luz propia haciéndolo digno de ser recordado y reseñado: divisé entre un mar de corbatas (sí, has leído bien, perplejo lector, corbatas) una camiseta negra con los rostros y la leyenda de "escritores irlandeses" A la llamada de esa camiseta acudí yo atusándome los senos, y conversamos durante unos minutos rajando de "los putos maricones, como ese Oscar Wilde, deberían quemar sus obras" "pues yo también soy gay" "pues deberías morir, vas contra natura. Y me voy, que una chica del opus como yo no debería hablar con semejante invertido" Media hora después acudió él al compás de su cabello de estudiante de Harvard de los 60, y ahí surgió la revelación: estuvimos hablando de literatura y ¡Oh, cielos! Conocía a JARDIEL PONCELA. Y no sólo eso, sino que HABÍA LEÍDO "Amor se escribe sin hache" En ese momento sufrí un violento espasmo mientras mis pupilas se dilataban cual víctima del coma por exceso de Dyc. Reprimí mis ganas de decirle "oh, en este momento estoy batiendo palmas con el coño" sustituyéndolo por un discreto "si te subieses a esa mesa no podría reprimir un genuflexión" y la charla siguió discurriendo agradablemente por mi parte, ignorantes todos los presentes de cuán enorme milagro acababa de tener lugar. Él estaba leyendo a Herman Hesse, me recomendó La conjura de los Necios (que, aclaro, no es de Hesse) y consideraba que el mayor talento de todos era Quevedo. Recitó el primer verso del famoso poema cuyo primer verso ahora no recuerdo, que yo remaché con el "polvo serán, mas polvo enamorado" y cuando le dije:
-Es que no sabes lo jodido que es que el mayor talento que conoces lleve muerto cincuenta años y darte cuenta de que nunca, nunca habrá nada nuevo de él porque ya lo has leído todo.
Respondió:
-Claro que me doy cuenta, es lo que me pasa a mí con los Beatles.
Adoro el hecho de poder estar hablando del Ulises de Joyce mientras de fondo suena "hay que ser torero, poner el alma en el ruedo" Es como ese anuncio de galletas digestivas en el que una Barbie lee el Financial Times. Es tan... desmontar tópicos.

Domingo 10 de Noviembre de 2002. El tiempo pasa de un modo vertiginoso
Hoy me he acordado de mi amiga Crisu, la bella Crisu. Admiro la belleza y el estilo particular de gente que veo por la calle, más aún que la belleza morbosa que puede tener Laetitia Casta me fascina el encanto que puede emanar de un rostro anónimo cualquiera. Me gusta ver la cara de la gente que pasea por la calle. Mi amiga Crisu tenía uno de los rostros más hermosos que recuerdo. Toma eso.
En nuestras ociosas horas de clase nos entreteníamos en las más variadas actividades, y acabo de recordar con gran regocijo una de las más simples y descacharrantes: escribir nombres de actores extranjeros tal y como sonaban:
Odri Jebur
Quevin Espeisi
Guainona Raider
Jamfri Bogar
Mixel Feifer
Queit Buinslet
Tobi Maguair
Quianu Ribs
Lloni Dip
Clar Gueibol
Alec Balduin
Daian Quiton
Son Conery
Son Pen
Sigurni Buiber
Ibuan Macgregor
Nicolas Queig
Charliz Zerón
Lluli Andrius
Güinez Paltrou
y etcétera y etcétera y etcétera
¿Qué más? ¡Ah, sí!
http://www.lapaginadefinitiva.com
Publicidad gratuíta para una de las mejores direccines que he encontrado entre la enorme caja de Pandora que es Internet, llena de desgracias, pero que siempre guarda al final un sitio para la Esperanza.
Ra está en la aldea: Veinte años proporcionándole datos inútiles.

¿Qué estoy haciendo últimamente? Pues entre otras variadas e interesantes actividades, me dedico a encuadernar (mandarle más bien a mi ejército de encuadernadores) los recortes de revistas varios que tienen algún interés para mí. (podéis imaginar qué tipo de cosas me interesan) Como el buen vino, los recortes ganan con los años. Así, por ejemplo, ojeando (¿u hojeando? jojojo, ¡cuán patética noche llevo!) entre los más antiguos, encuentro cosas particularmente graciosas, como una entrevista con Tom Cruise con motivo del estreno de Eyes Wide Shut (¡cómo pasa el tiempo!, recuerdo aquella lluviosa noche en L.A como si fuera ayer, todavía llevando luto por el querido -snif- Stanley) en la que el topgunniano actor declaraba, tan pancho: "Me imagino con Nicole dentro de treinta años satisfechos de cómo hemos educado a nuestros hijos" (cuándo todos sabemos que Isabella y Connor, se llamaban así, ¿no? están siendo criados por Johanna Stuart, nanny de Arkansas)

Resulta triste ver ahora estas imágenes, como esas estúpidas tarjetas de felicitación navideñas que te mandaban compañeritos de clase diciendo "amigos para siempre" y otros convencionalismos así. Aunque la verdad, teniendo en cuenta lo bien que le ha venido a Nicole el divorcio, debería dedicarse a quemar todas las imágenes existentes en las que aparece con ese medianía.
También hay una colección de reportajes sobre el catastrófico efecto 2000, que dentro de una generación demostrará que nosotros, contemporáneos míos, éramos tan gilipollas y supersticiosos como los que ante la arrivada del año 1000 entregaron todas sus propiedades a la Iglesia para salvarse de lo que ellos creían el inminente fin del mundo.
Luego hay reportajes nostálgicos, como uno sobre el estreno de "Nunca me han besado", sobre el 65 cumpleaños de Sofía Loren, la vida de marisol, el aniversario de la muerte de Luis Buñuel o la propia muerte de Schulz.
Guardo también los anuncios publicitarios que me llamaron durante un breve instante la atención: absolut vodka, longines, schweppes...
Y también está lleno de reportajes de moda de lo más irrelevantes, porque si yo ahora me encontrase con revistas femeninas de los años 20... imaginaros lo que produciría en mí, lectorcillos. Además, soy un ser estruendosamente materialista que le coge apego a todos los objetos que toca, al que le da pena tirar hasta la esponja con la que se ducha. Así que imaginaros lo que me voy a gastar en encuadernaciones.

Como mis mediáticos lectores sabrán, esta semana se ha realizado la gala de los MTV EMA desde BCN (que es el último grito a la hora de denominar a la Barcelona de toda la vida) Rehusé la invitación de Lucas Arraut para asistir a la misma desde el front row, optando por quedarme en casa calcetando y comiendo tabletas de crunch en una especie de ritual antidepresión. Sí, lo sé, pura mercadotecnia, todo falso, todo plástico zafio y burdo, sonrisas de celofán y la misma cantinela de siempre, pero... ¿a quién le importa? Os envío, pues, mis impresiones desde el sofá:
El presentador: Sean "p. diddy" Combs, rapero cuya presencia en la gala no dejo de notar un tanto fuera de lugar, ya que al fin y al cabo aquí no lo conoce ni dios, me aburrió soberanamente con sus "uhuuuu" que el público tardó en asimilar, con sus chistecitos baratos y sus constantes cambios de look. No me extraña que J. Lo (que es la forma que tiene Jennifer López de llamarse a sí misma) no fuese a la ceremonia. (tendría algo mejor que hacer, como por ejemplo que Bennie le comiese el coño)
Desfile de estrellas compitiendo por a quién le ha sentado peor (o sea, mejor) la coca, y dura pugna entre Anastacia, Kylie y Pink por conseguir el premio al Artista más Retaco. Pugna inútil, por otra parte, pues fueron sobradamente superadas (valga la paradoja) por Eminem, siempre enmarcado por sus brothers del gueto de Detroit, como si temiese que algún Boy George de la vida fuese relamiéndose tras sus pantalones XXXL (tras el escandalazo montado por el retoque de color a su camiseta en la portada de The Face ya nada me sorprendería)
Lo mejor fue, sin duda, esa reinona injustamente despreciada (no sabemos la suerte que tenemos) que es la histriónica y desbordante Sara Montiel, que iba, todo hay que decirlo, absolutamente Alicia Keyes (pero sin el ojo vago y con unos cuantos cientos de kilos de maquillaje más)con su traje diplomático y su sombrero panamá, junto a Dolce y Gabbana (patrocinadores del evento) presentando no sé qué premio, eso era lo de menos. También me gustó el momento rosa de la noche, con Rupert Everett y Jean Paul Gaultier megafashion y super impecables, llenando el estrado de distinción.

Lo demás: mucho rapero negro, nu-metal y público feúcho sudando varios metros más abajo del escenario (en Suecia sudarían también, pero con aspecto de ser todos modelos contratados como figuración), una Pamela Anderson contundente, "Hola Barselona" más o menos decentes, algún "manos arriba" y "bona nit"... Me gustó el mejor artista ruso, una especie de pastiche bakaladero arrancado de la peor discoteca valenciana del 94: Diskoteka Avariya. Y sí, estoy de acuerdo con el mejor vídeo: el de Royksopp. Prácticamente la música electrónica es el último feudo en el que se puede degustar algo de originalidad visual (poco más de lo único que, por otra parte, la hace tragable)
Y poco más que añadir: petardeo, fans chillones, Moby con un chándal con el símbolo anárquico a la espalda, Robbie Williams en auténtico estado catatónico... dentro de unos años nostálgicos de este inicio de siglo escribirán libros ilustrados profusamente con fotografías para que los que no han vivido esto sueñen con lo megaglamouroso y elegante y divino que era el star-system del 2002. Justo como ahora cuando pensamos en Greta Garbo.

Hoy es Domingo, no hay que trabajar... esa era la letra de lo que canturreaba una de las protagonistas de la película que emitieron en "Cine de Barrio" el sábado pasado (sí, yo a veces veo "Cine de Barrio", y también "Noche de Fiesta", y no es sólo que las tenga de fondo como sonsonete inocente mientras me dedico a otras actividades. A veces incluso enciendo la tele a propósito para ver sendos programas, Cine de Barrio especialmente cuando sé que ponen alguna película de Marisol) Estaba protagonizada por Luis Mariano, el rey del falsete, y ambientada en un París pseudobohemio y en un México de lo más chusquero, con Luis Mariano entonando rancheras ante decorados de cartón piedra y bailarinas de sonrisas congeladas.
Hoy me levanté a las dos de la tarde y me puse a cocinar mi menú dominical: berenjenas gratinadas. La berenjena es una hortaliza por la que no siento demasiada simpatía, debido sin duda al día en el que recibí una de plástico envuelta en papel de envolver regalos con dibujitos de ositos amorosos, y un papel pegado a ella en el que aparecía escrito con letras recortadas de periódico: "Los egoístas se quedan solos" y yo creí encontrarme de pronto en un capítulo de Melrose Place, pero como un millón de veces más cutre.
Ya con mis berenjenas rellenas de sofrito de champiñones y bien cubiertas de mozarella, me puse ante el sofá y zapeando, opté por ver un documental sobre Andy Warhol que echaban en Historia. A mí Andy Warhol, independientemente de su parte artística, separando al artista y preocupándonos sólo del personaje, que en realidad es lo que todos recordamos (bueno, la sopa Campbell´s y Marilyn también están bastante en la mente de todos) eso, decía que Warhol es un ser que tiene la capacidad de inquietarme sobremanera. Me imagino a mí misma en el Studio 54 huyendo de tener que enfrentarme a esa piel de porcelana de sevres, esas pelucas mezcla de lauren postigo y los sex pistols, y sobre todo esos ojillos de paranoico enfermizo y asocial... su figura me produce pavor, es tan desasosegante como una película de Lynch, por no hablar de esa vocecilla y esa especie de monomanía... claro que él se creó al personaje a sabiendas, para que todo el mundo dijese "¡oh, qué complejo!" y rodearse de misterio y así acrecentar sus veinte minutos de fama, pero yo no puedo dejar de sentirme repelida, fascinada también, pero repelida y consternada por imaginarme su existencia habitual: ¿cómo desayunaría Warhol? ¿Cómo se sonaría los mocos Warhol? ¿Qué haría él al llegar a su casa y encontrarse con eso que se llama "no tener nada que hacer?" ¿Masturbarse mientras su novio follaba con su madre? ¿Grabar una película cuyo planteamiento, nudo y desenlace es la siesta de un hombre? Escalofríos me dan sólo de pensarlo. Es como lo que me pasa con Michael Jackson, al que imagino tan paranormal y desequilibrado que plantearme que haga cosas normales, como bajar la tapa del retrete, me resulta grotesco.
La semana que viene mis pasos se dirigirán a Oviedo. Me encanta Asturias, la costa asturiana especialmente, recorrerla en coche viendo esa limpia línea de costa, tan lisa que parece trazada por un lápiz, y al otro lado las montañas, todo verde y vacas pastando, y de vez en cuando una de esas maravillosas casas de indianos, tan cinematográficas ellas, tan de villa del sur de Francia... Oviedo me chifla porque es como la encarnación de la pura ciudad burguesa capital de provincia del XIX, con sus edificios antiguos pintados de colores, produciendo un resultado tan falso como hermoso, tan hortera como elegante. Gijón también me gusta, ha mejorado mucho, y lo que más me gusta de cuando voy es pasear por la zona del puerto, con el fuerte recuperado, al lado del "Elogio al Horizonte" de Chillida, que a mí como soy una reaccionaria y no tengo visión global de nada me parece más bien un escupitajo al horizonte. Me gusta pasear de noche por esa zona porque es como muy lugar de violaciones y de yonquis pinchándose mientras les da la brisa del Cantábrico.
Eso, que adoro Asturias, y me recuerda mucho a cuando una vez encontré en la aldea (¡qué raro!) unas fotos que mi abuelo le enviaba a mi abuela en plena Guerra Civil, en las que aparecía retratado un paisaje y él había escrito por encima con boli: "río Nalón" "puente volado" "nacionales" "rojos" en una especie de mapa casero sobre las posiciones del combate. Claro que a mí me gusta todo, desde Nerja, como si me fuese a perder en las cuevas y tuviese que venir Chanquete a rescatarme, hasta París, como si Marlon Brando se dirigiese hacia mí con los dedos untados en mantequilla.

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