Ver la nueva película de Tim Burton basada en "Alicia en el país de las maravillas" me apetece al mismo nivel que asistir a una representación de "A", el musical de Nacho Cano (bueno, esto lo digo por decir, porque en realidad si me invitasen a ver A iría, con la nariz arrugada y el ceño fruncido, pero iría).
Todos sabemos ya lo que se puede esperar de Tim Burton y dudo mucho que a estas alturas sorprenda o emocione a nadie, pero puestos a trabajar con clásicos, celebraríamos con aplausos y confetti una valiente adaptación cinematográfica de la versión de Alicia que hizo Alan Moore en "Lost Girls", con primeros planos de grandes penes, abusos a menores, muebles bonitos, abundante consumo de drogas y una visión del sexo (eso que está tan sobrevalorado e infravalorado a partes iguales) como una fuerza impredecible y renovadora, capaz de desvelar cosas de nosotros mismos que no sabíamos y que además da mucho gustirrinín.
Los dibujos de Melinda Gebbie no me vuelven loca, pero la historia de Alan Moore tiene la fuerza de siempre. Los clásicos tienen infinitas lecturas e interpretaciones, pero después de este libro, para mí El mago de Oz habla del complejo de Edipo, Alicia de la bipolaridad y de la locura, y Peter Pan de pederastia y de miedo al sexo. Y todo lo que se salga de ahí serán versiones incompletas y poco valientes.
Y hala, que es el día del libro, a las calles.
1 comment:
Pará mí la Alicia de Tim Burton significa: Johnny Depp haciendo el gilipollas durante la mayor parte del metraje. Además las críticas están siendo terribles.
Abundando en la perversión de viejas leyendas infantiles (pasando de largo por el hecho de que muchas de ellas ya nacieron pervertidas en origen) yo también me acordaría del comic español Peter Punk
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