Tuesday, October 23, 2007

De los espejos

El domingo por fin vimos “El Padrino III”. Lo que iba a ser una noche temática se ha convertido en un mes temático, y es que sólo a nosotras se nos ocurre empezar las noches temáticas de cine y comida de resaca con el Padrino. Nueve horas viendo películas es más de lo que mi maltrecho culo puede aguantar, y eso que en una tarde de resaca puedo estar perfectamente ese tiempo languideciendo en el sofá y viendo un capítulo de la serie de turno tras otro (el sábado, mismamente, Weeds). Pero algo pasa con lo de ver películas en estado despejado que no, más de dos seguidas, no. Sé que no tengo resistencia para ver más de dos pelis seguidas desde que en el instituto quedamos una noche unas amigas y yo para ir a dormir en casa de una y ponernos hasta el culo de pizza visionando piezas de ardiente actualidad cinematográfica. Obsérvese que lo que hubiera correspondido a los catorce o quince años es contar ese plan en casa pero aprovechar para salir de noche hasta altas horas de madrugada y volver borrachas y con las bragas manchadas de semen, pero no. Éramos tan buenasniñas que lo que hicimos fue exactamente eso: coger un dos por uno del telepizza, ir al videoclub (ir al videoclub, qué lejano suena eso) a alquilar, atención: “Seven”, “Mars Attacks” y “Species”, ir a casa de la amiguita en cuestión, enfundarnos el pijama y empezar. Seven, obviamente, nos pareció una obra maestra y quedamos tan impactadas que aún tardamos un buen ratito en insertar el siguiente vhs (qué noventas todo, Jesús) en el vídeo. Mars Attacks nos entretuvo mucho, simplemente, pero al llegar a Species estábamos ya como cocidas y abotargadas, incapaces de apreciar nada (de esa divertidísima y malísima película), apenas espiando por el rabillo del ojo cómo la protagonista, transmutada ya en monstruo, expulsaba tentáculos asesinos por los pezones.

Ayer me quedé dormida durante la última hora de la película, despertando a tiempo, eso sí, para ver a Sophia Coppola moriiiiirrrr en las escaleras del teatro. Qué ambivalencia con Sophia Coppola. La odio, pero creo que es necesaria. Yo detessssto sobre todas las cosas “Las vírgenes suicidas”, esa oda a la poesía vacía y sin sentido que parece un publirreportaje de Chloé. Aún recuerdo una discusión con un joven barbudo en la que yo decía que eran unas mongolas, que si querían ser libres y follar por qué no se iban de casa, como todo el mundo “en América”, y él decía que la directora pretendía eso, presentarlas como estúpidas para que nos diéramos cuenta de lo estúpidas que eran ellas y sus existencias y el mundo que las rodeaba. Y yo decía “¡pero si la directora las ama!” y él venga que no, que se reía de ellas, y yo no salía de mi estupor preguntándome si era a mí a quien el joven barbudo tomaba por mongola o era él directamente el débil mental. En fin, que, pese a todo, tiempo después leí el librito del señor Eugenides y me encantó, aunque nunca superará al deslumbramiento de belleza y poesía (esta vez llena de sentido, sí), que es “Middlesex”, mucho más cerca de ser la grannovelaamericana que “El guardián entre el centeno” y paparruchadas de esas.

Pues eso, que al verla morir diciendo “papá” en las escaleras del Politeama no pude reprimir un “jiji”, aunque al mismo tiempo pensaba en lo terrible que tuvo que ser para ella –alguien de su sensibilidad, tan especial y depurada…- ser insultada, vilipendiada, ridiculizada y humillada por toda la crítica cinematográfica mundial. Y es lo que pasa con las víctimas, que yo empatizo y me revuelven un poco el corazón. Así que ahora sí me alegro un poco por ese Oscar a mejor guión que recibió por Lost in Translation, aunque ahora estamos en paz y eso sí, María Antonieta… qué coñazo.

6 comments:

SisterBoy said...

¿Y qué hubiera pasado si ese papel lo hace Winona como estaba previsto? La ucronia que no cesa

C. said...

A mí Lotst in Traslation me super mega gustó mogollón. La fui a ver al cine con dos amiguines más y ninguno la disfrutó tanto como yo. Aunque uno me confesó años más tarde que le dio una segunda oportunidad, y esta vez sí le super mega gustó mogollón.
Yo a Sofía la ví con cara de asco en toda la película, no podía entender como su super mega buenorro primo, interpretado por el azucaradísimo Andy García, estaba enamorado de ella... en fin, seguro que el nepotismo en algunos casos funciona, pero en otros trístemente no. Como a Robert Rodríguez y su Barbarella a la que ya le han quitado financiamiento por pretender que la protagonizara su nuevo novia Rosie....

W said...

A mí Losintranleishon me parece una puta mierda y no hay más que discutir, pero María Antoñita me gustó, no me aburrí en ningún momento ni deseé asesinar a su repulsiva protagonista.

Deckard said...

Yo todavía no entiendo como Coppola le hizo esa putada a su propia hija.

Anonymous said...

No recordaba que la Sofi moría en la película. Tendré que buscar el video de tan mágico momento en el Youtube y reproducirlo una y otra vez hasta que me llegue la sonrisa de satisfacción de una oreja a otra.

Unknown said...

Hola Ra!
Quiero señalar que la primera colección que diseñó Stella McCartney para Chloé (sustituyendo a Karrrlll) fue la de s-s 1998, y las Vírgenes Suicidas se estrenó en 1999. Sofia Coppola ya llevaba tiempo desarrollando y vendiendo esa estilo adolescente(como de angst+marshmallows y unicornios)en las campañas de su propia marca de ropa, milk fed. Lo que te vengo a decir con esto es que fue la peli la que ifluyó de un modo decisivo en la estética publicitaria y en las tendencias, y no a la inversa.
Ah, y yo me había leído el libro antes de que se estrenase y me parece una adaptación casi impecable.