Wednesday, December 12, 2007

Las raíces del amor

Después de un puente en el que ha habido de todo (teatro, borracheras a las ocho de la tarde, buffetlibregiratoriojaponés, Scoop, tapas en la Barceloneta, Kentucky de bote en bote, éxito arrollador de mi particular versión de “Guantanamera”, siestas en La Concha…) volvemos a la rutina diaria para empezar la semana despachando dos de las series que estábamos siguiendo: “Weeds” y “Californication”.

La primera es conocida como la serie en la que una viuda con dos hijos se dedica a vender marihuana en un acomodado barrio residencial. Me pasa con Weeds como con otras series: la serie en sí me encanta pero no soporto a la protagonista. Nancy Botwin se mete a camello como podía haberse metido a puta; se mete en mil líos; no tiene ni idea de nada; se niega a aceptarse a sí misma como una narcotraficante; hace las cosas mal y como todo el mundo le ama al final siempre hay alguien que le saca las castañas del fuego. Ella puede dedicarse a sorber de su frapuccino con macolate (que anda que hay que tener mal gusto para estar todo el día con el horrendo café del starbucks) que sabe que al final, por hache o por be, todo se solucionará más o menos a su gusto. Después de una primera temporada aceptable (pero los episodios son tan cortos y dura tan poquito que te la ves en una tarde), una segunda temporada trepidante y enganchante y epatante que no puedes dejar de ver, con un final que te deja en un ay, llegamos a la tercera temporada que es ya la locura total, donde los personajes ya están totalmente salidos de madre y todo se vuelva surrealista y psicotrópico (nunca mejor dicho). Y bueno. Después de vernos los tres últimos capítulos ayer, realmente nos parece que debería ser el final de la serie, porque… ¿un weeds sin Agrestic? Parece todo demasiado redondo y cíclico como para continuarlo, aunque por otra parte hay demasiados cabos sueltos como para dejarlo todo en el aire. No sé qué preferiría la verdad, porque ya he dicho que aunque la serie me guste mucho, considero a Nancy tan idiota y tan mala madre (esto estoy dispuesta a defenderlo ante un tribunal militar: ¿tu hijo deja preñada a propósito a su novia y tú le compras un coche? ¡a eso le llamo yo educación!) que igual es mejor para mi estabilidad mental que Weeds se termine así y punto.

Momento favorito de la serie: Todos los de Celia, a la que todo el mundo odia pero todo el mundo debería amar. Y maravilloso cuando Nancy le pregunta al mafioso U-Turn cómo se supone que va a poder saldar su cuenta con él, y éste le contesta: “¿Has pensando en buscarte un trabajo?”. Sentí deseos de besar la pantalla (del ordenador).

Californication es la serie en la que David Duchovny interpreta a un escritor (Hank Moody) en crisis que se dedica a follar a diestro y siniestro. Es divertida, entretenida, sin más. He disfrutado mucho esta primera temporada principalmente porque Mulder está más guapo que nunca y porque sale Natascha McElhone (he tenido que buscar en la imdb para escribir bien su nombre), mujer cuyos ojos, labios y cuello adoro de una forma superlativa. Digo primera temporada cuando en realidad supongo que, tras esos treinta segundos finales del último capítulo, es imposible que haya una continuación. 30 segundos que me han dejado flasheada y sin saber muy bien qué pensar. Pero no digo nada, que cada cual se los vea y reflexiones.

Igual es que odio demasiado, pero por supuesto en esta serie también tengo un personaje que me revuelve la bilis: Mia, la lolita interpretada por la antaño cándida Gracie de “La nanny”, un personaje tan enervante y desquiciante que hace que desee cogerla de la melena y destrozarle la cara a golpes contra la encimera de la cocina.

Momento favorito: los polvos están muy bien, claro, pero me quedo con el momento del atraco a Hank en su coche, con robo de novela incluido, porque hace que te vuelvas loco de frustración.

6 comments:

SisterBoy said...

Natasha Macnosecuantos esta guapa o fea según la peli. Me imagino que todo tendrá que ver con la forma de fotografir esos ojos. En aquella pelicula de Picasso estaba fantastica en cambio en Solaris daba miedo, tenia ojos de rana.

La niña no me cae mal excepto cuando canta con su grupo, en ese momento si que me la cargaria. Odio los treinta ultimos segundos de esa serie.

Y lo que le pasa a Hank con su libro me recuerda a lo que le pasó a Juan Manuel de Prada cuando le robaron un ordenador portatil con su última obra maestra aun no publicada. Tambien me volvi loco pero no de frutración precisamente :)

C. said...

Yo ya ni siquiera veo series... la rutina me está corrompiendo!!!!

Ra está en la aldea said...

¡Jojo! ¡No sabía que le había pasado eso a Juan Manuel de Prada! (cuyo parecido, estético, en otras cosas no entro, con César Vidal es cada vez más sorprendente). Ay, las dichosas copias de seguridad...
Y oye, "Las máscaras del Héroe" es un libro maravilloso e imprescindible.

Anonymous said...

La Natasha tiene algo fuera de lo común. Encontrar guapo al Duchovny también es algo fuera de lo común.

De Weeds sólo vi un par de capítulos. Era una serie simpática, pero no de las que me enganchan.

W said...

Híncale el diente a la HBO. Es una factoría constante de maravillas: Oz, A dos metros bajo tierra, Deadwood, Roma y, posiblemente, Canción de Hielo y fuego.

Cosmonata said...

A Weeds es necesario darle una segunda oportunidad, Varg. Unos cuantos capítulos más y la necesitarás como una droga.
Y Californication bien, pero bah. La primera temporada termina sin continuación posible que no sea rizar el rizo o repetirse.
Próximo reto, Nip tuck desde el principio. Nos esperan largas y apasionantes sesiones de ordenador!