Sunday, February 03, 2013
Óscars 2013: Amor
A mí también, como aquí se dice, me da un poco de vergüenza hablar de Amor. Sobre todo porque empecé a llorar aproximadamente a los primeros cinco minutos y no paré hasta el final, como si estuviese viendo un capítulo de Yackie y Nuca, y nada más lejos de la realidad. Haneke sigue siendo frío, certero, y huye de cualquier concesión al sentimentalismo, consiguiendo esa cosa tan terrible, incómoda y mágica que es la sensación de que tú eres un intruso que está delante de algo íntimo y real que no deberías estar viendo. Pero ha conectado con algo tan profundo, me ha recordando tantas cosas, y tantas otras que están por venir, que he salido conmocionada y shockeada. Un suplicio y un placer que no necesita Óscars ni maldita la falta que le hacen, aunque ganará el premio a mejor película de habla no inglesa, lo que me permite recordar que mi película favorita del año pasado y probablemente en mucho tiempo fue también el Óscar 2012 "Nader y Simin: una separación", una historia prodigiosa que se me encoge el corazón de la tensión sólo de recordarla y uno de los mejores ejemplos de que sólo se puede ser universal desde lo particular.
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3 comments:
También de acuerdo en que Haneke filma igual la matanza de una familia como los últimos momentos de la vida de un matrimonio de ancianos. Y también de acuerdo en que es imposible no quedar vinculado por algo por lo que todos sin excepción vamos a pasar (algunas ya lo hemos pasado) con nuestras familias y con nosotros mismos.
Me alegra ver que sigas por aquí. Yo también estoy de nuevo. Un saludo.
¡Qué alegría este reencuentro! Aquí sigo, sí, tan inconstante y vaga como siempre.
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