Sunday, June 01, 2014

Decoración de interiores según Woody Allen: Sueños de un seductor. La casa de Tony Roberts y Diane Keaton

Sí, todos sabemos que Sueños de un seductor la dirigió Herbert Ross pero vamos a considerarla una película de Woody Allen porque es como si lo fuera y porque tiene unas casas tan maravillosas y tan de tablerito inspiracional de pinterest que sería una pena no colgarla. Y como hay tantos detallitos en ella, la dividimos en dos entradas, la primera dedicada al hogar del matrimonio formado por los amigos del protagonista, Tony Roberts y Diane Keaton, que viven, la verdad, en una chuchería de hogar.


La superposición de alfombras, las sillas de diseño, las plantas vagamente tropicales, los cuadros cuidadosamente dispuestos en la pared... son ricos, exitosos, modernos y tienen buen gusto. Hasta la lámpara clásica y el pesado armario de madera oscura resultan molones y contemporáneos en esa casa, que podría haber marcado los inicios de la carrera de Diane Keaton (mujer renacentista) como decoradora de interiores.


Algo llama poderosamente nuestra atención y nos retrotrae a largas tardes pasadas en El Corte Inglés: ¡los animales de porcelana! Y sin embargo, extrañamente, esa cebra a pocos metros de una alfombra de cebra (genuina seguramente) no nos parece tan horrible como los perros dálmatas que nos seducían con la mirada como si tuviésemos el gusto decorativo de Alaska y Mario Vaquerizo. 


Entre la blancura, las alfombras de pelo, las flores frescas y el arte contemporáneo, otra nota disonante de esas que hacen hogar llama poderosamente nuestra atención: un peluche de gorila blanco ¿Copito de Nieve? al lado del teléfono. Estas cosas nos conquistan.

Además del pisarraco en San Francisco, Diane y Tony tienen una casita en la playa a la que se escapan un fin de semana. En las paredes cuelgan sombreritos de paja veraniegos y Roy Lichtenstein.

Como Woody Allen odia el verano (aunque en algunas de sus últimas películas lo disimule), la playa solo puede ser bonita en invierno (como en el videoclip de Yellow), y se impone encender la chimenea y trabajar junto al fuego. Ninguna objeción. 

Mantita de ganchillo casera, bolso de viaje de marquita, más plantas, más flores y vistas al mar. Ninguna revista de decoración y estilo de vida de hoy (pese a las ventanas de aluminio setenteras) podría ponerle ningún reproche a esta estampa.

4 comments:

SisterBoy said...

He visto la película muchas veces y supongo que el estrambótico apartamento de Allan Felix llamaba demasiado la atención como para fijarse en el de su matrimonio favorito, estaré más atento la próxima vez.

El Impenitente said...

Me ocurre lo mismo que a SisterBoy.

Cuando me enteré de la existencia del teléfono móvil en el primero que pensé fue en Tony Roberts en esta película.

Ra está en la aldea said...

De haber existido el móvil su matrimonio no habría naufragado. En realidad hubiera naufragado mucho antes.

Shuus47 said...

BUen aporte. Graciiias por el connteniddo!