Saturday, March 24, 2012

Don Draper y la contracultura

Estamos todos con el chichi hecho agüita de limón porque mañana vuelve Mad Men y, después de todo el culebrón de la renovación de la quinta temporada, su regreso es uno de esos milagros cotidianos que te alegran la vida.
Por todas partes leemos cosas molonas tipo "lo que no sabías de Mad Men", "las claves de Mad Men", vemos gráficos muy útiles de quién se ha liado con quién, encontramos ridículas especulaciones sobre el significado de la imagen de Don delante de los maniquíes... y voy a contribuir a la ensalada informativa con algo que no he visto en ningún sitio (entiéndase por "sitio", siempre, el vasto mundo de los que vivimos en Internet). Al tema: estoy leyendo "La conquista de lo cool", de Thomas Frank, un ensayo sobre la "el negocio de la cultura y la contracultura y el nacimiento del consumismo moderno y bla bla bla" y estoy a cuadros, porque me parece la inspiración más directa que ha podido tener la serie. Fue publicado en el año 97, y habla precisamente del mundo de la publicidad y de cómo la modernidad y la cultura y el jipismo irrumpieron en su terreno de juego para que ambos mundos se retroalimentasen creando algo completamente nuevo y una visión de la sociedad distinta. Todo me recuerda tremendamente sobre todo a la primera temporada, con aquella amante beatnik de Don Draper que vivía en el Village y que terminaba yonki, la pobre, y a esa escena en la que Don se fuma un porro con todos sus amigos y está allí trajeado en medio de ellos como un elefante en una cacharrería pero termina encajando de maravilla. Su retrato del mundo de la publicidad en los últimos 50 y primeros sesenta es idéntico al devenir de la agencia Sterling Cooper y Pryce de la serie, conflictos intergeneracionales y escisiones empresariales incluidas. Hasta hay un párrafo del libro en el que se dice, citando a un tal Michael Harrington, atención:
"El amor libre, las largas noches deambulando de bar en bar y el arte por el arte eran fruto de un estricto mandamiento: "No serás burgués". Pero desde el momento en el que la burguesía entró en un período de decrepitud -y los empresarios empezaron a colgar cuadros abstractos en la sala de juntas- la bohemia se vio privada del ambiente sofocante sin el cual no podía respirar".
¡O sea, tal cualito cuando el señor Cooper cuelga un cuadro de Rothko en su despacho! No quiero decir, obviamente, que la serie sea un calco de un ensayo porque eso sería imposible; de hecho no tengo ni pajolera idea ni de si Matthew Weiner ha oído hablar siquiera de Thomas Frank y de su libro, pero a la hora de mencionar las infinitas referencias de Mad Men, echo en falta este libro, porque su espíritu, su propósito, la época y el objeto de estudio en el que se centra son la destilación de todo -o gran parte- de lo que se habla en la serie, o, si esta obra fuese ficción televisiva, sería la oficina de Madison Avenue con sus ejecutivos trajeados (el hombre organización) y sus nuevos creativos en pantalón vaquero.
Nota: pues sí que se ha hablado un montón de la relación entre Mad Men y La conquista de lo cool; era yo que estaba en la inopia y me sentía como si hubiese descubierto la sopa de ajo.

7 comments:

SisterBoy said...

La escena de DD con los bohemios tenía un final antológico, la policía tenía rodeado el edificio porque se había cometido algún tipo de delito (no recuerdo cual), Draper se dispone a irse y uno de los beatniks le dice "Está la policía fuera, no se puede salir" y el macho alfa le respodne "Te equivocas, eres tú el que no puede salir" y se fue tan campante.

Por orto lado el reloj cronológico corre en contra de esta serie, tiene que acabarse esta temporada o como muy tarde la siguiente, los mad men no pueden sobrevivir al verano del amor.

Ra está en la aldea said...

Nuestros ojos sangrarán si ven a Don haciendo anuncios para Oepsi con la etiqueta "rebeldía" o "inconformismo" y sobre todo si ven a Pete Cambell con pantalones de campana. Pero vete a saber con qué deriva estética nos sorprenden mañana.

Ra está en la aldea said...

Por cierto que ha dicho el preboste, Matthew Weiner, que quiere que la serie dure siete temporadas, así que parece claro que veremos a Sally Draper tomando LSD y rebozada en barro.

SisterBoy said...

Y Draper cepillándose hippies a dos bandas.

Arual said...

Qué ganas de Don Draper xddd!!! Echaré un vistazo a ese libro, me da que me gustará.

SisterBoy said...

Oh no quería dejar pasar un comentario sobre el artículo de El País dónde se anunciaba el comienzo de la quinta temporada, en dicho artículo se decía que "los televidentes españoles tendrán que esperar al 25 de mayo para ver la nueva temporada", a lo que yo (y supongo que muchos otros) respondí mentalmente "va a esperar tú padre hasta el 25 de mayo"

Ra está en la aldea said...

Copio y pego directamente lo que puso ayer noche un amigo en facebook: "Me acaban de llamar desde 1998 para ofrecerme Canal Plus, donde puedo ver pelis de estreno y series antes que en los canales en abierto".