Wednesday, July 09, 2014

Decoración de interiores según Woody Allen: Match Point

Tiene mucho jugo ver esta película con ojos como de Joaquín Torres (por favor, no) porque el ascenso social de su protagonista aparece clarísimo en sus viviendas. El joven instructor de tenis vive en un piso enano y mohoso en el que tiene que tirarse a sus ligues en el sofá cama (a ella, claro, le da igual porque bueno, él es Jonathan Rhys Meyers y si Jonathan Rhys Meyers está interesando en follarte te da igual si lo hace en el baño más sucio de la más sórdida pizzería), y cuando llega a la mansión de los padres de su alumno/amigo, los ojos le hacen chiribitas.


La familia política, con su palco privado, su palacio, su caza, su acento perfecto, son el summa cum laude aspiracional para un arribista profesional como él. En breve tendrá la versión actualizada de las mismas ideas sobre el confort y la vivienda de la clase alta británica.



Un pisarraco (bastante desangelado y con esa mesa que parece de oficina que yo personalmente detesto) con vistas al Támesis y al parlamento, al corazón mismo del orden británico que volaban por los aires en V de Vendetta y que aquí se vuela un poco por los aires a la forma cínica y discreta de Woody Allen, diciendo que es muy cómodo si eres de familia rica creer que cada uno consigue en esta vida lo que se merece (porque eso en cierto modo justifica tu situación privilegiada), pero que muchas veces es algo tan dolorosamente absurdo como la suerte lo que determina tu destino. 

... Justo como le pasa a la desdichada Nola Rice, que empezando por venir ya de una madre alcohólica que las apuntaba a su hermana y a ella a concursos de belleza desde niñas, tiene pocas papeletas para salir triunfante de la vida (algo que discutiría mucho Ayn Rand y que los mediocres emplean muchas veces como excusa -véase Blue Jasmine- pero que esconde más verdad de la que queremos creer) y el destino, ay, el destino, no juega a su favor.

La casa de Nola, diminuta como buen apartamento londinense, es preciosa y muy femenina, hasta está siempre iluminada por una especia de luz rosa, pero no termina de encajar muy bien con el personaje. Está llena de libros, de fotos artísticas, de detallitos cuidadosamente elegidos, y no parece que la porcina, bella y tetuda Scarlett Johansson sea ese tipo de personaje. ¿O sí lo es? Y entonces nos damos cuenta de que no sabemos nada de Nola Rice; quiere ser actriz, está frustrada, tiene una relación complicada con su familia y le gusta darle al frasco. No quiere volver ni loca a su pueblo, pero ¿qué más sabemos de ella? Aparte de que está buenísima y de que todos los hombres que la ven quieren acostarse con ella, claro. Una incógnita, un rollo misterioso de mujer fatal, un conjunto vacío para que cada uno pueda proyectar en ella sus deseos.

Pero una incógnita con muy buen gusto decorativo, en cualquier caso.

Tuesday, July 01, 2014

El Resplandior

La lectura de El Resplandor (que en mi edición sacada de la biblioteca aparece con una maravillosa errata en portada, convertido el título en "El Resplanddor") ha generado una miniobsesión de esas que me dan la vida periódicamente. Desde que lo terminé he vuelto a ver el documental "Habitación 237" (que mira que odio la expresión "ida de olla" porque es muy de crack, pedazo de crack, fiera, figura, fenómeno, pero creo que es lo que pensaría el mismo Kubrick si escuchase algunas de las teorías expuestas ahí), he visto la serie bendecida por el mismo Stephen King, rodada en el mismo hotel del horror que le inspiró la novela, que cuenta entre sus actores con Rebecca De Mornay y, pese a semejantes credenciales, es un horror (¿cómo es posible? ¡nada podía salir mal!) y demuestra que King se equivocó mucho al quejarse la versión libre/manumitida que le hizo Kubrick y que unos animales de setos nunca, nunca, pueden dar miedo.
A la espera de volver a ver por vigésima vez la película (oh, La Sexta 3, cuánto te añoramos), con o sin doblaje (que le da un aire todavía más inquietante, las cosas como son), me recreo en el viejo (qué viejo ya, qué viejos somos) sketch de La hora chanante "Las luces", y vuelvo a hacerme una de las preguntas que más intrigan a la humanidad en el nuevo milenio: ¿Es cierto que el actor que hace de Halloran es Bárbaro, el concursante de La casa de tu vida (siempre recordado en este hogar por el siguiente diálogo con su novia noruega: "Tú calla, que ereh una alcahueta" "¿Qué me has llamado, Bárbaro? ¿cacahueta?")?