Wednesday, November 21, 2007

Chinese takeaway

Aunque aún no hayan encendido las luces y estemos en noviembre, se respira la Navidad. Tengo ganas de que lleguen porque son éstas, junto a los carnavales, mis fiestas de guardar favoritas, y eso que, como cualquier persona de bien, considero que están sobreexplotadas para acelerar el consumismo y bla bla y que empiezan demasiado pronto. Así uno se agota de iluminación nocturna, de cortilandia y de no poder transitar por el centro de las ciudades antes de que llegue la nochebuena. Y, de todas formas, cómo mola que los intermedios publicitarios se llenen de perfumes y juguetes. Por las mañanas en la dos ya es imposible ver otra cosa; así, descubro patidifusa los adelantos en los juegos de mesa de toda la vida, como el Cluedo con DVD o una Herencia de Tía Ágata interactiva de lo más moderno/inútil. Como el Trivial con cd-rom, que ya ves tú, con lo que mola leer las preguntas de las tarjetitas. El que no evoluciona ni se renueva ni para atrás es el Cocodrilo Sacamuelas, cuyo anuncio además sigue siendo el mismo que cuando yo estaba en edad de pedírselo a los reyes. O sea, quince años (que se dice pronto) con los mismos niños con corte de pelo a lo tazo dale que dale a la palanca del… espera, estoy teniendo una duda. Creo que es el anuncio del Hipopótamo Tragabolas al que me refiero, aunque juraría que el del Cocodrilo Sacamuelas también sigue siendo el de los últimos lustros. Y, hablando de anuncios flasheantes, el de Eroski: Comienza con unos presentadores de informativos en plan “interrumpimos la emisión para informar de la increíble bajada de precios de los supermercados Eroski” y sigue: “Nuestro correponsal Antonio Lorato nos informa…” Y sale, júrovolo, un loro llamado “Antonio Lorato” en un Eroski diciendo que qué precios y qué calidad y tal y cual. Sólo falta que vuelvan a poner el de Disiclín (¿con qué limpias ese piso? ¡con el nuevo disiclín!) (“Disiclín hase felis a tu naris”) para que la felicidad sea completa.

8 comments:

Cosmonata said...

Todas las navidades me pedía el Tragabolas (Traga-traga-bolas!) pero los reyes no me lo traían por exceso de ruído. Pero nada comparable a mi trauma del Saltapic, q tuve en mis manos durante un rato y que mi madre me obligó a devolver por si llegaba al techo, o algo así.

W said...

Yo tuve una experiencia terrible. Todos los niños tenían un mono Tobías, y yo lo pedía y lo pedía y nunca me lo quisieron comprar. También tuve que fabricarme una botibota con un ambientador viejo y un alambre, porque no hubo manera de conseguir una de verdad. Iba por la calle entre niños que llevaban sus botibotas oficiales, y yo con el alambre y los mocos colgando.

Cosmonata said...

Un mono Tobías? Una botibota?

SisterBoy said...

Para trauma el Blandi Bloop de las narices(nunca mejor dicho por su mocoso aspecto) que a los dos días ya se había transformado en algo parecido a una rana putrefacta. Puaf me parece estar oliendolo ahora mismo :(

Anonymous said...

acá lo más chocante es que los supermercados se llenan de turrones, pannetones, chocolates, pasas y manies con chocolate...
todo esto a 30 grados...así que imaginarás las ganas de vomitar que le entran a uno cuando recorre tranquilamente el super,....
lo peor, es IMPOSIBLE evadir dichos productos...a alguien se le ocurrio ponerlos por todas partes...
estos Argentinos...somos MUY particulares!!!!

C. said...

Te juro que una vez vi el trineo de papá noel (el viejito pascuero) surcar los cielos... justo antes de que me llegara a las manos una cartita firmada por el mismísimo, caída del cielo.
Y pasando a otro tema: ¿vamos o no vamos? Y otra cosa...
Tengo novedades...

JRB said...

Yo tenía el hipopótamo tragabolas!

Me gusta la decoración navideña y me gusta que la navidad caiga en noviembre, aunque tengamos que estar dos meses soportando el anuncio de "Merci te doy las gracias, merci por ser así".

Fran G said...

Aquí una imagen (cuánta nostalgia) del famoso Tobías

http://www.fotolog.com/hanukkah_pimp/14269724

(el peluche, no las personas)

Ains... quiero tener uno otra vez :P