Tuesday, February 19, 2013

Óscars 2013: Silver Linings Playbook, Harvey Weinstein, os odio

A estas alturas de la juerga ya voy asumiendo que la noche del domingo no voy a estar concentrando toda mi energía mental en que gane tal película o cuál actor. Amor y Django me han entusiasmado pero, aunque celebraría muchos sus triunfos (el de Amor en mejor película extranjera está tan cantado que ni emoción tiene), no creo que sean las mejores obras de sus directores ni son mis preferidas. Las que tienen más posibilidades ahora mismo, Argo y Lincoln, me gustaron pero sin grande aspavientos; puestos a elegir, creo que prefiero Lincoln sobre Argo porque al menos esa no me obligó a taparme la cara con el cojín de la vergüenza en algunas escenas. Lo que sí tengo claro es la que película que NO quiero que gane: Silver Linings Playbook, mis energías van a ir contra ti.
No estoy en contra de las películas chorra, pero sí de las que tienen ínfulas y ningún criterio; ver esta chorrada de película y comerte un altramuz viene siendo lo mismo. Ni comedia ni romántica, con un conflicto paterno-filial clavadito, pero clavadito, a un episodio de los Simpson, con una cacareada escena-gag sobre Hemingway que me pareció una estupidez supina (¿nunca se ha leído un libro, ese joven?), y con una trama principal, el concurso de baile, absolutamente ridícula y cuya existencia solo justifico como excusa para mostrar a Jennifer Lawrence en mallas. Si algo disculparé, por cierto, es el Óscar a mejor actriz de esta chica, aunque sería una pena que se lo diesen por esta película por muy bien que ella esté haciendo uso de su verborrea con toda la carrera que le queda por delante. 
No tengo muy claro que las ínfulas sean de esta película per se o porque el productor Harvey Weinstein ha metido mano y kilos de millones para promocionarla, conseguir un aluvión de incomprensibles nominaciones (¡Jacki Weaver!) (¡mejor guión adaptado!) y ay, puede que ganar unos cuantos. Decir en el título de esta entrada que odio a Harvey Weinstein es una machada porque produce aproximadamente el noventa por ciento de las películas que se hacen al año en todo el mundo, y también hay joyas entre su mal hacer, pero es por culpa de su mano mafiosa y sus tejemanejes chungos por los que Shakespeare in love, aquella película irrelevante que hizo de Gwyneth Paltrow una estrella (además de una de las premiadas más recordadas con su vestido rosa de Ralph Lauren -con cercos de sudor en las axilas-) arrasó en los premios en una de aquellas ediciones de los locos y esquizofrénicos noventas. Y con esta película precisamente sobre locura (bueno, en realidad no va sobre locura, sabe Dios de qué va) amenaza con repetir la jugada. Así que ya tengo una motivación para ver la gala con emoción, y es comprobar que las cosas no se desmandan y El lado bueno de las cosas no me da un disgustazo.
(Ah, y Robert De Niro tampoco está TAN bien, y no olvidemos que lleva quince años parodiándose a sí mismo y arrastrando su nombre por el fango, así que por mi parte, no se le debe nada).

1 comment:

SisterBoy said...

Hombre yo me conformo con que De Niro no haga el pinga pato así que si está digamos contenido ya me conformo.

No es que no me guste "Silver.." es que no me gusta esa forma de hacer cine, y después de lo de "Crash" yo ya me espero todo.